Aries: Lava. Los cráneos de sus enemigos. El fuego que no daña tu piel. La sangre de una nariz rota.
Tauro: El olor del desayuno de una mañana suave. La brisa de otoño. La pizza recalentada del día anterior. Audífonos.
Géminis: Lluvia de colores. Un par de medias iguales pero diferente color. Globos. Música para un mal día.
Cáncer: Sabanas. Un café con leche en la mañana. El suéter especial para estar solo. El inicio feliz de un libro triste.
Leo: Las lagrimas de sus ex-amantes. Una arena de oro. La corona del rey al que mataron para obtenerla. Una manzana de oro.
Virgo: El cloro que deja manchas. El perfume de una cita. La elegancia de un día frío. El aullar de los lobos.
Libra: Brillantina. Anuncios de neón. Una fiesta que se lleva al cuarto. Las luces colgantes.
Escopio: Café. Labios rotos y mordidos. Los tatuajes de la Luna. El humo del cigarrillo.
Sagitario: Un mochilero al paso. Los corazones dibujados de un cuaderno viejo y olvidado. Una salida en grupo. Una comida a medias.
Capricornio: Las paginas dobladas y amarillentas de un buen libro. CDs. Antigüedades. Un globo terráqueo.
Acuario: Globos de nieve. Los borrones de una hoja. Los cuernos de la Luna. La aurolea de la Luna.
Piscis: Vodka. La pecera de un pez negro. El oleaje calmo. Las flores que flotan en el mar.
-Jenn♈️
“Con la mirada te puedo desnudar sin tener que quitarte necesariamente la ropa.”
— rinconpoeticoblr
Por eso.
“¿Sabes por qué nunca pude perdonarte? Porque nunca lo lamentaste de verdad”.
— Mario Vargas Llosa | La fiesta del chivo.
“Quiero dormir a tu lado y hacerte las compras y cargarte las bolsas y decirte cuánto me gusta estar contigo pero me siguen obligando a hacer estupideces (…) Y quiero jugar al escondite y regalarte mi ropa y decirte cuánto me gustan tus zapatos y sentarme en el borde de la bañera mientras te bañas y hacerte masajes en el cuello y darte besos en los pies y llevarte de la mano e irme contigo a cenar y que no me importe que comas de mi plato y encontrarme contigo en el Rudy’s y hablar del día y teclear tus cartas y llevar tus cajas y reírme de tus paranoias y regalarte discos que nunca escucharás y ver películas buenísimas y ver películas malas y quejarme del programa de radio y hacerte fotos mientras duermes y levantarme para prepararte café con tostadas y panecitos y salir contigo a tomar un café al Florent en medio de la noche y dejar que me robes los cigarrillos y que nunca tengas fuego y contarte lo que vi en la tele la otra noche y acompañarte al oculista y no reírme de tus chistes y desearte por la mañana pero dejarte dormir un poco más y mientras darte besos en la espalda y acariciar tu piel y decirte cuánto me gusta tu pelo tus ojos tus labios tu cuello tu pecho tu culo y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelva tu vecina y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelvas y preocuparme cuando te atrases y asombrarme cuando te adelantas y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta quedar negro y estar triste cuando me equivoque y feliz cuando me perdones y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y sentir tu voz en mis oídos y sentir tu piel contra mi piel y tener mucho miedo cuando te enojes y se te ponga un ojo negro y otro azul y tu pelo hacia la izquierda y una cara de oriental y decirte estás preciosa y abrazarte cuando estés ansiosa y abrazarte más cuando sufras y desearte sólo con olerte y abusarme al tocarte y gemir cuando esté a tu lado y gemir cuando no esté a tu lado y babear sobre tu pecho y envolverte toda la noche y sentir frío cuando me quites la manta y sentir calor cuando no lo hagas y derretirme cuando sonrías y desintegrarme cuando rías y no entender y preguntarte por qué crees que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo puedes pensar que yo sería capaz de rechazarte a ti y preguntarme quién eres pero aceptarte igual y contarte acerca del ángel del niño del bosque encantado que voló sobre el océano porque te amaba y escribirte poemas y preguntarme por qué no me crees y tener un sentimiento tan profundo que no encuentra palabras y querer compartirte un gatito y sentir celos de él cuando reciba más atención que yo y retenerte en la cama cuando te tengas que ir y llorar como un bebé cuando finalmente te vayas y vaciar los ceniceros y comprarte regalos que no quieras y llevármelos otra vez y pedirte que te cases conmigo y que tú me digas que no otra vez pero siempre fue en serio desde la primera vez y deambular por toda la ciudad pensando que sin ti está vacía y querer todo lo que quieres y pensar que me estoy perdiendo a mí mismo y saber que contigo estoy a salvo y contarte de mí mismo lo peor e intentar darte lo mejor porque tú lo mereces y contestar tus preguntas cuando prefiera no hacerlo y decirte la verdad cuando en realidad no quiera e intentar ser honesto porque sé que tú lo prefieres y pensar que todo se acabó pero aferrarme allí durante diez minutos más hasta que me eches de tu vida y te olvides de quién soy e intentar acercarme a ti porque es hermoso aprender a conocerte y el esfuerzo vale la pena y hablarte mal en alemán y peor en hebreo y hacer el amor contigo a las tres de la madrugada y de alguna de alguna manera comunicarte ese amor abrumador arrasador incondicional omnipresente y sempiterno que enriquece el corazón y libera la mente ese amor eterno y presente que siento por ti.”
— Fragmento de Crave, por Sarah Kane.
Y tú ¿y tú qué te cres qué no tengo sentimientos? Y qué tus palabras no me lastiman, que tu indiferencia no me duele, que tu cambio de humor no me deja en duda.
No te quiere. Quizás alguna vez te quiso, pero ya no. Ya era, ya fue, ya fuiste, ya fueron. Sigue adelante, basta ya y avanza, el mundo sigue y te quedas atrás, supéralo. Estarás bien; te lo prometo
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