Tú sentado en la arena. Yo estirada, con la cabeza encima de tu pierna. La música sonando. Tú canturreando. Las olas rompiendo en la orilla. Yo escuchándote. El sol yéndose tras las montañas. Nosotros compartiendo un cigarro una tarde cualquiera del domingo más importante de mi vida contigo.
‘Quiéreme y me querré. Quiérete y te querré. Querámonos y nos tendremos.’ Con esa frase me quedé después de haber estado contigo, y eso que en toda la tarde no hicimos nada especial. Fuimos a la playa, me contaste lo que habías hecho aquella semana, yo te expliqué alguna que otra anécdota sobre mi clase de francés... Fuimos a ver el atardecer en la punta más alejada del espigón, y cogidos de la mano, sentados bien juntos en uno de los escollos, canturreabas las canciones que ibas poniendo mientras el sol pasaba a iluminar otra parte de la Tierra. Pocas veces con tan poco he sentido tanto. Me dio la sensación de que contigo vivo en un bucle permanente de una canción de Extremoduro. Nunca le había tenido tanto aprecio a la repetición. Y nunca la repetición me había parecido tan variable.
Como el napalm, mi amor, combustión rápida y larga durabilidad...
THERE IS NO CAPITAL WITHOUT LABOR
THERE IS NO CAPITAL WITHOUT LABOR
Creo que el amor tiene eso: desaparecer cuando más lo necesitas y aparecer cuando menos lo esperas. Lo intolerante es que se presente precisamente cuando intentas estabilizar tu ruta y de pronto unos ojos, una mirada, unas pestañas y sus respectivas cejas te salen al paso y olvidas hasta tu propio nombre.
Una oportunidad más al aire | Heber Snc Nur (via tormentadepensamientos)