Juev., 28 de jul. de 2022
6:50 a. m.
Hoy todo es lluvia o llovizna o, singularmente, tú. Perder la conciencia se parece a despertar en tus ojos. Y escribirte, a verte y sentirte con toda mi alma, a desarticular el pensamiento mientras la llovizna me atrapa, en medio del gentío, pensando en ti...
Tú surcas el mundo entero en cualidades inimaginables, el mundo no palidece si estás tú. Absorbes mi alma: ya no preciso engañarme. Exhalas vida de esos labios en la medida en que acentúas esa incesante fuerza expresiva del sentimiento que tanto me embelese…, esa que tanto admiro y amo. Admito que has hipnotizado cada “nada es para siempre” que ha salido de mi ingenua boca, pero no me agito, pese a que, en mi corazón, ya no hay quien le componga los latidos mejor que tú. Tú llegas y abrigas hasta el rinconcito más frío de la estancia. Dime… a quién le podría importar si fuera llueve o no, si el diluvio viene contigo y se va abrigando mi corazón.
Anaomi Alayo
Ojalá no hubieras pasado nunca. Ojalá te hubieras quedado.
Elvira Sastre. Aquella orilla nuestra
Sáb., 26 de dic. de 2020
Hay días que se cuentan solos, que no se pueden resistir y nos hacen sonreír por una muchacha. Ay, muchacha de mi vida, selva viva y fuego del alma, yo suspiro el mundo entero cuando te veo pasar. Me crecen nuevas flores en cada lápida de mi corazón, brotan de repente tallos elegantes, tiernos y rebeldes que se envuelven con los aires suaves de tu sonrisa, y hacen gritar al camino: Por acá está pasando la verdadera vida.
Juan Rulfo, Pedro Páramo
Sáb., 30 de en. de 2021
¡Qué voces las que se oyen! ¡Qué dicha tras tu mirada! Arde en fiebre mi alma bajo esta noche en la que nuestros sueños descansan...Perviven (...). Llega el sueño. Llega el sueño y siento que me voy, que nos vamos, que nos encontramos.
Vier., 20 de nov. de 2020
Existe esa noble causa por la que, apasionado, mi corazón, ya se regocija en el lado más calentito y amable de la vida. Una supondría que bastaría con el batir de las flores al viento y el lento nacer de los ríos en las montañas. Una supone que la variedad en la existencia ya nos concede la paz, la felicidad y la introspección necesaria para entendernos en el más acá de nuestros días. Y es cierto, me basta con la tierna mirada de la luna y el flamante beso del sol desde mi ventana; aquello me colma el alma de regocijo y hasta podría llegar a pensar que no haría falta más. ¡Pero bendita la mirada y el corazón humano! Que aunque yo nací para vivir el sueño y para comprender cada vez menos la vida, no hay murallas más altas entre ellas que la propia libertad de ser. Por eso, pongo en manifiesto que esa mujer existe, que va por ahí irradiando la esencia de millones de años de creación con aquella mirada etérea. Y de su sonrisa… ¡Qué podría yo decirles de su sonrisa! ¡La vida entera!
Mar., 08 de dic. de 2020
El olor a mar inundó mi corazón. Sentimiento universalizado si te cruzas. Ir al mar va más allá de un encuentro con las olas. Ora un encuentro inminente con uno mismo, ora un encuentro memorable entre dos, de cuyas almas solamente se sabrá que fueron unidas, como se saben unidos los olores y los recuerdos inconfundibles y más intensos de la vida. Dos días de lluvia en esta Lima donde casi nunca llueve. No resulta difícil pensar que los vientos del norte, siguiendo la dinámica propia del planeta, han venido a hablar especialmente de ti. Me invento cualquier excusa para retirarme de las ocupaciones mundanas; ya empapándome el alma con su tamborileo, ya entregándome a sentir sin temor, pues, no es posible, después de todo, un encharcamiento cuando no existe medida en el sentimiento.
29 de noviembre de 2018
Hilvano ideas hasta tejer el corazón del mar y sentirlo latir desde las profundidades(); las olas retomando sin descanso en la superficie, la pleamar, el sueño, la intensidad del sentimiento...
26 de may. de 2022
11:36 p. m.
A veces, te leo entre líneas para no volver a buscarte. Es la hora, es el día, es la semana o el mes, es cualquier otra cosa menos mi corazón. Porque verlo llorar estremece mi sangre; se hiela hasta el alma y siento cómo el frío alcanza mi corazón. Por favor, no lo dañes: que de junio a septiembre aún nos queda por pasar este invierno y veinte mil primavera más.