Que tenga sentido del humor no significa que sea alegre. Que sonría no significa que esté feliz. Que no llore no significa que no esté mal. Que me crea superior no significa que no me sienta poca cosa. No tengo ganas de vivir sólo por estar viviendo. No me amo pero amo a otros. Cada que me maltrato siento que maltrato más a los demás. Que me burle de mi realidad no significa que no la sufra, ¿Qué más da? Si siempre me estoy quejando de todas formas. Si sé en lo que estoy metido y no quiero salir. Mejor sonrío porque me canso de llorar. Mejor me quedo callado porque pierdo mi tiempo y el tuyo contándote mis problemas. No quiero estar ni solo ni con nadie. La gente con problemas trae problemas a los demás. No te convengo. La ayuda me estorba porque no me deja destruirme en paz. Y yo me acostumbré tanto a destruirme, que se volvió parte de mí. Si no arruino mi vida, no soy yo. Vivo destruyendo mi vida. Quizá algún día me arrepienta, pero hoy no siento nada. Y entre más es tu afán de sacarme, más me hundes…
La felicidad es una visita, la depresión es el hogar
Aceptar que lo mismo que me hace bien también me está destruyendo, tú.
Los sentimientos de confianza se destruyen por una estupidez.
Más vale prevenir :v
Me gustaría pedir consejos, pero sucede que todos pensarían mal de mí si les contara mis verdaderos asuntos y eso no me ayudaría en nada. Pero al final no tiene sentido desahogarte, las cosas siguen igual y uno hace lo que se le da la gana hacer a pesar de los consejos que te den. Conclusión: Pero para qué me quejo de estar solo si de todas maneras no quiero estar con nadie; sólo vale la pena confiar en quienes quieres y te quieren y a veces es eso lo que te hace no hablar porque no los quieres molestar.
Sin embargo, seguimos jugando con fuego, arriesgando nuestras vidas por cosas que no sabemos si son reales o si durarán, continuamos creyendo en cuentos de hadas, creyendo que existe el príncipe azul, pero el verdadero amor odia ese color.. somos adictos a creer cosas que sabemos que nunca pasaran, siendo muy frágiles cuando vemos la realidad; pero lo seguimos intentando llegando a donde mismo. Somos capaces de dar muchas oportunidades, pero nadie nos da una segunda a nosotros.. Ni siquiera nosotros mismos. Nunca podré confiar plenamente en alguien por el tanto miedo a mis impulsos, los cuales son tóxicos y a su vez benéficos. Aún no sé qué es lo que me pasa..
No me gusta vivir; así que me suicido lentamente porque quizá encuentre cosas buenas en ese transcurso.