The life cycle of a star
¡Y si Dios lo quiere, sólo te amaré mejor después de la muerte!
Un tranvía llamado deseo
Díganle que me rompe cada vez que llora, que quiero sanarla, pero no puedo hacer nada, que quiero abrazarla, pero la distancia no me lo permite.
Díganle que amo cada una de sus liricas, sus versos en prosa, sus letras en poesía.
Díganle que noto lo profundamente rota que esta, que veo como sus versos lloran intentando sanar, que me duele y me destruye no poderla ayudar.
Díganle que he muerto en cada uno de sus versos, que no puedo darle un abrazo, por sufrir en el infierno, que noto como los demonios se han apoderado de su ser, pero no puedo hacer nada, solo la observo, y me quiebro, ella está sola, de seguir así, morirá en silencio.
Con su corazón sin latir, y sus pulmones sin aire..
El suicidio verbal no será su solución, si la siguen apuñalando más, morirá, y no a causa de depresión.
Díganle por favor que aguante, que sea fuerte, que sane, que no cometa el mismo error que yo, y muera antes de comenzar a amarse.
-Manuel.
#9 Spooky season movie: Death Becomes Her (1992)
EN OTRO CUERPO | Miguel Gane
Te deseo lo mejor.
Ojalá encuentres en otro cuerpo
lo que yo no supe mostrarte.
Ojalá que las cosas te salgan bien,
y sobre todo ojalá que te quieran
como tú quieres,
es decir, desordenado e intenso,
ese amor de película francesa,
con su drama y su llanto,
pero con final feliz, al fin y al cabo.
Ojalá que tus planes se cumplan,
que tengas tus hijos como los sueñas,
y te mudes donde siempre has querido,
que llenes tu casa de libros y cine
y gente para no sentirte sola,
que vuelvas a París
y que no me recuerdes ni un instante.
Te deseo a alguien que llegue hasta tu altura,
tanto que se sorprenda cada día
de la montaña de mujer que eres.
Que busque en ti por el placer de buscar,
como aquel que sabe del tesoro
pero no quiere encontrarlo.
Que no quiera cambiar ni un centímetro de ti,
que ame tus errores
-pero no en silencio-,
y comprenda y respete tus heridas
sin pretender curarlas,
que acepte que siempre tendrás
la última palabra y que no te la quite
de la boca
porque justo ahí está tu fuerza.
Te deseo que no pierda nunca esa magia
que tiene el carácter
cuando las uñas se clavan en la piel.
Ojalá que te entienda, nena.
Tú siempre me dijiste que yo no sería capaz
y tenías razón.
Pero no te diste cuenta
de que precisamente por eso te quería.
Ojalá que des con quien siempre te tenga hambre,
que te lama tanto que encuentre nuevos sabores
en su lengua,
que disfrute tu piel, tus fantasías, tu sexo,
y sepa que por encima
de los cien cuerpos que tendrás discretamente,
también necesitas un alma
dispuesto a dejarse comer.
Te deseo, pues,
el amor de tu vida,
porque no se me ocurre mejor forma
de despedirme,
y que esta vez seas tú quien comprenda
hasta qué punto
llegué a quererte.
"Laura me ha escrito una postal desde París,
dice que por las noches tiene frío,
que echa de menos mis brazos y el mar,
sobre todo el mar y mi olor
y la arena en los pies
y mi cama,
la orilla espumosa,
y el hoyo de mi barbilla.
Dice que llueve a menudo,
que camina pisando los charcos,
que sigue desnuda bajo su vestido,
que los hombres son guapos y altos
y la miran como si la follaran.
No hay tanto amor en París. Eso dice.
Y que me quiere,
al lado de dos corazones deformes
pintados con prisa.
Posdata:
No te olvides de los lunes que me debes
algún día, quién sabe,
puedo volver a recuperarlos."
— Ernesto Pérez Vallejo
The Great Red Dragon and the Woman Clothed with the Sun (Rev. 12: 1-4), William Blake, ca. 1803-1805, Brooklyn Museum: European Art
Size: Image: 17 3/16 x 13 11/16 in. (43.7 x 34.8 cm) Sheet (with inlay): 21 11/16 x 17 1/16 in. (55.1 x 43.3 cm) Medium: Black ink and watercolor over traces of graphite and incised lines on wove paper
https://www.brooklynmuseum.org/opencollection/objects/4368