Óbito del destino,
Partió con un deseo febril, propio de su juventud, de alcanzar sus metas,de cumplir sus sueños. Sin siquiera imaginarse del destino nefario que le esperaría. Dejo atrás todo lo suyo, y emprendió algo parecido a una aventura, lejos de lo conocido. Por su mente blandían miles de pensamientos desde los más pesimistas hasta aquellos que impulsaban cada vez más tal osadía.
Ese efluvio típico de las mañanas, lejos de gustarle provocaba que su bilis volviera a su garganta y que su cuerpo trémulo se volviera difícil de dominar, no era la misma mirada expresiva, sus labios saltaron de granate a diáfanos. Y lentamente perdió el conocimiento, sin saber cuánto tiempo duro en ese estado, despertó. El sabor de hierro típico de la sangre se colaba entre sus papilas gustativas, y sus ojos entreabiertos no divisaban nada a su alrededor, su alma se llenó de angustia, deseando jamás haber planeado tal viaje a lo desconocido, sus ojos se humedecieron y prontamente por sus mejillas recorrían las lágrimas que se iban acumulando en cada uno de los pliegues de su piel antes inexistentes, no fue capaz de mover su lánguido y senil cuerpo , y después de un tiempo reconoció una sombra algo dantesca pero familiar, y sin recordar nombres volaron a su mente reminiscencias del personaje, poco después exhaló fuertemente y de su cuerpo se apoderó la ausencia para siempre.
David Reyes.
Soñé que era el creador de mis propias cosas, que era yo él último en tener la palabra, que era omnipotente y omnipresente, no me importaba el espacio ni el tiempo, todo estaba perfecto, tal como debía ser y nunca antes la había sido. Soñé con lo imposible hecho posible, con lo no creado y con lo no descubierto, con lo que nadie más puede soñar , soñé siendo mi propio dios y soñé con mi propio séquito. Soñé con los que no han nacido y con los que ya se murieron hace siglos, soñé ser el número uno en todo, ser invicto. Soñé con todos mis ideales hechos reales, con todas mis metas alcanzadas, nada ficticio, todo real. Y en medio de este sueño, ensueñé. Ensueñé que todo era imperfecto, que nada era como debía ser, que yo era un don nadie, un cero a la izquierda, que no tenia palabra alguna para oídos que no me escucharían jamás. que estaba solo sin despertar compasión alguna por nadie.
Desperté de mi ensueño, desperté de mi sueño.Ahora solo me queda seguir viviendo en esta pesadilla llamada realidad.
David Reyes.
No hay nadie en este planeta que no tenga precio, y si se atreviese a afirmar lo contrario es porque seguramente no le han ofrecido lo suficiente. Es por eso que en nuestro país abunda la corrupción, pasamos por encima de los derechos de los demás y vendemos a nuestro familiares y amigos como si fueran mercancía, y por otro lado todos tenemos un precio, sino basta con buscar a un sicario y preguntar cuanto cobran por "hacernos una vuelta" , seguramente si usted lee esto no es un senador o un mafioso cuya cabeza pueda costar más de 10 palos, es decir usted no esta al nivel de un Londoño (ex.ministro que hace pocos días en mi país fue victima de un atentado ) o de un "pulpo" (narcotraficante de mi ciudad natal que mucha gente llama bajo eufemismos comerciante ).
En un mundo de egoísmo, de competencia desleal, de no confiar ni siquiera en nuestros pantalones, aparece un amigo que nos pinta el mundo ideal; el dinero, el que solucionara todos nuestro problemas, el que nos pone por encima de los demás. Todos sabemos que hay dos caminos para acumular riquezas y ser alguien en esta "suciedad" , el camino fácil y el camino difícil. decidir cual tomar va en cada quien, según sus principios y según sus aspiraciones basadas al nacer en un pais subdesarrollado.......
David Reyes.
“Partimos desde el punto que la televisión no fue creada para educar, si esto hubiese sido así no conoceríamos el negocio multimillonario que hoy es”
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El destino lo quiso así.
Al parecer hoy en día se pasa mucho tiempo meditando en aquellos ¿Qué hubiera sido si...? o en los ¿que pasara si…? , intentamos burlar en nuestras mentes todas aquellas leyes de la física que nos impiden viajar en el tiempo, y nos imaginamos en un pasado “alternativo” lejos de aquellos errores que cometimos, o mejor, nos imaginamos en un futuro lleno de prosperidad y de abundancia.
No creo en el destino, la vida no tendría sentido, los sucesos no pasan porque tiene que pasar o porque ya estaban escritos, cada quien es lo que es, según ha sabido afrontar cada capítulo de su vida y se ha condicionado para enfrentar eventos similares en un futuro. Los errores del pasado duelen hoy, pero es precisamente hoy cuando se pueden corregir, y nos preparamos para un mañana lejos de los mismos errores. Pero si bien existiese un destino no habrá poder sobrenatural que impida que se lleva a cabo, cada paso ya estaba dado y de nada valdría mortificarse por lo que pudo ser y no fue.
Siempre existirán oportunidades, pero depende de cada quien si les saca provecho o no, y es que en definitiva la única manera de evitar las tentaciones es cayendo en ellas, los arrepentimientos y las enmendaduras, al igual que las oportunidades, siempre estarán a la merced de quienes se equivocaron. El problema estará, como siempre, cuando somos nosotros los que nos vemos afectados por las equivocaciones de otros, ¿algún remedio? Seguramente ahí sí juega un papel importante el caprichoso destino, como el destino de que te roben, te violen, o el destino de nacer pobre, o enfermo, o ambas en un país como el nuestro. solo porque así lo quiso el destino.
David Reyes.
No se sana de la noche a la mañana.
Hubiera querido que el mar se llevara mis tristezas o que la brisa refrescara mi mente para no tener que recordar tus memorias, pero no fue así. Sigues presente, pero de una manera diferente. He aprendido a seguir adelante sin tus abrazos, sin tu sonrisa, sin tus mensajes. Cada segundo de estos dos años ha sido un desafío, pero lo he logrado. He vuelto al lugar donde todo terminó, dispuesto a comenzar de nuevo, con mucha más motivación. He descubierto la belleza de vivir y sé que mi lugar es el que yo mismo construyo.
Siempre estarás en mí, en lo que soy hoy y en lo que seré en el futuro, y te lo agradezco profundamente, pero no vuelvas nunca, porque nos separamos porque así lo quiso el destino, y es lo mejor para ambos. Espero no cruzarme nunca más en tu vida y que tú tampoco lo hagas en la mía.
Fuiste mi universo, pero ahora serás algo más infinito: mi nada.
NO LOGRARÁS.
Puede que por ti vuelvan a trasnochar
Y que tu cuerpo el éxtasis vuelva a encontrar,
Que te susurren al oído que tu hermosura no tiene igual
Y que se te olvide que en el mundo existe el mal.
Puede que hoy, trémulo me encuentre,
Pero a las adversidades hay que hacerles frente,
Y es que día a día mi alma debe pugnar
Para en algún momento llegarte a olvidar,
Mientras yo sé, que dueño soy de tu suspiros
De tu presencia alardean aquellos gaznápiros
Con los que hoy intentas mi recuerdo borrar,
Lamento decirte, jamás lo vas a lograr.
David Reyes.
Disnea antropológica
Déjame exhalar todo lo que me asfixia. Todas, una por una mis inconformidades, mi alma necesita cundir sus preocupaciones y unirse a las que ya han dejado a un lado el umbrío silencio, no pretendo ser tu caudillo ni el mesías de nadie, únicamente deseo entrar al soto donde fueron a parar tus ilusiones y nuestras aventuras oníricas, alejarme de esta realidad y vivir cada segundo de la mía.
Solo déjame ser feliz, déjame respirar un aire puro,sin vaho humano, inmaculado de tanta podredumbre y miseria de este mundo, de esta sociedad. Déjame nadar junto a los fuegos fatuos, solo por un instante, quiero llenarme de bríos y continuar.
Mi ira se produce por el vector misantrópico que nos impide evolucionar como especie, que plaga nuestras sociedades y mantiene en un estío constante nuestros corazones ante las injusticias diarias.
Solo déjame bramar y disfrutar de la pleamar de los buenos tiempos que ya se escribieron, esperare si con el véspero vuelve el aire y las ganas de continuar, y dejaré a un lado mi taciturnidad y empezaré con el cambio.
Pero, si no puedo, que es lo más probable, se tu la noria que lentamente saca todo de mi, lo bueno y lo malo, y es que tan solo así vuelvo y respiro, vuelvo a vivir.
David Reyes.
Hablemos de esas oportunidades únicas en la vida, aquellas que quizás no vuelvan a suceder. Y es que la verdad, hoy en día, no me importa. He aprendido que las decisiones se toman no para lamentarnos en un futuro, sino para aprender y construir sobre el camino. Nada esta escrito y todo es impredecible. De que me voy lamentar si soy lo que soy gracias a mis errores y mis aciertos. Nadie puede saber lo que hay detrás de las montañas hasta que por fin algún día esta ahí. Mientras tanto no queda más sino disfrutar del camino, levantarse despues de cada caída y seguir caminando. Las tales “únicas oportunidades” no existen, solo hay oportunidades, van y vienen todo el tiempo, esta en cada quien decidir cual tomar y cual dejar seguir.
D.R.
Ambisiniestrismo.
Quizás este abusando del idioma, pero ya que siempre le damos importancia y ensalzamos a los virtuosos, a aquellos que se destacan en algún campo o ciencia o en varias, es decir, aquellas escasas personas a las que les rendimos pleitesía por su polimatía, por su poliglotismo, o por su “ambidiestrismo” por qué no hacerlo con el mayor denominador de la población, los sin gracia alguna, los torpes , los buenos para nada, los que valen un cero a la izquierda para la sociedad, los “ambisiniestros”, esos que a duras penas sobreviven por la compasión de otras personas más evolucionadas, más de tercer mundo.
Estas personas carentes de todo, de educación, de salud, de buenos modales, de grandes riquezas, estas personas tal vez no sea tan ineptas ni tan torpes como se piensa, tal vez sin ellos el mundo estuviera peor de lo que ya está. Estas personas que desconocen tanto de todo, que de su propio poder no se han dado cuenta, son ambisiniestros porque ni con la derecha ni con la izquierda, ellos escriben su vida con su alma todos los días, sacrificándose por sus familias mientras unos megalómanos que viven como sátrapas se aprovechan de la profunda ignorancia de ellos, y demuestran su perfidia al incumplir lo que alguna vez, por un voto, les prometieron.
Esta es la triste realidad de un país como Colombia, en donde el gobierno, ausente por conveniencia en algunos casos, deja en una anarquía caustica a muchas poblaciones que el día en que se empiecen a azuzar entre ellas, hombres y mujeres se darán cuenta que no son ni torpes ni unos buenos para nada como le hicieron creer de antaño. Los grandes vítores serán para los que despierten y no cíen nunca, los que se tengan fe y no se dejen denostar por nadie. Los ambisiniestros pueden llegar a ser siniestros si no creen ni en discursos ni en tamales baratos.
David Reyes.
Dicen de quienes escribimos que estamos en una constante lucha para escapar de una realidad no deseada. Que nos movemos subrepticiamente entre la fantasía descrita por el lenguaje y el mundo inescrupuloso en donde nuestros pies van por el afán de cada día. Con cada palabra escrita, que sale de los más profundo de nuestras mentes, moldeamos el mármol frío e inerte de la realidad, pulimos a nuestro antojo, eliminando cada miedo y tristeza que manda en nuestro diario vivir.
Dicen los que saben, que sin ni siquiera salir del cuarto se puede aniquilar todo un ejercito, o mejor aún, se puede destruir naciones enteras. Se puede viajar por el mundo, o si se prefiere, por el espacio conocido o por conocer. Se puede participar de la invención del elixir de la vida eterna o matar a toda la humanidad con un virus imaginario. Incluso se pueden violar las leyes de la física y viajar en el pasado o quizás el futuro.
Quisiera poder darles la razón o desmentir lo que dicen los que saben, pero también a ellos los he creado como a todo lo demás.Lo que es cierto, si aún quieren creer en mi, es que: ya sea en prosa o en verso, el amor y el odio se mezclan poderosamente en cada historia que se escribe, se rompe la barrera de lo imposible y se es libre mientras dura la orgía de letras y pensamientos. Es posible vivir el amor en los tiempos de cólera, realizar un viaje a la Luna, descubrir una conspiración y pasar mil y una noche buscando el secreto de la felicidad.
Sin embargo, las palabras escritas realizan un largo viaje desde que son concebidas en el alma de su progenitor hasta llegar a diferentes aposentos amoblados de miríada maneras, en donde muchas veces son asesinadas brutalmente y en el peor de los casos son abandonadas a su suerte sin ser descubiertas por nadie.
Los anfitriones, están en la capacidad de sumergirse en el viaje onírico que les ofrece la lectura. Ellos pueden experimentar alucinaciones hipnogógicas sin ni siquiera consumir sustancia alguna. Pero no es para el lector que se escribe, o al menos yo lo hago como terapia, como si se tratara de trazodona o carbamazepina que me permite escapar de mi pandemónium mental y trasladarme al parterre ensoñado por toda mi vida.
Escrito esto, no queda más que darles la bienvenida al carrusel de los trastornados. Aquí no hay DCM que valga y todo lo inimaginable puede pasar...
David Reyes.