Nerondynainfor - Nerondy Nainfor

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3 years ago

Inuyasha movie au: everyone is an actor and they love doing the show. The actors are sort of different from their roles, example being Naraku's actor being a huge sweetheart, Kikyo's actress being super easy to make laugh, etc

a;lsdjf;f OKAY SO WAIT you mean like the Inuyasha characters as actors playing…themselves? hahhah NO i can totally get behind this and like WHAT if they were the complete opposite of themselves?! omg i love the thought of Naraku being a nice guy who loves like. girly shit and flowers and he’s like the biggest gentleman. Inuyasha isn’t rude or a jerk either, he’s nice and he enjoys idle chatter and he’s always asking how everybody’s day was HE’S CONSIDERATE. Kagome isn’t a bitch, but she has a careless attitude and swears a lot - a female version of Inuyasha HAHAH. Miroku is polite and doesn’t grab ass, but is also a gentleman while Sango is shy, demure, and giggles a lot.  im cackling as i write this omfg this is great SOMEBODY WRITE THIS

3 years ago

hi I’m so so sorry to bother you but how do you change the font color on your captions?

hello anon,

oh this might be a bit hard to explain so i can do a small tutorial for you! I think everyone does it a little different but its more or less the same :)

How to Change the Colours in your Caption TUTORIAL

1. First go to this website https://www.stuffbydavid.com/textcolorizer

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2. here is where you will input your text and change the colours. I usually like to use the 'three colored gradient' option. (I don’t bother with step 4 because you can change this yourself when the code is finished.)

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3. After you're happy with the colours, go to the bottom of the website and you will see two boxes of code. make sure you highlight and copy the SECOND one not the first.

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4. Then go to this website and input your code https://www.browserling.com/tools/text-replace

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5. This part is important, because if you don't do this, the code won't work. Where it says 'replace this'. put ; and click 'replace text'. This should have gotten rid of the unnecessary ; in your code.

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6. now your code is ready! copy your new code and and go to tumblr. when you make a post, at the top right you should see the cog icon. click this and in the 'text editor' dropdown menu, click 'HTML'

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7. input your code into 'HTML' and you can also toggle between 'preview' to see how it looks

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Hope this helps! (ㅅ´ ˘ `)♡

2 months ago

Regalo

Fanfiction

Kamisama Kiss

Nanami quiere darle un regalo a Tomoe, pero, ¿qué le podría dar cuando Tomoe es un gran Zorro Guardián que todo lo puede y todo lo tiene?

Regalo

La rabia era patente, si es que su ceño fruncido y ropa llenos de pintura no eran lo suficientemente claros. ¿Cuándo fue que pensó que pintar sería algo tan benditamente sencillo sin ningun problema? Se había sobre-estimado, claramente. Aunque se sentía un poquito mejor como Diosa que había empezado a atender las oraciones de sus fieles, como humana sentía que seguía siendo la estudiante que dependía de los demás aunque se esforzara el doble por intentar hacer las cosas por su cuenta.

Nanami contempló el lienzo frente a ella. Había tratado de pintar un paisaje que recordaba un paraje tranquilo, lleno de árboles de cerezo y flores volando por ahi y por allá. El problema era que, sin darse el tiempo a que secara un poco la pintura y sin haber seguido el boceto inicial que le había ayudado a hacer Mizuki, se emocionó de más y se dejó llevar por su vena artista, como le había recomendado la serpiente. Le había faltado decirle cuánto tenía que dejarse llevar y cuánto tenía que respetar los trazos de la idea original.

Era un desastre y Nanami sentía la desesperación subir por su garganta hasta sus ojos. No voy a llorar, pensó. Una pintura no va a hacerme...

-¡No me salió nada! ¡Está arruinado!

Onikiri trataba de infundirle calma a su señora abanicando el cuadro para que se secara pronto y Kotetsu hablaba gentilmente.

-Ama Nanami, esto es de paciencia; si lo deja un rato más y vuelve en unos minutos le aseguramos que...

-¡Pero no quiero esperar!- Nanami agitaba el pincel por todas partes, como si fuera una varita mágica que terminaría el cuadro en un santiamén -¡Ya no queda mucho tiempo y Tomoe hace preguntas cada vez más y más molestas!

Y aunque a ella le molestaba, Tomoe sólo le preguntaba qué tanto hacía porque le daba curiosidad ver como un día ella se encontraba atiborrada de pruebas de telas y al otro se veía con múltiples y variados recetarios. Aunque nuna le diría, Tomoe había encontrado la escnea algo encantadora cuando la encontró rodeada de miles de pruebas de cerámicas en uno de los salones. Claro, antes de que ella levantara la mirada y furiosa corriera a deslizar con fuerza la puerta en su cara.

Él no entendía nada y había optado por mejor dejar a sus aires a Nanami cuando ella casi amenazó con ordenarle a través del pacto que cerrara el pico y no hiciera más preguntas.

Ese día Tomoe había salido a visitar al Tengu por unos cuantos pergaminos, o algo así le había dicho. Nanami tomó la oportunidad sin pensarlo. Corrió a pedirle a Muzuki ayuda con su nueva idea: regalarle un cuadro a Tomoe. Era una de las pocas sugerencias que le quedaban en su lista antes de que llegara Navidad y, Dioses, que la Tierra le ayudara porque ya no sabía que más podría hacer.

Todo comezó esa tarde en la cual Tomoe le trajo un precioso kimono. ¿Por qué? Sólo porque lo vió y supo que era perfecto para ella. Y aunque ela lo había dudado, cuando se lo vió puesto tuvo que admitir que Tomoe tenía razón. Tenía el fondo en degradado de blanco con azul ultramar, las mangas con remolinos de mar bordados en hilos plateados, al igua que las olas que evocaban a la Gran ola Kanagawa que rodeaban todo el borde inferior y cubrían toda la espalda. Y que decír del obi blanco bordado con patrones geométricos en múltiples tonalidades de azul. Nanami se había quedado tan embelezada y asombrada que Tomoe se rió hasta que ella sólo se sonrojó y besó tras un pequeño y tierno "Gracias".

Pero ella sentía que quería darle algo a Tomoe, no por el Kimono, si no por todo. Como un gesto de apreciación a todo lo que él había hecho para ella. Por todo lo que él significaba para ella. Por las veces que la había defendido, la había rescatado. Las veces que había cuidado de ella de peligros tan pequeños como una gripa o tan grandes como una araña de maisma. Tan imperturbables como los dioses del pasado o tan endebles como las hojas que caía sobre su cabello cuando el viento soplaba. También por todas las tardes que le había instruido sobre el templo y las peguntas infinitas que ella le hacía y que a veces colmaban la paciencia del zorro.

Quería darle algo hermoso, inesperado así como él era con ella. Por eso no quería que él supiera. Que fuera sorpresa.

Nanami, en medio de su furía con manchas pintorescas, rió bajito. Por eso el cuadro, que creyó sería una forma perfecta de plasmar la calma, gratitud y amor que sentía por y hacia él. Pero, al igual que todo lo anterior, lo había arruinado. Dejó el pincel en un vaso con agua cercano y se levantó. Quizás... sólo necesitaba aire fresco.

La semana anterior había estado llena de sus posibles planes y rotundos fracasos: había pedido ayuda al Dios-Diosa del viento para algunas danzas que, después de horas y horas de práctica la ayuda se desvaneció en el aire diciendo que tenía dos pies izquierdos. El tengu le había llevado por algunos comercios del submundo para encontrar los ingredientes para cerámica fina que ella podría realizar, pero que resultaron ser una estafa. Luego tuvo el apoyo de sus amigas, Ami y Himemiko quienes, por separado, intentaron ayudarle con algunas cosas de cocina tanto humana como sobrenatural para hacer un banquete como regalo. Las prisas lo habían estropeado todo. El estómago se le revolvió al recordar los resultados que le perseguirían en algunas pesadillas por algún tiempo.

Siguió caminando por el pasillo. El templo a sau alrededor concordaba con su humor.

También había intentado caligrafía -estaba de más decir lo que había sucedido cuando Tomoe abrió la puerta, sorprendiéndola y causando que muchísima tinta saliera volando. Y ni hablar del precio de regalar un traje; había pensado en regalarle alguna casaca que fuera a juego con el kimono que le había regalado. Recordó lo estática y patidifusa que se quedó cuando la tanuki del establecimiento le dijo el precio. Tuvo que disimular el estrangulo que se le arremolinó en la garganta para encontrar cualquier excusa de que no era de su agrado. Jamás en la vida ya fuera humana o Diosa, diría de nuevo que no tenía dinero, que no le alcanzaba.

Afuera brillaba el sol. Se tapó con la manta que dejaba cerca de la entrada en invierno y salió. El cambio de las sombras frías tan contrarias a la sensación quemante del astro rey de esa estación le dio razónes para sentir escalofrios.

Si todo lo que había intentado había fallado, ¿sería una señal divina de que no debía de intentarlo más? De que entre más intensamente buscaba conseguir algo, más escurridizo se le volvía entre las manos. El suspiro lleno de resignación se escuchó por todo el templo. Nanami se quedó un rato más, pensando que quizás Tomoe no necesitaba nada más, que era como el Sol; era la Tierra la que lo necesitaba a él, no al revés. Aunque se sintió todavía más miserable al pensar que incluso la Tierra le mostraba a esa bola amarilla todas las cosas que en ella crecían gracias a él, mientras ella no podía ni con una simple pintura para Tomoe.

Regalo

Los días faltantes para Navidad se volvieron cortísimos y Nanami se había resignado a hacer los típicos onigiris que le hacía a Tomoe que tanto le gustaban. Se sentía un poco inservible de hacerle siempre lo mismo, pero se consolaba al pensar que siempre le quedaban bien -aunque Tomoe siguiera de payaso con que estaban desabridos. Siempre se los acababa y no dejaba que nadie más los tocara.

Esa noche todos se reunieron en el salón y poco a poco fueron llegando los invitados: dioses, amigas humanas, amigos sobrenaturales... Habían adornado todo el día anterior y las nubes de los intentos fallidos de las semanas pasadas se desvanecieron entre risas y juegos con el Tengu y las típicas peleas entre guardianes. Nanami sonreía cansada pero contenta, pues pese a todo el estar con sus amigos le hacía sentir que nada más importaba -siempre y cuando no empezaran de idiotas y se pusieran hasta las chanclas con el sake.

Kurama trajo unos regalos preciosos para todos, de sus últimos viajes al mundo humano en giras de conciertos. Tomoe se sorprendió cuando vio que le dió una chaqueta de cuero blanca, con un estilo bastante sobrio y elegante.

-Es de piel de serpiente, supe que te encantaría en cuanto la vi.- Misuki le dedicó una mirada asesina al tengu y decidió que le pondría algo alucinógeno a su sake mentras no miraba.

Tomoe sólo sonrió de lado -Que deteste a las serpientes no significa que me vestiría con ellas. - Mizuki decidió que serían dos dosis entonces.

La comida llegó por parte de los familiares de Kurama y la esposa del rey del Mar, que se disculpó por no poder llegar. Y mientras estaban entretenidos con la comida entre que daban regalos -no querían sentirse tna humanos esperando a las doce- empezaban juegos y canciones o sólo recordando memorias, Nanami se disculpó y salió un rato. Tomoe la siguió con la mirada hasta que cerró la puerta.

Había hecho regalos pequeños para todos, como pequeños cepillos decorados y cajas aromáticas. -Pero para Tomoe sólo unos onigiris.- murmuró con derrota mientras caminaba a la cocina por el regalo de su guardián. Trataba de decirse a si misma que no importaba, que lo había intentado y que sólo tendría que practicar mejor la pintura -decidió que eso era lo que haría para los próximos meses, pues se negaba a perder contra un pincel. Los onigiris la esperaban en la mesa. Los miró. Se imaginó que el próximo año mejoraría y le daría algo mejor que eso. Decidida y un poco más contenta, los tomó. En eso, unos pasos detrás de ella le hicieron voltear y los onigiris casí salen rodando por el plato.

Tomoe alcanzó con facilidad en el aire el onigiri que había logrado escapar. Sonrió.

-¿Son para mi?

Nanami lo miró y asintió. -Tan desabridos como siempre- la sonrisa socarrona le asomó a ambos. Tomoe le dió una pequeña mordida al que ya tenía en la mano sin dejar de ver a Nanami.

El silencio entre ellos era tranquilo, pero sin duda había cierta tensión que impedía que la alegría en el otro salón llegara del todo a ellos. Aunque notaba la cara de Tomoe pacífica, Nanami pensó si no estaría un poco decepcionado al encontrar lo mismo de siempre como regalo para él. Queriendo salir pronto de ahí, Nanami le tendió el plato alargado de madera. Tomoe lo tomó, pero colocando sus manos sobre las de ella.

Oh, pensó la Diosa, como si hubiera podido irse fácilmente.

-¿Seguirás sin decirme qué ocurrió en las últimas semanas?- La voz de Tomoe no era agresiva, era gentil pero fuerte.

Nanami sabía que mentir con una historia sencilla no serviría de nada, Tomoe la olfatearía y entonces sí empezaría una discusión. Aguantando un suspiro, sólo lo miró. -Quería darte algo más que sólo onigiris.

El zorro movió las orejas, extrañado. -Podrías darme menos dolores de cabeza...- empezó a bromear pero Nanami jaló un poco sus manos para soltarse. Él no la soltó de su suave y firme agarre. Obtendría respuestas, quisiera ella o no. -¿Por eso toda la tinta y pintura en las paredes?

Nanami volteó rápidamente- ¿Cómo lo...?

-Aunque quitaras bien las manchas, al llegar al Templo me mareó un poco el oler todos esos colores en la casa.

Nanami se sonrojó. Pero asintió. -Quería darte algo bello. Siempre...- suspiró - Siempre llegas de la nada y me traes cosas preciosas que a veces pienso que un simple gracias no es del tamaño que mereces. Son cosas tan bonitas que traes... y no sólo eso. Estas para acompañarme cada que no entiendo algo o cuando los Dioses se ponen sus moños en las fiestas, me proteges y... - vió los ojos de Tomoe que brillaban como cuando quería interrumpir - y sé que aunque digas que es tu obligación, hay algo más que sólo eso en tu corazón. Ambos lo sabemos, porque en el mío igual. Y yo sólo... Yo sólo quería darte un regalo mejor, como los que tú me das.

Una risita ligera salió de los labios finos del zorro. Y luego, soltando una de sus manos, le acercó a él para depositar un beso en su frente.

-Que Diosa tan tonta.

Nanami se dejó hacer. El peso que sentía en su pecho se deshizo poquito a poquito, pero no del todo.

-Nanami, cuando los fieles te traen ofrendas, ¿qué es lo que ves?

Esa pregunta no se la esperaba. Recordó las múltiples ofrendas: cartas, adornos, fruta, esculturas de todo tipo, dibujos... -Veo sus intenciones... sus plegarias... los corazones que plasman a través de sus palabras e intenciones.

-Ajá... muy bien. ¿Importa mucho si es una estatua del tamaño de un caballo o del tamaño de un pétalo?

-No, en absoluto - se apresuró a determinar la Diosa -Lo que importa es que viene de ellos y de sus corazones.

-Exacto. - Tomoe se separó de ella y le deslizó una mano por la mejilla -Así como sus corazónes, lo que importa son las manos las que lo entregan.- Bajó la mirada a la mano que aún la sostenía y el plato de onigiris. -Nanami, el verdadero regalo siempre, siempre son las manos que lo entregan.

Le besó una vez más la frente, se inclinó para besar sendas manos suyas y al enderezarse una sonrisa socarrona le cruzaba la cara. -Y sobre todo eso es lo más importante contigo. -rió bajo y Nanami rió con él. -Aunque sean sólo onigiris, para mi son un tesoro porque fueron hechos por esos dedos que tanto me gustan.

-¿Podemos regresar con los demás o vas a seguir alabando mis dedos?

-Regresemos, -murmuró el contra su cuello -para el resto tengo toda la noche.

F I N

Regalo

Notas de autora: Muchas gracias a los bonitos reviews que han dejado en los one-shots anteriores, gracias infinitas! Puedo descansar en paz un poco más porque por fin escribí sobre una pareja que es preciadísima, me encanta y me inspira muchísimo.

Besito, xo

¿Siguiente historia?


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3 years ago
Brave Woman Inspired By An Night Time Coverage I Watched With My Dad. There They Were Calling To An Auction,

Brave woman Inspired by an night time coverage I watched with my dad. There they were calling to an auction, giving away the photos that showed Chiapanecas communities and there was her: hanging a wooden bar with determination & anger in her eyes, she came. . #illustration #bravesoul #artofinstagram #artist #artwork #chiapas #mexicoart https://www.instagram.com/p/CaxODzQu8zl/?utm_medium=tumblr


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4 years ago

Solo quiero ser lo que los demás creen que soy. Capaz, divertida, creativa. Con corazón.

Creer en que si tengo el corazón del lado izquierdo, no del derecho.

4 years ago
This Scene Was Cute
This Scene Was Cute
This Scene Was Cute

this scene was cute <3

3 months ago

Tesla

Fanfiction

[A/U] Bleach En este mundo mortal, Ulquiorra no cree en la existencia de fantasmas. Orihime, su novia, sí y no oculta que le da miedo. A él le dieron un auto nuevo y ella tiene que ir al cementerio. ¿Acaso Ulquiorra empezará a aceptar la existencia del Más allá y Orihime será valiente por un ratito?

Tesla

Aunque la vida le parecía tranquila, a lado de Orihime Inoue la vida era más bien pintoresca. O eso decía Ulquiorra, quien era una persona más bien práctica y funcional. Reconocía sin problema cuando algo era útil y cuando no, por lo que cuando Orihime le decía que le daban miedo los fantasmas, Ulquiorra se quedaba un poco extrañado; desde su punto de vista los fantasmas no tenían ninguna utilidad. Naces, vives, mueres. Fin. Si uno ya había vivido en un cuerpo físico, ¿por qué habría de seguir la existencia en la tierra sin uno?

-Los fantasmas son arrepentimientos no resueltos, Ulquiorra.- decía Orihime en voz baja.

Aún así, él no le encontraba sentido.

Ulquiorra trabajaba en una empresa high-tech como informático a tiempo completo. Le encantaba pasar largas horas frente a una pantalla sin más que el zumbido de las máquinas y el tecleado continuo de sus compañeros. Poco parloteo y prácticamente en silencio era su mundo feliz. Pero aunque no requería mucho, la empresa había insistido en brindarle a sus informáticos más eficientes un nuevo auto. Así que desde hacía un par de semanas Ulquiorra llegaba en uno de esos nuevos autos que Orihime amaba y odiaba a partes iguales: un Tesla.

-¡Son muy contaminantes!

-Son eléctricos, mujer.

-No sabes lo mucho que costó energéticamente construir uno de esos.

-Probablemente no, pero pedo devolverlo si eso te hace feliz.

-No estoy diciendo eso,- cambiaba su tono de voz a uno más suave - aunque igual es lindo. ¡Rukia va a morirse cuando lo vea!-

Orihime estaba emocionada porque se empezaba a respirar el otoño y la spooky season en el aire. Organizaría una fiesta en la casa de una de sus amigas y no podía esperar a que llegaran las cosas para la decoración que había pedido por paquetería. Ulquiorra sólo se limitaba a ver que la lista en el carrito de Amazon no fuera desquiciadamente elevada.

Sin embargo, antes de eso se llevaría a cabo un servicio funerario para honrar el recuerdo de su hermano, Sora. Orihime había planeado una reunión privada en un edificio para ceremonias dentro del cementerio. Era esa misma noche, así que mientras el pelinegro se ponía una camisa y pantalón del mismo color, ella se arreglaba el cabello en suaves curvas que bajaban por su espalda. Un vestido negro con mangas españolas y pequeñas flores blancas bordadas alrededor de los bordes junto con unas zapatillas bajas le daban al look la seriedad requerida pero también la dulzura característica de Orihime.

-¿Lista?- Ulquiorra cruzó la puerta mientras se aboronaba el puño derecho.

Orihime volteó y le dedicó una pequeña sonrisa. -Sí.- Ulquiorra notó la nostalgia que pintaba su mirada. Sin decir nada más, la tomó de la mano y la abrazó. Sintió como ella se relajó en el abrazo un poco, pero se apartó inmediatamente -Vamos, no quiero llegar tarde. ¿Cómo podría ser su hermana y llegar tarde?- Orihime se alejó y Ulquiorra la siguió.

Subieron al Tesla, pusieron el waze que indicaba que llegarían en veinte minutos. Al llegar, el lugar estaba iluminado con pequeñas antorchas de estilo moderno aquí y allá. Había gente a parte de ellos y sus invitados visitando a otros seres queridos, por lo que el lugar se sentía curiosamente alegre. Pronto llegó el sacerdote, saludó a Orohime y Ulquiorra y se celebró el servicio para Sora. Orihime no estaba llorando, pero se veía conmovida por la ocasión.

Al terminar, las personas se despidieron de ellos y empezaron a retirarse. Orihime se había quedado un poco más hablando con algunas personas a quienes se refirió como "familiares lejanos", así que Ulquiorra la esperó a lado del auto. No había ya tanta gente como cuando habían llegado y escuchó por uno de los vigilantes que pronto cerrarían el cementerio. Vió la hora en su teléfono. No era tan tarde, pero sin duda el tiempo corría diferente en estos lugares, pensó.

Orihime se acercó por fin, Ulquiorra le abrió la puerta y ella subió. Una vez dentro ambos, iniciaron el auto e iban a regresar por donde habían llegado cuando el vigilante que Ulquiorra había visto antes se acercó a ellos y haciendo gestos para que bajaran la ventana les avisó que tendrían que tomar otro camino.

-Buenas noches, disculpen que los detenga. El acceso al que se dirigen ya está cerrado.- Orihime se sorprendió -Por favor, diríjanse a la salida B- el señor señaló a su derecha: un camino de grava que se internaba un poco más en el cementario. -Lamento el inconveniente- dijo como despedida pues sabía que a casi nadie le gustaba enterarse de que debía de entrar más en el cementerio.

-Gracias, señor- Ulquiorra subió el vidrió y empezó a conducir por el camino indicado.

El camino seguia siendo iluminado por antorchas como las que habían visto al inicio, así que no se veía tan tétrico el lugar. Sin embargo, Orihime estaba atenta a los alrededores. Aunque les tenía miedo, también sentía respeto por ese tipo de lugares. Y personas.

-Mujer,- Ulquiorra rompió el silencio que los rodeaba. -Tu miedo es irracional- Orihime tamborilleaba los dedos sobre su regazo y le dirigió una mirada de advertencia a Ulquiorra.

-Prefiero que hablemos de eso en otro lado, Ulquiorra.- dijo a la par que alisaba su vestido y trataba de pensar en cosas lindas, como la gente que había visto hoy y que...

-¿Qué es eso?

-¿Qué cosa...?

En la pantalla del vehículo se podía apreciar que se venía acercando por detrás una figura humana caminando. -Oh, ¿es el vigilante?- Orihime volteó su cabeza para mirar directamente, pero la oscuridad no permitía a su vista llegar tan lejos. -Quizás olvidó decirnos algo más, ¿no?

Ulquiorra no dijo nada. Tampoco se había detenido, así que sólo mantuvo la vista al frente y en el espejo retrovisor, esperando que la luz de las antorchas del camino permitiera distinguir la silueta del hombre. Pero pasaron los minutos y no se distinguía nada. Recordaba haber visto que la otra entrada a la que se dirigían no estaba tan lejos, así que empezó a acelerar la marcha, pero el sistema del vehículo arrojó una advertencia de velocidad.

Distinguía figuras humanas caminando cerca del vehículo.

-¿U... Ulquiorra?- Orihime buscó su mano, la que estaba sobre la consola del auto y él detuvo el auto. Ambos observaron la pantalla, donde se veía que había figuras pasando cerca del auto. Pero cuando levantaban la mirada no había más que el camino de grava flanqueado por las hileras de estatuas y lápidas grabadas. Ulquiorra, imperturbable, sólo tomó la mano de Orihime de manera firme. Por otro lado, Orihime se enfocó en su respiración.

Ella sabía que el miedo es el alimento de los malos espíritus, y que por otro lado, los buenos le ayudarían si pedía ayuda. Así que pensó en su hermano y le pidió que les protegiera y llegaran sanos y salvos a casa. Después de respirar profundo un par de veces más volvió la mirada al frente, fuera del auto y con voz tranquila dijo:

-Ulquiorra, vamos a casa.

El hombre a su lado seguía esperando a ver si el vigilante que habían dejado atrás aparecía en algún momento, pero muy a su pesar se admitió a si mismo que seguramente eso que había detectado el sensor al inicio no era el mismo señor. Los sensores seguían detectando movimiento alrededor del auto.

-...-

En silencio, Ulquiorra se volvió a poner en marcha, a una velocidad que le hacía desear ir más rápido pero por otro lado entendía la petición silenciosa de Orihime: lo suficientemente despacio para no molestarlos. Era algo tan curioso ver en una pantalla lo que no podían ver del otro lado del vidrio. ¿Sería así en todos los lugares como ése? Ulquiorra no soltó la mano de Orihime, y ella no dejó de ver por la ventana.

Cuando llegaron a la entrada B vieron una caseta de vigilancia. Un hombre con el mismo uniforme de vigilante que el que les había indicado el nuevo camino pero mucho más joven salió a su encuentro para abrir la reja.

-Buenas noches.- Los miró extrañados -¿No encontraron abierto el otro acceso?-

Ulquiorra lo miró bastante serio -Nos indicaron que la salida era por aquí.- El vigilante joven lo miró y miró más allá atrás del auto.

-Qué raro... pero está bien. Buena noche- murmuró mientras se dirigía a abrir la reja que resguardaba el cementerio -¿Por qué habrán cerrado la otra puerta? No me avisaron nada...- murmuró mientras el Tesla pasaba y regresaba al mundo normal.

Hasta ese momento no dijeron nada y en el primer cruce donde estaban rodeados de gente, locales nocturnos abiertos y se sentían cobijados por el ambiente vivaracho de un sábado por la noche, Orihime miró entre seria y divertida a Ulquiorra y le pidió que devolviera el auto o de lo contrario no podría volver a dormir.

-Sí, mujer. El lunes.

Él nunca lo habría admitido, pero aunque Orihime no le hubiera dicho nada, él lo habría devuelto. También estaría más tranquilo con el Tesla lejos de ellos.

Found on Cosmos
Cosmos
A home for curating your universe

F I N

Notas de autora:

Elon Musk es un innovador que adoro con el alma y Bleach es la serie que inspiró por muchos años mi fuerza de voluntad. Tuve que vivir un hiatus universitario para (¡por fin!) animarme a escribir mi primer Ulquihime.

Como nota futura, me gustaría subirme a un Tesla e ir a un cementerio para ver por mi misma si algo así podría suceder. No, miento. Sólo me gustaría subirme a un Tesla para fines de investigación, no para contactar al más allá.

Have fun. Wuuu!


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4 years ago
Someday, This Dream Will End

Someday, This Dream Will End

prints | tutorials

5 months ago
Dreamer I

Dreamer I

Prints drop Thu 28 NOV, 12PM (PT) 🎉

These ‘Dreamer’ pieces came from an idea I had about dreams being woven from these golden threads. On their own, these individual threads symbolised nothing but a passing thought. But woven together the threads form something strong enough to create the sequences that are our dreams. And it was this idea I loved, that these little sparrows spin these threads around us each night to build a nest in which we fall into and dream in. 

More info on my shop here: kelogsloops.com

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nerondynainfor - Nerondy Nainfor
Nerondy Nainfor

The timid fan-girl who loves to draw and write. ff.net Nerondy Nainfor

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