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Observo cansado el indefenso escritorio completamente libre de alguna pizca de polvo o algún recuerdo de papeles, lo observo sin realmente saber que sentir al respecto. Rodo sus hombros y movió su cuello reaccionando al estar tanto tiempo allí quieto, encorbado y observando. Suspiro y parpadeo lentamente antes de extender su brazo y arrojar el bidon en su mano izquierda, sin ninguna vacilación, antes de comenzar a alejarse hacia la única puerta y sin mirar atrás. El líquido se salpico por todas partes por el insensible lanzamiento hacia el escritorio de madera pulida. Se detuvo en el marco de la puerta un segundo antes de sacar un simple papel de su bolsillo y encenderlo con una chispa que cobró vida entre sus cicatrizados dedos, lo lanzó sobre sus hombros y avanzó sin voltear ningún momento. A pesar de haber sido entrenado duramente como un asesino, sus pasos traicionaron todo si entrenamiento al hacer ruido y romper el silencio sepulcral de los pasillos, continuó sin darle el más mínimo miramiento, no le importaba a estas alturas realmente. Cruzó pasillos oscuros que se sabía de memoria, sin mirar hacia las habitaciones alrededor, ni hacia las paredes destruidas a su alrededor, ni a la sangre camuflada por la oscuridad a su alrededor. A estas alturas, ¿Qué más daba? El fuego comenzó a expandirse rápidamente, pero no aceleró su paso, tranquilo, lento, muerto... tap..tap..tap..tap Llego a la entrada y no se detuvo a abrir la puerta, puesto que ya no la había, ni restos para variar, todo estaba en cenizas, el aire se aseguraba de que llegarán a todos lados. Avanzó hacia afuera, un par de metros y ya, volteó a ver la enorme mansión, que había dejado atrás y a la cual no pensaba volver, y la observo silenciosamente mientras comenzaba a arder. Valla infierno. Parpadeo. Parpadeo nuevamente y sus ojos se movieron hacia sus lados de forma confundida, algo pasaba, algo venia. La mansión género un pequeña explosión, la cocina probablemente, y el se sobresalto ligeramente, sus músculos se tenzaron y sintió su estómago arder. Todo en llamas, todo en llamas. Se comenzaron a escuchar motores demasiado cerca y volteó rápidamente, policías. Movió su pierna izquierda hacia su derecha y corrío. Los autos se escucharon más cerca, pisandole los talones, pero él no era nada lento ni promedio, había sido entrenado por un Hitman después de todo. Corrió, corrió y corrió, hasta perderse entre la maleza y los árboles. %-%-%-%-%-%-%-%-%
Abrió sus ojos y todo era diferente, personas lo rodeaban y vestían de azul, esposas y armas, pero no eran las esposas, no eran las armas, entonces volvió a correr, y corrió y corrió fuera de las malesas, fuera de los árboles y volvió al concreto, volvio a huir de poder esconderse, está seguro de que escucho un elicoptero o dos no muy lejos por sobre su cabeza. Y sus zapatos sólo clap, clap, clap. La mansión de nuevo brillo frente a sus ojos mientras su aliento soplaba una pequeña nube blanca por el esfuerzo. Los autos aparecieron en algún momento y lo perseguían aún más cerca, elicopteros confirmados tan cerca del suelo que le rozaban las hojas a los árboles solitarios más cercanos. Su corazón latía fuerte y presionaba su pecho dolorosamente. ¿Qué estaba haciendo de nuevo? La mansión se acercaba, se acercaba y está tan cerca, y porque no morir de una vez. Sin padre, sin madre, sin amigos, sin familia, que más daba. - Quiero ir con ellos - Fue el último pensamiento mientras extendía su brazo hacia las llamas de la mansión, su mansión, en la cual había perdido todo y ya no tenía nada Que más da. El fuego estaba en la punta de sus dedos, tan amenazante, tan destructivo, tan frío, y salió de su interior. Un momento estuvo muy cerca de la llama que lloraba entre sus dedos y en tan solo un latido hubo una bala cruzando su pierna, sangre salpicando por todos lados y los rostros de su familia observandolo desde más allá de sus llamas, sólo obaervandolo. Un latido y estaba contra el suelo siendo esposado. Otro latido y estaba siendo jalado dentro de una camioneta de policía. El último latido y sólo podía observar llamas de colores desde la ventana de la camioneta que lo custodiaba, luego se fueron las luces.