Curate, connect, and discover
Main masterlist
Kingdom masterlist
Oneus masterlist
Onewe masterlist
More coming soon....
Extencion: 2.2k
Tags: enemies to lovers, students, sexual tension, no-smut, spit kink
Kim Young Jo fue popular desde que tenía memoria, su belleza era motivo de comentarios halagadores que levantaran su ego. Su pelo castaño claro, la sonrisa engreída y su increíble talento para ser bueno en todo, eran las razones principales por las que en su propia escuela tuviera un club de fans. Kim Young Jo es una persona amada.
—Me gusta otra persona—su novia de hace más de cuatro meses estaba terminando con él, por alguien más.
—¿Eh? ¿Estás segura?—la voz de Kim Young Jo tembló—¿Estás segura de que no estás terminando conmigo por otra cosa? ¿Por qué soy engreído? ¿Quizás no soportas que sea más lindo que tú?
—Kim Young Jo… Realmente eres lo peor—río Jinhwa, su ahora expareja—Pero no, estoy segura. Hay alguien que tiene mi atención.
Este era un tipo de crisis que Kim Young Jo no conocía. No le importaba su relación con Jinhwa, aceptó tener una relación porque no era celosa y casi no tenía tiempo para ambos, ya que se la pasaba estudiando. Sin embargo, esta ruptura y la razón detrás, lo dejaba ansioso. ¿Habría alguien más hermoso que él? Imposible.
—¿Puedo saber por quién me estás dejando?
—Lee Keon Hee, del equipo de vóley.
En cuanto Jinhwa se fue, ese nombre le quedó resonando en la cabeza, pero su ego en las nubes le dijo que solo era una chica equivocada. Que no había nadie mejor que él. Así que por ahora solo se preocuparía de cómo lidiar con las personas que lo invitaran a salir ahora que estaba soltero, solo espera que las bocas tardaran de hablar sobre ello.
Camino por los pasillos de vuelta a sus clases, donde se encontró con su fiel amigo, Seoho. Le contó sobre lo sucedido con Jinhwa, mencionando vagamente al chico.
—Sí, Lee Keon Hee se está haciendo popular—agregó Seoho dándole una mirada rápida a su amigo—Ya tiene un club de fans con más de dos mil seguidores.
El castaño casi se atraganta con el agua que estaba tomando, club de fans… ya tenía un club de fans. Él tardó casi tres años en que se formara un buen grupo de fans y, sin embargo, llegaba este chico de la nada y ya andaba armando revuelto por todas partes. Que molesto. Respiro profundo, se dispuso a no prestarle atención, que lo que nacía rápido también moría rápido.
O eso pensó, los días pasaron, y no solo los alumnos hablaban de Lee Keon Hee, los profesores, quienes siempre fueron su máquina de adulaciones, solo le decían palabras dulces para compararlos entre sí. Pronto también se hizo público la separación de la pareja, y en las páginas de confesiones de la escuela hablaban de que Jinhwa lo había engañado con Lee Keon Hee. Las páginas de fans de ambos chicos se pusieron a la defensiva, defendiendo y atacando al otro. Dentro y fuera de la escuela, la tensión creció entre dos chicos que ni siquiera se conocían.
Kim Young Jo siempre fue popular, acostumbrado, se encontraba. Sin embargo, cuando ya no pudo caminar por los pasillos de la escuela sin que diez personas le preguntaran sobre Lee Keon Hee, empezó a hartarse.
Terminaría con la estrella naciente, Lee Keon Hee.
✦
Esto era terrible, terrible. Kim Young Jo se encontraba escondido en las gradas del gimnasio, el equipo de vóley estaba practicando y las pelotas volando por todas partes ya lo estaban mareando, poco acostumbrado a los deportes. Sabía que no era el único espiándolo, un grupo de chicas lindas susurraban entre sí mirando al joven.
Lee Keon Hee era guapo, no tan guapo como él, pero tenía su propia belleza. El rubio lo resaltaba, su sonrisa era agradable y sin duda tenía una buena estructura corporal. Le ardía la sangre, tenía tantos celos que el calor lo inundaba, deseaba ocultar a ese chico.
La clase terminó con ruidos jadeantes, las chicas se fueron avergonzadas y Kim Young Jo decidió que iba a enfrentar a ese descarado. Salió de su escondite apretando los labios, y ni siquiera se dio cuenta de que estaba cegado por la furia hasta que casi cae rodando por los escalones, tuvo la suerte de poder disimularlo cuando el equipo de vóley se dio la vuelta ante el ruido seco.
—¿Oh? ¿Ese no es Kim Young Jo?
—¿Eh? ¡Sí, es Kim Young Jo-sunbaenim!
Los ojos que no habían mirado hacia atrás, al escuchar su nombre, el cuerpo del bastardo se dio la vuelta con desespero. Kim Young Jo no lo entendía, no entendía la mirada curiosa de ese chico, le molestaba.
—¡Y-a, Lee Keon Hee, bastardo!—el castaño se levantó tambaleándose y enfrentando a la estrella naciente que le robaba su popularidad. Kim Young Jo se acercó a zancadas encarando al chico, que solo era unos centímetros más grande que él—¿Quien te crees que eres?
Lee Keon Hee miró a sus compañeros, y con una sonrisa les dijo que sigan, que él los alcanzaría en un momento. Los chicos se fueron entre murmullos, y cuando los ojos de Lee Keon Hee volvieron a posarse en él, tembló. No podía dejarse apretar de esa manera.
—¿Quién crees que eres para robarte a mi novia?—verbalizo el castaño tocando con su dedo índice el pecho del contrario.
Maldita sea, se nota que va al gimnasio.
Lee Keon Hee ladeo la cabeza con una sonrisa engreída, muy diferente a las sonrisas que dio cuando estaban las chicas y sus compañeros de equipo. Así que estaba sacando su verdadera actitud.
—No pensé que hyung fuera tan tonto—Kim Young Jo se sorprendió cuando el rubio le toco la barbilla acercando sus caras, algo irritante en su abdomen hizo que quisiera arrancarle el pelo rubio cenizo; lo insultaba, se atrevía a tocarle su hermosa cara y encima siendo menor que él, ni siquiera espero a que hiciera un movimiento más, simplemente escupió en el rostro del jugador para luego sonreír. Lee Keon Hee se alejó con repugnancia—Ni que le gustara escupir a la gente.
—Eso es especial para ti, maldito, estúpido—Kim Young Jo peinando sus flecos salidos de lugar se acercó al menor que se limpiaba con la manga de su ropa—Aléjate de Jinhwa, no me importa cuanto la quieras.
El castaño sonrió en triunfo y se dio la vuelta con sus últimas palabras dichas. Estaba satisfecho, no pensó que Lee Keon Hee lo alteraría tanto, pero por suerte pudo tomar su venganza. Una mano agarró su abdomen por detrás que lo terminó de tirar, pero no pegó contra el piso como pensó, fue mucho peor, golpeó contra un cuerpo duro que lo mantenía inmovilizado.
—¿Por qué estás tan seguro de a quien quiero es Jinhwa, hyung?—Kim Young Jo ni siquiera pudo quejarse porque el menor susurro esas palabras que acariciaron su oreja y mandaron descargas eléctricas por toda su columna—En realidad no me interesa en absoluto Jinhwa, hyung. La rechace esta mañana, puedes quedarte tranquilo.
Kim Young Jo estaba rojo, de la rabia suponía. Golpeó con su codo la costilla del menor que se quejó de dolor. No pudo decir una palabra, lo habían desafiado y avergonzado. Justo cuando estaba por salir del gimnasio escucha.
—¡La próxima vez escúpeme en mi cama, hyung!
—¡Cállate maldito idiota!—lo último que pudo oír antes de salir corriendo fue la risa sonora del rubio cenizo.
✦
Kim Young Jo se arrepintió de sus acciones, no sabía que tipo de bestia era Lee Keon Hee, pero sin duda la había liberado. Lo seguía a todas partes, la mirada del menor estaba sobre él, siempre. En la cafetería, cuando se encontraban en los pasillos y cuando se escondía en las gradas del gimnasio, no sabía por qué seguía yendo, pero sus tardes se sentían aburridas si no veía al rubio. Había algo que lo mantenía interesado en pelearse con el menor. Lee Keon Hee lo acorralaba y él lo insultaba, una rutina que ninguno de los dos se cansaba de tener. Pronto la rutina fue aún más lejos, y el establecimiento educativo no les daba suficiente tiempo para molestarse, así que en un día de lluvia, Kim Young Jo empapado, es invitado a la casa del menor.
—¿Qué? ¿Hyung tiene miedo de que le haga algo?—y Kim Young Jo no se dejó vencer, aunque sí tenía miedo. La actitud del menor era inesperada, él no-saber que iba a decir, cuál iba a ser su siguiente movimiento… lo mantenía alerta. Siempre se encontraba nervioso si Lee Keon Hee estaba cerca.
La casa del menor se encontraba a unas pocas cuadras del edificio estudiantil, apenas llegaron, se dio cuenta de que estaban solos, no había ruido ni luces prendidas, Lee Keon Hee aunque era joven ya vivía solo; no lo admitió en voz alta pero para Kim Young Jo eso era impresionante. Le dijo que esperara un segundo mientras lo tapaba con una toalla, sin preocuparse por su propio bienestar.
Cuando volvió le trajo unos pantalones grises, una remera negra de manga cortas y boxers del mismo color, olían a vainilla. El castaño se desvistió ahí, de todas formas, Lee Keon Hee seguramente estaba acostumbrado a ver a hombres cambiarse por el equipo de vóley. Pero cuando terminó y se dio la vuelta agradeciendo por el conjunto, el menor estaba rojo, fue la primera vez que lo vio sonrojarse. Kim Young Jo no pudo evitar burlarse de él.
—¿Te has puesto rojo por ver a tu hyung cambiarse?—rio sonoramente mientras se tiraba en el sofá como si fuera su propia casa; sin embargo, se calló cuando notó el silencio y la cabeza baja del rubio—¿Qué pasa?
—Si Hyung lo sabe, no necesita fingir sentirse cómodo—la voz del menor fue apagada, no lo desafiaba. Lee Keon Hee no lo estaba desafiando, y él no sabía contestar porque no tenía idea de que hablaban, le dolía el corazón, sintió un desespero en el pecho, no levantaba la mirada. Quería que lo mirara.
—Lee Keon Hee, no sé de qué hablas.
—¿Hyung, está seguro que no sabe?—el menor levantó la mirada, con los labios rectos y unos ojos oscuros—¿O esto es parte de su venganza por robarme a su novia?
Nunca volvieron a mencionar a Jinhwa desde ese día en el gimnasio, y tampoco él había pensado en eso. En realidad se había olvidado del problema con ella, en el último mes simplemente estuvo con Keon Hee. En cambio, el otro aún parecía perseguido, él fue el que rechazó a Jinhwa y aun así seguía pensando en ella, de repente estaba molesto.
Si, en la escuela los rumores seguían, pero supuso que ninguno de los dos le estaba prestando atención.
—No me interesa Jinhwa, si tanto te gusta, estoy seguro de que ella te dará una segunda oportunidad—contesto sin más Young Jo prendiendo su celular, fingió que sus palabras no le importaban pero se le hundía el corazón. Más le dolió cuando Keon Hee se fue del salón a pasos retumbantes, dejándolo solo.
Sentía un nudo en su garganta, una picazón en sus ojos y la boca seca. Estaba tan confundido, debería estar feliz, si Keon Hee empezaba a salir con ella ya no lo molestaría, ya no lo miraría en la cafetería y no lo acorralaría después de las prácticas de vóley. Sin darse cuenta entró a la página de confesiones, las lágrimas empezaron a caer y el nudo se desató.
Su sollozo era ruidoso, Keon Hee tenía razón, era un Hyung tonto. El más tonto de todos. Tapo su cara con las manos, sentía que se ahogaba, que no podía respirar, que no podía soltarlo. Le gustaba Keon Hee, mucho. Él, por más de estar molesto, lo cuidaba, y él nunca se lo devolvía. Nunca se daba cuenta. Se paró de su lugar y entre los pasillos buscó la habitación en la que se encontraba el menor, sin embargo, hizo tanto ruido que Keon Hee asomó su cabeza por la puerta.
—¿Hyung?—vio su cara lagrimeando, y se acercó con preocupación agarrando su cara entre sus manos—¿Qué pasa?
—No salgas con Jinhwa—pidió entrecortadamente el castaño, los ojos de Keon Hee se oscurecieron, pero aun así asintió.
—No lo haré, Hyung, no te preocupes—Young Jo pudo respirar, y agotado se apoyó en el hombro del menor.
—Bien… Solo sal conmigo, ¿si?
Fueron segundos silenciosos de Young Jo sollozando, hasta que el menor lo agarró de los hombros.
—¡Espera!—exclamó el menor—¿Quieres salir conmigo?
Young Jo se limpió las lágrimas.
—Claro, eres la segunda cara más linda que conozco—sonrió—Si me hubiera enterado antes que eras gay, lo hubiera dicho antes.
Keon Hee estaba en blanco.
—Hyung, el día en el gimnasio—titubeo—Te dije que estaba interesado en ti.
Young Jo frunció el ceño, hasta que recordó.
—¿Por qué estás tan seguro de a quien quiero es Jinhwa, hyung?
oh.
—Pensé que… estabas bromeando—rio nerviosamente Young Jo.
—Hyung, no bromeo—Keon Hee posó una mano en la cintura del mayor—¿Estás bromeando?
—¡Y-a! ¿Por quién me tomas?—cruzó los brazos—No lloro por cualquiera.
—¿Es así? Entonces me alegro—el menor con su otra mano terminó por rodear la cintura del castaño, apretando con su dedo pulgar los costados que hicieron a Young Jo gimotear entre los labios del rubio que lo atacaron inesperadamente. Era el primer hombre al que besaba, y no podía imaginar que hubiera otro, porque la calidez que Keon Hee le estaba dando no podría encontrarlo en otro lugar. Le mordió los labios, lo humedeció y Young Jo sentía que se moría de calor cuando se separaron.
—Keon Hee, realmente eres una bestia.