Incertidumbre ha habido a su alrededor durante gran parte de nuestro andar, aunque es ejemplo de estabilidad incuestionable. Se distingue su belleza entre sospecha y preocupación que surge sutilmente lúcida a sus múltiples visiones hasta encontrarnos viendo la sabiduría delirante de la naturaleza en ella. Huele el día y busca hibernar en su mente; su pálido resplandor solo se aprecia con magnitud adecuada en la negrura. Sabia y contradictoria ave de pedernal, el reflejo del día le deja salir ante los sentidos. Su finura discreta radica en aprovechar con destreza algo sin tacto ni cautela. Por eso le recuerdo, por su equilibrio en la moderación aguda, no por la firmeza que se advierte con facilidad. La vieja dama de cristal que excita al hombre clandestino entra en las mentes acrecentando la imaginación. Marca su huella en los solitarios emocionados y en los que le miran con pereza, dando confianza o tranquilizando con su propia quietud.
Un susurro de las sombras pide los secretos. Parece de ambos: nos y aquél destello de granito. Pero ese espectro diamantino ya conoce los silencios escondidos con el día y la noche que dormitan con el mundo en el lodo y lo despabilan sin desesperación; es el espejo opaco que los mira sin dueño. Tira de cuerdas que le mantienen como una medida del tiempo que hipnotiza en su mutable beldad. Aprovecha lo que conoce como la lluvia o el fango, tragando el viento en cortas bocanadas intrusas e intentando hacerlo con momentos sin ser descubierta. Nos hace recordarnos, repletos de bondades y maldades que crecen, decrecen, vienen y van; como ella, moviendo con su robustez las abundantes faldas acuosas de la gran madre de hijos sinnúmero.
Gastón R. Fernández G.
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Por su energía que lo alimenta, el viento descansa sobre sí, sólido, resistente.
Conoce mal la noche.
Sabemos que engaña.
Sube por lo favorito sin lo elemental.
Está en mala forma. Se ahoga mientras especula sus lecturas. Se atraganta con preguntas fofas. Se tutea con lo aparente y le deja su tutela. Le enseña su mano queriendo ofrecer lo puro, pero no nota que tiene carbón y ceniza, y el silbante viento le deja sin nada que le ayude a saber que existe.
Busca la vía que mantenga animado el cuerpo.
De su mundo muerto, la pesadilla cuida que esté despierto.
Se vuelve paranoico, atrapado entre placas de titanio indestructibles, irradiando ansias e incapaz de ver los lados.
De ahí el temor, la ira, la pesadilla, el delirio, la inutilidad.
No puede quedarse dormido: he ahí su debilidad.
Rompe el lucero nocturno y el crepúsculo del día.
Decía que los sentía, pero no sabía que los decía mal.
Así conoce: sorteando la verdad.
Por solo pensar de noche sin conocerla en realidad.
Se asfixia y enemista con su muerte.
Le sofoca la destreza que cree tener a oscuras,
pues solo ve certeza en las tinieblas taciturnas,
donde vive y se entrega a su suerte
con negligente fortaleza que aparenta.
Entre las risas y el regocijo de su fábula fue quedando solo, y por su afán de divertirse se hizo uno con la nada.
No con calma, no con harta.
No se cansa, no se aguada.
Se queda pobre en su fantasía.
Roba caras, roces y nalgas.
Toma tantas voces e infamia.
Por dentro grita, envejece y calla.
Suma de afectos,
suma de alcoholes,
destilo de derroche y despilfarro.
El límite lo tuerce y se retuerce abandonado.
Pasa helado por favores del demonio noche,
al que parece con un roce, el alma haber donado.
No recibe nada a cambio, y en la mirada cabizbajo, fuere lo que fuere, con el sol se inmoviliza.
Tira de colores,
de sabores y de miedos por montones,
objetos que encuentra en su camino,
del gatillo que aniquila los sueños y el destino.
Dime tus momentos de maldad que yo invado con los míos.
Alimento reptiles y los hago mineral, con lo demás, fríos.
Gran sombra, terminas con el resplandor que suspira el alba,
te alimentas del alma y tu espíritu es desconocido.
Callas mientras te consumen.
Eres juez y verdugo de lo que sucede en el día.
Gastón R. Fernández G.
Someto a la aprobación de la sociedad virtual internauta esta técnica con una historia de 200 palabras que he llamado provisionalmente:
Cálido carmesí manantío oscureciéndose coagulante con el viento en las nasales comisuras respiradoras de su díscolo dueño que avizora el cielo recostado en un incómodo y grande parche de duro pastizal donde azarosos nutrientes del valle se delegaron hasta hacer que casi doble la altura media de sus hermanas vegetales en el campo escarchado en que la lluvia ligera que llena al apreciado pozo profundo y se une al fluvial de veranos perecederos en arroyada intersecular da paso a copos de nieve que se posan en formas diferentes por la abrumadora suerte de no acercarse al chimenezco humo de pino combustible para fundirse en gotas pasajeras precipitadas hacia los techos fusteros de hogares modestos y amplios salones petropilastrados de entabladas superficies deslizándose hasta el suelo decadente de las calles entre el asentamiento abrazado por cordilleras boscosas repletas de espíritus de difícil apaciguamiento y bestias malhumoradas que ahuyentan a los más temerarios de sus despreciados cohabitantes humanos conflictivos infectados de vileza ejercitada en actos como aquel ambicioso reto enemistado contra el rey entre un círculo de gente hasta llegar al momento en que la vena perforada en cartílago roto por un nudillo extraño y un hueso propio cierra dejando de liberarlo.
Anglo-Saxon Riddles of the Exeter Book. This riddle appears on folios 125r-125v of The Exeter Book.
In front of the mirror you throw water on your face, look up and a giant floating eye slowly opens behind you. You can't move. Sharp pointy teeth form a grin below it. You stop breathing while it laughs.
A solid goo of tissue starts to exit your nose. You exhale forcefully and your brain comes out of the nostrils.
You wake up with cold sweat.
Why was I a creature with two eyes and four limbs, and why was I looking from behind?
Gastón R. Fernández G.
The people all you've spoken to have in your mind combined an intaglio of state semantic statement agrammatic merge in audio vigil visual sigil olio.
Meeting her was a heart consuming experience… I used a spoon.
Gastón R. Fernandez G.
Gastón Fernández III. Litterae, philosophia, ars, fabula et scientia. Instagram: @gastfern Twitter: @Gaston_III Cualquier imagen, video, o demás publicación, en parte o completa, que sea de su propiedad intelectual o de uso, o que crea que infringe alguna ley, y quiera que lo quite: por favor, hágamelo saber. Any image, video, or other publication, in part or complete, that is of your intelectual property or use, or that you believe to violate any law, and want me to remove it: please let me know.
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