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Estaba ahí, postrado frente a un paraíso en la tierra, de un momento a otro se encontró de cuclillas sobre el suelo admirando todo desde otra perspectiva hasta que la calma fue interrumpida y el soplar suave del viento se vio opacado por el dulce aroma y la hermosa presencia de una joven que lo hizo salir de su zona de confort.

Era un sueño de belleza en momentos de reflexión que lo tomo por sorpresa, no se dio cuenta de su llegada hasta notar que se alejaba de él. Era exquisita, un hermoso ser con piel de porcelana y ojos inexpresivos que llamaba a lo más profundo de su ser, el deseo y la impaciencia de conocerla se centraron en él, se puso de pie recobrando su elegante postura y como si se deslizara sobre la arena se dirigió hacia ella. Paso a su lado avanzando aun mas por enfrente antes de girarse mirándola con la intensidad de una mirada curiosa que escudriña algo por primera vez, examinándola. Era pequeña y lucía demasiado joven como para haber pasado de la mayoría de edad, se veía como un ser inocente, intocable, casi divino pero sus ojos y su falta de rasgos sensitivos alejarían a cualquiera que se atreviera a mirarla con detenimiento, pero por el contrario, esto aumento el interés del mayor quien dio un par de pasos delante acercándose un poco pero aun quedando a una distancia respetable. De cerca sus rasgos parecían tan intensos que creyó que el corazón se le saldría del pecho de lo fuerte y rápido que latía. Era tan pálida, como si los rayos del sol jamás hubieran acariciado su piel como él quería llegar a hacerlo. El delicado vestido de encaje pálido contrastaba dulcemente con su piel hecha de ilusiones y deseos prohibidos, resaltando su delicada figura. Un suspiro de satisfacción solo de contemplarla salió de entre sus labios antes de pronunciar una palabra rompiendo el mágico momento que aun permanecía, como si todo a su alrededor se hubiera detenido y solo estuviera este ángel frente a un demonio que estaba listo para hacer un pacto, de que le entregará su alma y fueran a los infiernos mas profundos buscando el placer: -Disculpe mi atrevimiento, pero no eh podido ignorar su presencia, es un placer presentarme frente a tan exquisita criatura. Hola, soy Reggan B. Stoker, acabo de llegar y creo que estoy algo perdido- Dijo con una sonrisa encantadora que resaltaba sus facciones, por el contrario seguía perdido en ella, su cabello elegantemente recogido con un moño, ondeaba al soplar del viento, sus hipnotizantes movimientos lo hicieron perder el aliento hasta que recordó donde estaba y salió de ello esperando una respuesta.

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Re:

¿Cómo explicar esa sensación de despertar mucho antes del amanecer? Algunos dirían que es frustración o incluso alivio por las horas de sueño que aún quedan por delante. Pero para Reggan era una nueva rutina, no sabía por qué, siempre durmió muy bien pero desde su llegada a Hogwarts el sueño solía irse a la mitad de la noche y no por voluntad propia como sus desvelos en casa, si no como un mecanismo fisiológico que sin razón aparente comenzó a manifestarse y que lo hacía sentir curiosidad por descubrir a que se debía ¿Estaba estresado, preocupado o inquieto de alguna manera? Su primera respuesta habría sido decir: No. Pero pensándolo un poco mejor, lo estaba, por Ely, por su hermana, por lo que ocurría en casa estando tan lejos. Nunca se sintió tan abrumado teniendo que aparentar estar bien y tranquilo para asistir a clases y demás actividades escolares, además, no había matado a nadie en tres semanas, estaba hecho un lío, y su viaje de placer con las Asiáticas no pudo compensar ese deseo de sangre. Salió de la cama y se quedo contemplando a su compañero que dormitaba en la cama de al lado, aun no podía creer que le asignaran un compañero en una habitación tan pequeña que no era ni la décima parte de su dormitorio en el castillo Vlad, además ni siquiera habían hablado y salvo a la hora de dormir no se habían visto fuera de la habitación. Decidió no darle más vueltas al asunto y salió de ahí, enfundado en un abrigo largo de piel en un tono gris pálido, que resaltaba aun mas sus ojos. Avanzo con cautela por los corredores, nadie, absolutamente desiertos, era tan sencillo salir, se preguntaba que estarían haciendo los prefectos en estos momentos, patrullando la escuela no. Salió al jardín donde una suave brisa lo despeino con gracia, se preguntaba si era el momento de cambiar su estilo por uno más actualizado, en esta escuela nadie sabía vestir con clase y estaba seguro de que miraban su estética de manera anticuada, no sabían apreciar algo así, no tenía sentido. Toda su vida llevo el cabello largo como hasta el momento pero ¿Qué tal más corto? Mientras pensaba en todo aquello deslizo un cigarrillo entre sus labios y con un chasquido de sus dedos lo encendió, caminando en medio del paisaje nocturno con algo más en mente, todo esto le parecía bastante familia y no sabía explicarlo, paso a paso era como si viviera una historia que ya conocía, una que lo llevo hasta donde crecían los rosales e inesperadamente una imagen vino a su mente, el lugar estaba rodeado por arbustos, comenzó a recorrerlo como caminando en círculos intentando descifrar que era: - Oh! tuve un maldito dejá vu- Era una constante en su vida a la que no estaba acostumbrado pero siempre se llevaba nuevas sorpresas, en esta ocasión se adelanto haciendo creer que se había ido de ahí, pero en realidad solo se desvió un poco y asomándose entre las hojas observó al chico que estaba escondido ¿Se ocultaba de alguien más? Quizás era tímido. -Es una bella noche ¿No lo cree?- Susurro con una sonrisa divertida, quería ver su reacción ya que consideraba que eso era lo mas interesante de una persona, mas de un desconocido al que ya había predicho que conocería.

Actividad con calabazas:

#Slytherween #SlyRoyalty Al final no había hecho planes para salir del castillo, al menos no la primera semana, desde su llegada no había podido descansar, cuando se llegaba a mitad del ciclo escolar solo podían hacerse dos cosas, esforzarse y tomar el ritmo o dejarlo pasar y perder el tiempo, bueno, lo último estaba muy lejos de ser su estilo, y al fin habían terminado los TIMO´s. El castillo permanecía en silencio, solitario, la mayoría de los estudiantes habían salido de vacaciones, habían regresado a casa, con sus padres. Reggan meditaba sobre todo y nada mientras observaba el cielo, el viento soplaba con ligereza, hacía un día precioso, algo frío pero él estaba acostumbrado a temperaturas mucho más bajas, esta época del año tenía algo mágico, algo que le gustaba, y eso la convertía en su preferida. El pasto ligeramente mojado por el rocío de la mañana mojaba sus dedos que se deslizaban sobre él. A unos cuantos metros de ahí el grupo de compañeros de casa comenzaba a reunirse mientras la prefecta terminaba de enlistar todo lo que había estado haciendo para la actividad de hoy a la que en los días anteriores les había invitado a participar. Parecía algo ambiguo pero quería integrarse, desde su llegada, la adaptación a la vida estudiantil había ido bastante bien, y aunque no sabía de qué iba la actividad de hoy siempre podía resultar algo divertido, una experiencia enriquecedora y debía entablar relaciones con las serpientes, no los conocía a todos así que la ocasión era perfecta. Se puso de pie integrándose al grupo para escuchar la explicación sobre lo que harían. Sinceramente no le interesaban los premios y la actividad era bastante simple, pero con un paisaje otoñal, a orillas del bosque con unas vistas tan hermosas era normal que la inspiración surgiera, así que demostraría su talento tallando calabazas. Debía pensar muy bien que quería plasmar, Reggan era un amante de la belleza, pero esto era Halloween, una fecha en la que la línea entre el mundo de los vivos y los muertos era tan delgada que había muchas manifestaciones de los parientes del otro lado en nuestro mundo, por ello los humanos se disfrazaban de cosas aterradoras, para mezclarse entre ellos y que todo resultara más ameno, por así decirlo. Así que las cosas lindas no estaban tan asociadas a esta fecha y debía admitir que era aburrido, así que era momento de darle un poco de horror bizarro a su vida. No habían muchas cosas que le asustarán al joven Slytherin, a diferencia del resto de las personas a las que cosas como la obscuridad, los insectos, roedores, arácnidos, fantasmas, monstruos o e incluso para los supersticiosos cosas como la mala suerte, no, a él eso le iba y le venía igual, ni si quiera la muerte. Así que se puso a pensar en que podría hacer, que idea resultaría realmente aterradora para los chicos a su alrededor, se puso a observarlos, uno a uno, eran tan jóvenes y con personalidades tan variadas. Pensando en lo mismo la idea del baile le llego de golpe, era de disfraces y ¡aun no tenía uno! Faltaban solo algunos días, debía ir a Londres y variar, no quería seguir siendo un príncipe como en los bailes de disfraces que organizaban cada año en el castillo Vlad, pero todo eso le dio una idea, la gente se disfrazaba de muchas cosas para esta festividad, algunos de cosas que resultaban ser completamente distintas al concepto de terror, otros idolatraban a sus personajes favoritos, otros realmente aterradores y entre estos, uno de los que podían asustar mas y de los más conocidos eran los payasos. Así que con la simple idea y tomando en mente películas y literatura que estaba relacionada con estos y que conocía o con la que estaba familiarizado comenzó a trabajar. Tomó cortadores, cuchillos: de sierra y plano, palillos, pintura, pinceles, y otros detalles que le parecieron serían adecuados, si le falta algo mas ya se ocuparía después. Se coloco a un extremo de la mesa en lo que comenzaba a trazar su idea, primero tomo una calabaza de tamaño medio, no debía pesar más de tres o cuatro kilos. La coloco sobre algunos periódicos que habían sido colocados para que no se ensuciara demasiado la superficie sobre la que trabajaría, antes de proseguir con cortar la tapa y sacarle el relleno se retiro todos los anillos que llevaba, por primera vez en su vida considero que llevar las uñas tan largas y perfectas era contraproducente, se le estropearían horriblemente pero ya se las arreglaría luego, antes del baile. Tomó el cuchillo de cierra pequeño, y justo, alrededor del tallo comenzó a cortar la tapa, que le daría acceso al interior del amigo naranja. Con el ángulo del corte hacía el interior de manera que evitara que al ser colocada esta se fuera hacía el centro de la calabaza. Un círculo perfecto, con la medida apropiada para que su mano pudiera entrar, tomo una pequeña pala de mano, parecía de jardinería y empezó a sacar el relleno y las semillas, colocándolo en un tazón que tenía al lado para ese propósito, seguramente los elfos aprovecharían todo eso para el banquete de Halloween, ya veía toda clase de comida preparada con calabaza. No retiro demasiado de las paredes ya que su idea era tallar no sobre la cara superficial si no sobre las capas internas de la pulpa. Se limpió las manos con un pañuelo y se sentó, necesitaba un boceto como guía, tomo una hoja de papel y un carboncillo y comenzó a delinear la forma de su calabaza y luego la cara del payaso que quería, poco a poco fue tomando forma y tras quince minutos añadiendo detalles, estuvo listo. Era momento, la idea era hacer que pareciera que la cara estaba dentro, rodeada por la calabaza, así que marco con tinta el contorno de lo que tendría que pelar, así que comenzó a tallar, con un cuchillo plano, quitando capas hasta que la profundidad le pareció apropiada, no era una actividad difícil o complicada, solo era cuestión de cuidar y saber manejar los niveles de las dimensiones, en este caso no tenía que ser perfecto porque su diseño no era simétrico o estéticamente correcto. La cara tenía facciones muy marcadas como las arrugas de la frente y los ojos, las de la expresión de las mejillas por la sonrisa, los pómulos, la nariz y esos labios gruesos y deformes. La base fue rápida, lo que requirió tiempo fueron todos los detalles que le daban personalidad al personaje. Una vez terminado era tiempo de darle color, por si solo lucía muy bien, pero debía lucir grandioso. La base de pintura blanca, las cuencas de los ojos y de alrededor de la cara en negro también usado para dar profundidad a las arrugas de la boca. Para las arrugas de los ojos uso un tono azul rey y para los labios y el rubor marcado de las mejillas uso un tono naranja, una imponente nariz roja a juego con el reflejo en las arrugas de la frente, al igual que el cabello que eligió, utilizo musgo del bosque, que puso a secar al sol: Lumos Solem- un rato antes de pintarlo y adherirlo a la calabaza, el hechizo también ayudo a que toda la pintura se secara rápidamente. Por último, tomo un ojo de vidrio, colocándolo en el cuenco vació del rostro, de inmediato adquirió “vida”. Un proceso de casi tres horas, pasado el medio día al fin pudo ver su idea plasmada… en una calabaza. -Debo ponerte un nombre… ¿No? Uhm…Mr. Killjoy. Bienvenido…- Agrego el nombre, tallado con delicadeza en la parte posterior, al igual que sus iniciales. Estaba listo. Algunos de sus compañeros terminaron un par de horas atrás, otros seguían concentrados o frustrados repitiendo una y otra vez los procesos al no conseguirlo a la primera. Regreso todo a su lugar y fue a lavar sus manos, sus uñas efectivamente estaban horrendas. Ahora solo debía esperar.

Solo un diente de león era lo que daba vida a la obscura y solitaria habitación en la que reinaba el silencio y la promesa de un futuro incierto. Reggan había tenido muchas visiones sobre Catherine anteriormente, había visto sus logros, sus problemas y momentos relevantes en su vida mucho antes de que ella imaginará que sucederían. Su “don” le permitía ser mas susceptible a los sentimientos de los demás y por lo tanto tener una sensibilidad mayor a la hora de tratarlos, lástima que su personalidad fuera tan egocéntrica y arrogante que esto nublaba su capacidad de pensar mas allá que en si mismo, eran pocas las personas realmente interesantes en su vida y aun mas pocas las que le importaban de verdad. Gracias a ello vivía recluido en si mismo aparentando no estarlo.

 Sostenía la pequeña flor que había recogido en los días anteriores en los jardines que se mecía suavemente entre sus dedos y permanecía tan viva como el día en que fue arrancada del lugar que la mantuvo durante tanto tiempo, era muy extraño. Su visión de la vida se nublaba por su constante pensar de la muerte. Y ahora estaba aquí, en la sala común preguntándose qué sería del mañana.

 Los días se volvían tediosos y aburridos, sin clases y sin ninguna de sus constantes actividades de diversión solo podía encontrar consuelo en dar paseos largos afuera y explorar el castillo, su lugar favorito era la biblioteca, había aprendido muchísimo sobre Hogwarts en las últimas semanas pero ahora, ahora solo quería regresar a su hogar. Salió de las mazmorras sin un rumbo fijo, solo quería caminar y perderse y no conocer el camino de vuelta, nunca regresar.

 Su mirada permanecía fija en el suelo sin poner atención particular a nada o a nadie, los corredores solitarios a su paso eran presa de susurros por parte de los cuadros que le saludaban formalmente pero él no respondía, pasando de largo.

 Hoy era un día típico en el que no pasaría nada interesante hasta que de pronto sintió un suave contacto seguido de un empujón que lo hizo trastabillar hacía atrás, alzó la mirada viendo a una jovencita que estaba de espaldas hacía él y que grito en el momento en que las escaleras comenzaron a moverse, estaba demasiado cerca y solo la sujeto de los hombros para evitar que lo empujara de nuevo y evitar que se callera en su temor por el movimiento que pronto se detuvo, ahí le quedo más que claro que era una nueva estudiante.

 Una vez estables en un punto fijo retrocedió apartándose un poco- Una disculpa, no estaba prestando atención – Hizo una leve reverencia disculpándose con una mirada inexpresiva.

¿Cómo explicar lo que sentía? Era como si su vitalidad y juventud hubieran quedado renegadas al pasado en tan solo 24 horas, no había dormido nada, se sentía muerto en vida, haciendo las cosas por deber más que por deseo, no había comido nada y todo carecía de sentido a su alrededor.

 Desde temprano estuvo sentado en la sala común de Slytherin observando la obscuridad del lago negro que rodeaba los ventanales del salón, así se sentía. Vestirse, organizar lo necesario para las clases, todo lo hacía en cámara lenta, como si su vida hubiese terminado y su alma se marchara de su cuerpo dejando solo una cubierta que aunque rebosante de belleza estaba vació por dentro, tal como siempre lo estuvo pero no fue hasta este momento que lo sintió realmente.

 Una hora antes estaba de pie frente a la puerta del aula de DCAO leyendo con detenimiento el anunció de la profesora. Emprendió camino, a paso lento, hacía los terrenos del castillo, como no especifico donde exactamente se la paso recorriendo los jardines, los alrededores del lago, etc, hasta que encontró el lugar al que la profesora había llevado varias escobas que eran horrendas, pero no importaba, aunque él llevará la suya que era de las más nuevas y veloces, no tenía ganas de alardear, presumir o reírse si quiera, se quedo de pie, ahí, observando a la nada, hasta que cerca de media hora después comenzaron a llegar sus compañeros pero él los ignoraba, seguía en la misma posición que adoptó desde su llegada, solo se movió un poco para acomodarse como Luana les dijo. No se preocupo por mirar a nadie.

Parecía ser el estudiante ideal por las especificaciones que dio la profesora unos momentos después con su presentación. La ventaja era que no lo molestaría más de lo necesario. Al menos el tema de la clase lo animo un poco.

|| Abierto A Reacciones || Interiores Del Castillo ||  Love Me, Chase Me! || 19/09 || 6:00 Pm. ||  #MGCActividad

|| Abierto a reacciones || Interiores del castillo ||  Love me, chase me! || 19/09 || 6:00 pm. ||  #MGCActividad #MGCMusicPlay

El humo se disipo lentamente por el lugar, las hierbas dentro de la pipa se consumía demasiado rápido mientras el joven contemplaba el amplio y solitario corredor aquella tarde de Domingo en Hogwarts, mientras terminaba de afinar y probar la acústica del lugar con la guitarra que traía en las manos. Una vez que el fuego se consumió por completo guardo el artefacto en el bolsillo de su saco, se puso los lentes terminando así el conjunto que hoy vestía, demasiado formal y a la vez clásicamente elegante, la situación lo demandaba, estaba inspirado y cuando eso sucedía jamás era exagerado hacer ciertas cosas.

Que más le daba si estaba prohibido fumar dentro del castillo, o si al atardecer ya no podía hacer disturbios como el que estaba por ocurrir, el amor lo valía todo y él, estaba perdidamente enamorado de una joven de enorme belleza, aunque aun no sabía a qué grado era un rebelde con causa, tratar de hacer que se enamorara perdidamente de él.

Un par de notas sonaron al aire antes de atreverse a comenzar con toda la composición, a una sola guitarra acompañada de su voz aquella canción sonaba bastante bien y llamaba la atención de los cuadros a su alrededor que se preguntaban quien era el misterioso poeta oculto tras gafas obscuras a plena luz del atardecer.

♫Song: Carney: Love me, Chase me (Acoustic): https://www.youtube.com/watch?v=PmCr4kT_up0

I don't want you baby

I don't need you lately

Love is ever-changing

And I think you're crazy

oooh girl, I've got to let you let you let you go

(go go go go ...)

Si bien la personalidad de Reggan era sumamente cambiante no siempre eran cambios buenos, pero esta situación lo mantenía de cierta manera tranquilo, se preguntaba por qué esta chica, Elysian había sido toda una revelación para él y llego a la conclusión de que unos días lejos de su vida constante de excesos, le dejaba pensar y ver las cosas con claridad, incluso lo hizo descubrir a un ser tan maravilloso y exquisito que creyó que esa clase de majestuosidad no existía, pero vino a encontrarla en el último lugar que lo creyó posible. La estabilidad era algo inconstante en su vida, un día estaba alegre, emocionado, extasiado con la vida y al siguiente todo le parecía aburrido absurdo, y sin sentido. Pero por ahora disfrutaba de los pequeños placeres mientras avanzaba por el corredor al pie de la torre de los leones, interpretando aquellas notas y aquellas palabras con el sentimiento en los labios esperando encontrar a su musa.

♫Let me touch your daisy

Give me what I can't be

Let tomorrow face me

Love me, kill me, change me

oooh girl, I've got to let you let you let you go

(oooooooh ooooh)

I'm a jumper, baby

Mama, don't forsake me

Madness can't contain me

If you love me, chase me

oooh girl, I've got to let you let you let you go

Girl, I've got to let you let you let you!

Oooh girl, I've got to let you let you let you go!

||Privado|| ¡Transformada, enamorada, alguien completamente fabulosa! ||

  Había pasado un día desde su repentina transformación, y ser mujer se estaba convirtiendo en algo completamente genial, era una experiencia de lo más enriquecedora, descubrió muchas cosas sobre su nuevo cuerpo que siendo hombre ignoraba y se hizo mucho mas consciente de lo delicadas y sensibles que eran las chicas, por otro lado su don se agudizó mucho más y tuvo visiones mucho más claras, era impresionante.

 En el pasado siempre había sido alguien sumamente cuidadoso y detallista en especial con su físico y ahora que era chica tenía la excusa perfecta para serlo aún más, y es que, era preciosa, se parecía a su hermana y a su madre, pensaba que si Jade se vería así en el futuro debía protegerla a sol y a sombra de los posibles y seguros pretendientes que tendría, como hombre siempre se pareció más a la familia de su padre, pero ahora que era rubia de ojos azules, alta, esbelta y carismática se sentía mucho mejor, era el cambio perfecto en el momento perfecto ignorando el susto inicial. Se sentía entusiasmada, como si se hubiera conectado con la parte femenina de su ser, aunque no podía dejar de pensar en Maddi poco a poco se despertaba mucho más su interés por los chicos del castillo, eran lindos, y se le quedaban mirando al paso por lo revelador de su “traje de baño”.

 No le importaban las miradas, por el contrario, siempre le gusto llamar la atención, y ahora, mientras andaba semidesnuda por los corredores se sentía más libre que nunca. Su destino, el lago le aguardaba, el agua estaba helada, pero resultaba refrescante y deliciosa para alguien que estaba acostumbrado al frió invernal de Rumania. Nadar lo hacía sentir tan relajado que se olvido por completo de sus problemas y preocupaciones y pudo pensar con claridad, había besado a Elysian que estaba transformada en chico, y había sido fascinante, como si hubiera algo muy especial entre ambos pero sabía que debía alejarse de ella, aunque ahora que nadie le reconocía era perfecto que pudieran volver a verse, es lo que más deseaba, pero por sobre todo eso necesitaba al menos poder charlar con Maddie sobre sus sentimientos, quizás confesándolo podría aliviar un poco la carga de su alma.

 Iría a buscarla, pensaba mientras se preparaba para salir del agua, ahí fue cuando la miro y no pudo evitar que su corazón se acelerara, con una amplia sonrisa la llamó emocionada:

 -Hey! Hola!-con expresivos gestos de su mano le indico que se acercará – Maddie!- ahí estaba, era momento de hacer todo lo posible por que se quedarán juntas, podía aprovechar el hecho de que ahora no era “Reggan” si no… Lilith. 

Re; Answers

Estaba impaciente y enojado, una mezcla muy peligrosa cuando de Reggan Stoker se trataba, y es que el más joven de los herederos de la poderosa familia de magos tenebrosos, estaba acostumbrado a que siempre se le reconociera, a estar en boca de todos, a ser el centro de atención, cosa que los Slytherin comprendían inconscientemente a la perfección, pues el día anterior fue partícipe de una magnifica celebración por parte de sus compañeros, quizás no fuera lo más costoso o lujoso, pero era autentico, cargado de emociones inexplicables y maravillosos que lo hacían sentir completo. Por otra parte, el que Ely haya celebrado con ellos durante el almuerzo había sido maravilloso pero no lo que hubiera querido, pues si le hubieran dicho que después no sabría nada de ella no habría estado tan  ilusionado, al final después de recibir un montón de cartas de casa y amigos foráneos salió con la señorita Potter, fue una noche muy interesante y tranquila de películas  clásicas y palomitas. En fin, cosas que le habría gustado pasar con Ely.

 Por ahora permanecía inmóvil frente al espejo examinando su atuendo, pero sobre todo mirando sus ojos como si intentara encontrar respuestas.

 -Vas a ir y te vas a comportar de una manera arrogante y distante- Suspiro negando, bajo la mirada encontrándose con sus costosos zapatos de diseñador, era un idiota. Nunca había sentido esto por nadie, y es que ella le importaba demasiado, y lo lastimaba aun más su indiferencia y solo podía reaccionar de una manera tan patética como esta. No lo haría.

 Se ajusto la corbata solo un poco antes de dar un gesto aprobatorio y salir de la habitación. Un par de minutos después se encontraba en Londres, disfrutando de una hermosa vista de la noche, comprobó su reloj, estaba retrasado. Se apresuro hasta la avenida principal y con paso elegante y tranquilo entro al restaurant elegido por la menor, tenía buen gusto en ello:

 -Con la señorita Lutz- No necesitó decir más- Por aquí señor…- Fue conducido hasta la mesa donde Ely se levanto de inmediato para recibirlo. El encargado se retiro y en un impulso incontrolable el joven se adelanto y la tomo entre sus brazos.

 -Ahora estoy bien…- susurro con los ojos cerrados, disfrutando del contacto, no le importaba que estuvieran en público o que todos los miraran, solo quería esto, de inmediato se volvió el mejor cumpleaños de toda su vida. –Te extrañe.

|| Parte 2 || Privado || Dear Elysian || 1/10/2016 || #MGCMusicPlay#MGCActividad || Mazmorras de Slytherin ||

Breaking Benjamin - So Cold https://www.youtube.com/watch?v=MHwc-IWEipk

Sentado frente a su escritorio miraba fijamente el pergamino que permanecía en blanco a la espera de que la tinta plasmara en el hermosas palabras que hasta el momento Reggan no había pensado, claro que las sabía pero no sabía de qué manera expresarlas cuando de Elysian se trataba, todo en su cabeza era un lío cuando pensaba en ella. Ni siquiera una maldición imperio había tenido tanto control sobre él, se sentía en un sueño que creía pronto se convertiría en la peor de sus pesadillas, no se fiaba de si mismo, no confiaba en nadie y él no era la excepción, no podía caer de esa manera frente a nadie, y por otra parte estaba esa parte de él, muy en el interior que deseaba dejarse llevar por los encantos de la menor, rendirse a sus deseos y amarla, amarla como nunca había amado a nadie antes, estas con ella, cuidarla y protegerla contra cualquier pronóstico, renunciando a sus más preciadas promesas y juramentos, lo haría si ella se lo permitiera pero parecía cada vez más distante, se sentía confundido, atrapado entre lo que quería y lo que debía hacer. La pluma se deslizo ágilmente sobre el papel comenzando a dar forma a las confundidas palabras del chico que molesto expresaba su sentir mientras, a su vez recitaba una canción que le recordaba a ella, sin cantarla abiertamente, parecía más que estuviera declamando un poema que hacía que le doliera el pecho.

You're so cold Keep your hand in mine Wise men wonder while Strong men die Show me how it ends It's alright Show me how defenseless You really are Satisfied and empty inside That's alright Let's give this another try If you find your family Don't you cry In this land of make believe Dead and dry You're so cold But you feel alive Lay your hands on me One last time It's alright

|| Carta ||

Querida Elysian.-

No sé como comenzar a expresar lo que siento, aquello que aqueja mi alma desde el día en que llegue a esta escuela, desde el día en que te conocí. Y es que eres un constante pensamiento, un constante deseo en mi mente, y debo admitir que una constante tortura que no me deja ser egoísta como antes y es que, cuando estoy contigo quisiera cambiar todo lo que soy, mi naturaleza, mis pecados para ser digno de ti. Y no entiendo, te juro que no, el por que siento que cada vez me rechazas mas y mas, y soy un idiota por sentirme así, creo que se debe a que, nunca jamás nadie me había hecho sentir lo mismo que tu, eres la musa que espere toda mi vida y ahora que estas aquí la inspiración que llego a mi fue tal que me siento abrumado, me aterra pensar que puedo perderte aun cuando nunca has sido mía. Soy patético, lo sé, y sentirme así me enfurece, me siento como un niño inexperto cuando creí tener el mundo a mis pies viniste para demostrarme que todo en lo que creía fue una simple mentira.

Yo hubiera deseado que confiaras en mi, que me dijeras como esto iba a terminar bien, solo soy un chiquillo enamorado de alguien que valía la pena todos los riesgos pero no puedo obligarte a sentir lo mismo por mi…- Y en el pasado nada me habría costado forzarte a hacerlo pero yo deseaba que fuera diferente, que por primera vez en mi vida, alguien me amara realmente, conociendo mis demonios y aceptándolos, yo acepte todo de ti desde el día en que mis ojos se posaron sobre ti en un precioso atardecer en el lago, nunca olvidaré ese día, el día en que perdí realmente mi alma, el día en que te robaste mis sueños, cuando me volví tuyo completamente, el día en que elegí quien quería que me rompiera el corazón. Me alegra tanto que fuera alguien tan indiferente, porque así mi dolor estaría justificado… No sé si ignoraras mis notas pero lo hagas o no solo quiero decir que... espero que estés bien y que encuentres a alguien que te haga feliz. Lamentablemente no pude ser yo y mucho menos puedo ignorar el hecho de tu existencia en este mundo, así que, esta no es una despedida.

¿Quién en su sano juicio podría renunciar al amor de su vida?

Yo no soy un cobarde, no me rendiré tan fácilmente nena. Y es que eres el propósito más bonito de mi vida, Elysian Lutz, aceptame o rechazame pero nunca podrás hacer que te deje de amar, ni matándome terminarías con el juramento inquebrantable que le hice a mi alma de amarte.

https://66.media.tumblr.com/…/tumblr_mzpwvcG7tq1r5gmiko1_40…

Terminó de escribirla, tenía una amplia sonrisa en los labios y lagrimas en los ojos que cayeron por sus ojos, una única rosa blanca reposaba frente a él, junto al frasco lleno de mariposas esperando ser enviadas junto a una nota para ver sus días finalizar de una manera simbólica y hermosa. Doblo la carta metiéndola en su respectivo sobre y tomo el abrecartas que reposaba sobre la superficie de caoba obscura. Y con un ágil movimiento corto su muñeca que comenzó a sangrar de inmediato de manera dramática como si la superficie fuera más severa de lo que realmente era, la sangre se derramo cayendo sobre los pálidos pétalos que de inmediato se tiñeron de carmesí.

La sensación de la sangre brotando era deliciosamente placentera pero no quería desmayarse así que con un rápido movimiento de su varita la herida quedo en el pasado. Una pequeña mariposa negra, y la nota fue enviada, colocada con una precisión y belleza sobre la cama de la joven, sobre el pálido sobre color hueso reposaba una rosa bañada en sangre y sobre esta una pequeña mariposa que acababa de llegar al mundo esperaba, aleteando suavemente postrada sobre la sangre que aun seguía caliente. Sabía que ella lo entendería, la metáfora de cómo le entregaba una parte de su vitalidad, de su ser, su vida estaba puesta en manos de Elysian, hoy y para siempre.

-La amo…- Susurro contemplando al resto de las mariposas que revoloteaban impacientes dentro de la urna, en esta ocasión la que envió con la carta no moriría como muestra de su compromiso por ella.

RESPALDOS:

||Privado|| ¿Crees en el destino? El comienzo de algo nuevo || 15/10/2016 || 4:00 pm. || Paris, Francia ||

-Apresurate… ¡Catherine!

La joven que mantenía la vista fija sobre el horizonte alzo la mirada y asintió, se apresuro a tomar su bolso que estaba en el suelo a su lado y con la gracia de una bailarina corrió hacía el grupo de chicas que la esperaba en la puerta del esplendido palacio que había sido su hogar los últimos cinco años, ni siquiera en todo ese tiempo había puesto un pie de vuelta en Transilvania, en el castillo Vlad. No tenía nada que hacer ahí, solo extrañaba profundamente a su hermano, pero sabía que él no la necesitaba, al menos no de la misma manera, sabía que le gustaba estar solo y que la quería lejos, así estarían bien.

Su hermoso cabello dorado se agitaba con gracia, sus preciosos ojos azules lo exploraban todo, sus dulces labios no dejaban de sonreír y esbozar expresiones de sorpresa y encanto por cualquier cosa nueva que veía, en el mundo muggle, todo para ella era desconocido y misterioso, sumamente llamativo, nunca tuvo la oportunidad de salir a conocer el mundo, no con tantos riesgos alrededor, y mucho menos con sus extraordinarias habilidades que no podría llegar a ser expuestas ante las personas ordinarias. Habilidades que guardaban secretos terribles, ocultos bajo la inocencia de una mujer en el cuerpo de una niña, aun a pesar de aparentar menos edad de la que en realidad tenía, a sus dieciséis años era una talentosa bruja, hábil en todas las ramas, especialmente en transformaciones, una de las animagas más jóvenes registradas hasta el momento por el ministerio, una persona brillante, sumamente inteligente y al mismo tiempo llena de preguntas, un espíritu joven, constantemente asediada por el fantasma de la reputación de su familia, atormentada por lo que le deparaba el futuro, no tenía los mismos dones que Reggan y ella no podía prescindir de la clarividencia y él prefería evitar el tema con ella, sus cartas eran tan monótonas, tan inexpresivas, como si intentara calmarla pero pidiera auxilio, ocultándolo todo, aquello la preocupaba mucho. Pero eran partes de la misma moneda completamente opuestas, ella trataba de escapar de la obscuridad inscrita en su alma desde su nacimiento y Ree solo se había entregado a ella, amaba a su hermano y quería salvarlo pero ¿Cómo ayudar a una persona que no quiere ser salvada? Esto y mucho más la mantenían en constante reflexión. Pronto él asumiría las responsabilidades como jefe de la familia, en su decimo octavo cumpleaños ¿Sería el final del periodo de miedo hacía el apellido Stoker o el comienzo de una nueva guerra mágica? Temía por la vida de aquel niño del que se enamoro por cuidarla y protegerla tanto tiempo, quería hacer lo mismo por él y lo haría, así tuviera que renunciar a sus votos de amor por la vida, de bien, de nobleza, de todos los valores en los que creía, lo haría, por su hermano. Sabía que ella nunca debió de haber nacido, en la familia nunca antes nació una mujer pero él la convenció de no creer en eso, le dio el valor de aceptarse y le estaría eternamente en deuda por ello.

-Te quedaste demasiado callada…- sus ojos se posaron sobre la chica frente a ella que bebía su té con elegancia, Cate le regalo una amplia y tímida sonrisa negando.

-Lo lamento, me quede pensando en…- Fue interrumpida.

-¿En el chico de tus pinturas? Tu hermano… Reggan-

-Si…- Su mejor amiga, Amanda, solía hablarle demasiado del joven de ojos claros al que había pintado infinidad de veces de tantas maneras diferentes, como si intentara descubrir todas sus facetas, conocerlo por completo, en el pasado ella creía que era una especia de amor platónico hasta que le contó sobre él. Cinco años después de conocerse seguía haciéndolo, justo como la primera vez, era como si el tal Reggan, que sonaba maravilloso en sus historias, jamás hubiera crecido, se quedo como el niño de trece años que se quedo en Transilvania. Le preocupaba su amiga, había sido como una hermana para ella todos estos años, su familia la conocía y la adoraban. En cambió sabía muy poco de ella, solo un poco más de lo que la mayoría podía ver pero eso no le decía nada, nunca se atrevió a llegar más lejos, por miedo y respeto, Stoker no era un apellido que se tomara a la ligera pero ella parecía en verdad ser completamente distinta, cuando su naturaleza saliera a flote, no quería tener que despedirse de su amiga.

-Está bien, te lo aseguro, por lo que me dices, que dejo de escribir, yo creo que es por la nueva escuela y todo eso, quizás hasta conoció a una chica y está enamorado, por eso no piensa en nada más.-

-¿Reggan enamorado? Eso sería maravilloso, sé que no habría nadie así de buena para él pero cuando la conozca o si ya lo hizo sé que debe ser asombrosa, hermosa y espero… que sea capaz de entenderlo y amarlo como nunca nadie lo ah hecho y estoy seguro de que él hará lo mismo, puede que sé un poco necio pero es un buen chico, muy leal, un compañero para siempre.

-Eso me pone en duda, te la pasas pensando en tu hermano al que no has visto por cinco años, ni siquiera sabes cómo se ve ahora, pero fuera de eso debes comenzar a pensar más en ti, no todo es estudio y entrenamiento- Tomo su mano con ternura- Diviértete, eres muy joven, eres hermosa, inteligente, debes comenzar a salir más, quizás conocer un chico- Dijo con una sonrisa insinuante que hizo que las mejillas de la menor se ruborizaran de golpe.

-No, no tengo tiempo y además, tú sabes que mi vida son las historias, la ficción, tengo expectativas muy irreales sobre el amor, sobre los hombres, prefiero quedarme con los héroes de mis novelas románticas, con sus aventuras, con sus vidas asombrosas, eso sí que es para mí.- abrazo su bolso con fuerza, aquel que iba lleno de libros, algunos de sus favoritos.

-Eso no es correcto, podrías buscar tus propias aventuras, convertirte en una heroína como en tus historias, vivir un romance como ningún otro, tienes todo para ello, solo te hace falta emprender el camino, recuerda que las caídas también son parte de la vida, no te arrepientas de nada, vive al máximo, forma experiencias, ten el valor de enfrentarlo todo. Te quiero y no me gustaría ver que un día, dentro de mucho tiempo me digas que te hubiera gustado pensar más en ti, eres la persona más solidaria y noble que conozco pero debes ser un poco egoísta, al menos piensa en lo que te he dicho hasta el momento, es un consejo de alguien que quiere verte feliz.

-Soy feliz…-

-¿Realmente lo eres?- La menor se quedo pensativa mientras bebía de su jugo observando los pastelillos sobre la mesa, alzo la mirada observando a sus otras dos amigas haciendo fotos con una cámara instantánea cerca de ahí.

-Lo haré… pensaré en tu consejo, gracias- Apretó su mano suavemente ocultando su miedo bajo una sonrisa llena de esperanza e ilusión. – Ahora vamos, no tenemos todo el día, hay que aprovechar el paseo antes de volver…-

*

Desde que llego a Beauxbatons todo fue completamente distinto, no tardo demasiado en adaptarse al ambiente tranquilo y de ensueño que se respiraba en los corredores del esplendido castillo que ahora era su hogar, si bien el castillo Vlad era un palacio era todo lo contrario, aquí todo tenía un toque mágico, como en las historias de princesas, príncipes y dragones que le gustaba leer, y no como un castillo al estilo Drácula o el doctor Frankenstein, en la época victoriana, pero no en el sentido bueno, en casa aun se conservaban costumbres muy arcaicas y sin sentido. Cuando fue sacada de ahí no sabía cómo sentirse, pero una vez fuera nunca regresó, solo habría una razón por la que volvería y él la quería lejos. Pensaba en todo aquello mientras mantenía la mirada fija sobre una frase en el libro que leía: “No hay nada que el arte no pueda expresar”- Algo que sabía que su madre creía firmemente, ella le enseño a apreciar la belleza en todas sus formas, le enseño a pintar y estaba segura de que si se hubiera quedado un poco más a su lado, le habría enseñado a ser tan fuerte como ella. El protagonista de aquel libro le recordaba de cierta manera a su hermano, un chico hermoso, que ocultaba profundos secretos que condenaban su alma, no conocía a Reggan, al igual que él no la conocía a ella, cinco años no pasaban en vano. “El mundo es muy grande y está lleno de gente maravillosa” – Aquella frase colocó una amplia sonrisa en sus labios, cerro el libro y lo abrazo con fuerza contra su pecho, lo guardo en su bolso que se colgó a la espalda y se levanto de su silla, mirando a sus compañeras que se quedaron inmóviles cuando notaron su expresión: -Es hora de regresar…- Interrumpió una de ellas -Regresen ustedes, yo volveré pronto…- En cualquier otra situación, Samantha no la habría dejado sola pero entendía lo que estaba haciendo así que solo asintió. -Vamos, las tres chicas emprendieron el camino de vuelta al lugar donde podían usar el traslador sin problemas, dejando a Catherine de pie en medio de la concurrida sala de té donde cada vez se reunían más y más personas, si había algo que a Cate no le gustaba era eso, y más los muggles, eran extraños, muy interesantes pero le incomodaban, así que tomó paso hacia la salida, sin poner mucha atención al frente termino por estrellarse con alguien que venía de frente, un joven, alto, con un hermoso cabello rubio y facciones aun mas bellas, ella se quedo inmóvil pegada a él solo mirándolo hacia arriba, era mucho más alto, quedo atónita sin decir nada durante unos segundos en los cuales todo a su alrededor desapareció y solo existían ellos dos, tenía una cara de sorpresa única, hasta que cayó en cuenta de donde estaban y el bullicio regreso a sus oídos, retrocedió inmediatamente dejando caer el bolso de sus manos, se ruborizo de golpe y se inclino a levantarlo exclamando con pena al levantarse: -Lo siento mucho, eh sido sumamente descuidada y mis pasos insensatos me han llevado a cometer esta falta. – Hizo una suave reverencia alzando la vista lentamente hasta encontrarse con esos ojos azules que le hicieron estremecerse- Disculpe…- dijo adelantándose para salir de ahí lo más rápido posible, quería correr pero se mantuvo firme, solo avanzando, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, preguntándose si los príncipes lucían así, estaba segura de que no, ese chico no parecía un príncipe, parecía un ángel, un hermoso ángel del que ahora intentaba escapar.

*

La voz de aquel joven la había dejado consternada, era una voz tan hermosa que aun resonaba en sus oídos haciéndole una petición que no estaba en disposición de rechazar, mejor dicho no quería, luego cayó en cuenta de que él la había seguido y en realidad le pedía aquello, se giró mirándolo fijamente con asombro: -Que atrevimiento el suyo…- dijo exaltada, no estaba acostumbrada a hablar con chicos, en la escuela la mayoría eran chicas y los chicos de por ahí la evitaban por sus antecedentes, vivía con una constante maldición, su familia. Ella misma se había acomplejado a alejarse de todos para protegerlos, pero este chico, tenía algo diferente, algo peligroso, algo atrayente, aun no sabía que era pero quería descubrirlo, entonces las palabras de Amanda resonaron en sus oídos: Podrías buscar tus propias aventuras, convertirte en una heroína como en tus historias, vivir un romance como ningún otro, tienes todo para ello, solo te hace falta emprender el camino. “Se valiente” se dio ánimos a sí misma y suspiro volviendo los ojos a los contrarios- Lo siento, no estoy acostumbrada a hablar con chicos o personas fuera de la escuela pero… me encantaría poder disfrutar de su compañía esta tarde.- Ahora ella era la que se tomaba el atrevimiento de aceptar estar con un completo desconocido, pero algo en él la hacía confiar. Si su hermano la viera la mataría, luego recordó que no la había visto en cinco años y que poco le importaría así que con una sonrisa encantadora y las mejillas ruborizadas se acerco al extraño para caminar a su lado: -Soy Jade…- no había necesidad de decir más, no sabía si era un muggle o un mago pero no se arriesgaría a que se alejará de ella.

*

-No se disculpe, me cuesta trabajo aceptar que alguien quiera… pasar tiempo conmigo- dijo con una sonrisa apenada, su cara estaba completamente enrojecida por la vergüenza que le causaba comportarse de una manera tan tonta. -Darío- Repitió en voz baja acariciando cada letra con su dulce voz- Es un bello nombre ¿De dónde es? – dijo mucho más tranquila después de que su corazón desbocado se calmara un poco tras sentir el cálido tacto de los labios del mayor sobre su piel, mientras le seguía, en realidad ella conocía poco de la ciudad, solo sitios de interés general así que poco ubicaba de hacía donde se dirigían pero no protesto, le gustaba que aunque su comienzo fue un poco apresurado, era un joven con modales y elegancia, era encantador. – Le sorprenderá saber que llevo algunos años viviendo por aquí y conozco muy poco en realidad, gracias por ser mi guía ¿Es usted de por aquí? En caso de que no creo que perdernos juntos es una buena manera de tener una aventura- Cuando estaba nerviosa hablaba demás, Cate tenía los modales de una princesa cuando era el momento debido pero en circunstancias más relajadas se comportaba como una niña. Poco a poco la pequeña calle por la que andaban les dio paso a una zona sumamente colorida y concurrida, por las personas que entraban y salían de las pequeñas y grandes galerías, era maravilloso, París era una de las capitales del arte en el mundo y poco había tenido la oportunidad de adentrarse a conocer todo lo que esta ciudad tenía para ofrecerle, así que estaba emocionada, se acerco más al joven, tomándolo por el brazo en un cómodo abrazo mientras andaban por la calle- Esto es verdaderamente hermoso…- se aparto un momento corriendo, mientras giraba con sus movimientos de bailarina, disfrutando del entorno pero aun más, de ver al apuesto joven que la acompañaba.

*

-¿En serio? Oh! esta muy lejos de casa... ¿Que hace en París?- Él tenía algo, algo especial, que contrastaba con ella pero no sabía explicar, quizás era por su edad, él habría vivido muchas cosas que ella aun ni pensaba, y es que aunque no era una chica común disfrutaba de hacer cosas normales. salir con sus amigas, estudiar y soñar todo el tiempo, era como una niña de trece años, que no ansiaba crecer pronto. -Ahm... si, bueno... es que no tomó café, me pone hiperactiva pero si que me gusta el té- dijo asintiendo con una amplia sonrisa. Ni siquiera había pensado en el tiempo, por primera vez en su vida no le preocupaba meterse en problemas, se estaba diviertiendo como nunca, no tenía miedo o pena de ser ella misma por que el joven que la acompañaba la motivaba a serlo.

*

Como niña obediente volvió a tomar el brazo del mayor siguiéndolo con confianza ciega. Algo en él la hacía no tener dudas de su bondad, aunque al igual que ella guardaban oscuros secretos en su alma.

-La conozco pero me gustaría escucharla de sus labios- un rubor suave apareció en sus mejillas- Si no le importa, sería mucho más instructivo que leerlo en una aburrida lección de historia.- Sentados en la mesa, a la tenue luz de la tarde todo parecía mágico, escuchaba atentamente al más alto imaginando todo aquello que le contaba, había visto las fotografías e imágenes pero nunca había pensado si quiera en la posibilidad de poder visitar un lugar como ese, estaría penado por las normas de la escuela, adentrarse en lugares tan riesgosos y peor, no atender el toque de queda, que por estos momentos estaba ignorando, la hora límite para su regreso al castillo estaba próxima, pero por primera vez en su vida no quería volver, quería quedarse a disfrutar de la compañía del príncipe de ojos azules que conoció apenas una hora atrás.

Cuando el mesero llegó pidió un té simple de lavanda, le encantaba porque era una infusión relajante y en momentos como estos, que su corazón latía con intensidad necesitaba calmarse, dos terrones de azúcar, y no dejaba de morderse los labios constantemente.

-Es una pena que aunque llevo cinco años viviendo acá nunca tuve la oportunidad de conocer lo que era vivir cotidianamente, mi escuela es muy estricta, solo puedo salir los fines de semana y por un par de horas, con mis amigas, me meteré en problemas por decir esto pero… aunque ya es tarde, me gustaría quedarme un poco más con usted y… ¡Que le parece si vamos a las catacumbas! ¡A verlas y explorarlas!- nunca pudo haber imaginado algo más bizarro, bueno, quizás si, pero lo impactante no radicaba en la idea si no en que podía hacerse realidad, en lo riesgoso que podía ser y en lo excitante que resultaba, era una aventura, y sentía como todo aquello que reprimió por años para mantenerse al margen y ser una joven dedicada y ejemplar ahora quería disfrutar del mundo, ser valiente, atrevida.

¿Qué pensaría su hermano si la viera ahora? Seguramente le tiraría una copa de agua fría en la cabeza por no guardar postura, o peor aún, por estar hablando con un muggle, pero Darío no era ordinario, tenía algo “mágico” para ella él era más poderoso que cualquier magia o hechizo, más poderoso que la amortentia o que sus propias habilidades, él robo su corazón, y eso le daba un poder absoluto sobre su mundo.


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En realidad esperaba una reacción completamente distinta a la que tuvo cuando se le acerco, esperaba que lo rechazara, pero no fue así. La mano sobre su pecho era cálida,, contrastando con su piel, era reconfortante. La miraba con admiración, aun a pesar de todo lo cometido ella era tan noble al concederle la oportunidad de poder estar juntos de nuevo. No se la merecía, definitivamente. Su otra mano se deslizo por su mejilla acariciándola con ternura al escuchar el breve poema que recito con su melodiosa voz, que le dolía y al mismo tiempo lo hacía emocionarse.

 Luego vino aquel abrazo que lo hizo desarmarse, la rodeo por la cintura sintiendo el calor de su piel.- Te amo…- susurro quedando fascinado por su sutil amenaza, en caso de que volviera a comportarse como un idiota.- Ely… nunca fue mi intención dejarte y nunca lo haré, eres todo para mí y yo solo quiero estar contigo y hacerte muy feliz.

 Estaba a punto de besarla cuando esta se desplomo sobre la cama, la observo y se horrorizo al verla temblar de aquella manera ¿Qué le pasaba? ¿Podía arreglarla con magia? Su primera idea fue que tenía frío, el era experto en ver el sufrir de los demás, no en ayudar, se acostó a su lado, abrazándola y cubriéndose a ambos con las sabanas.

 -Tranquila… estoy aquí…-

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RPG: I´m Reggan

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