En realidad esperaba una reacción completamente distinta a la que tuvo cuando se le acerco, esperaba que lo rechazara, pero no fue así. La mano sobre su pecho era cálida,, contrastando con su piel, era reconfortante. La miraba con admiración, aun a pesar de todo lo cometido ella era tan noble al concederle la oportunidad de poder estar juntos de nuevo. No se la merecía, definitivamente. Su otra mano se deslizo por su mejilla acariciándola con ternura al escuchar el breve poema que recito con su melodiosa voz, que le dolía y al mismo tiempo lo hacía emocionarse.
Luego vino aquel abrazo que lo hizo desarmarse, la rodeo por la cintura sintiendo el calor de su piel.- Te amo…- susurro quedando fascinado por su sutil amenaza, en caso de que volviera a comportarse como un idiota.- Ely… nunca fue mi intención dejarte y nunca lo haré, eres todo para mí y yo solo quiero estar contigo y hacerte muy feliz.
Estaba a punto de besarla cuando esta se desplomo sobre la cama, la observo y se horrorizo al verla temblar de aquella manera ¿Qué le pasaba? ¿Podía arreglarla con magia? Su primera idea fue que tenía frío, el era experto en ver el sufrir de los demás, no en ayudar, se acostó a su lado, abrazándola y cubriéndose a ambos con las sabanas.
-Tranquila… estoy aquí…-
#Slytherween #SlyRoyalty Al final no había hecho planes para salir del castillo, al menos no la primera semana, desde su llegada no había podido descansar, cuando se llegaba a mitad del ciclo escolar solo podían hacerse dos cosas, esforzarse y tomar el ritmo o dejarlo pasar y perder el tiempo, bueno, lo último estaba muy lejos de ser su estilo, y al fin habían terminado los TIMO´s. El castillo permanecía en silencio, solitario, la mayoría de los estudiantes habían salido de vacaciones, habían regresado a casa, con sus padres. Reggan meditaba sobre todo y nada mientras observaba el cielo, el viento soplaba con ligereza, hacía un día precioso, algo frío pero él estaba acostumbrado a temperaturas mucho más bajas, esta época del año tenía algo mágico, algo que le gustaba, y eso la convertía en su preferida. El pasto ligeramente mojado por el rocío de la mañana mojaba sus dedos que se deslizaban sobre él. A unos cuantos metros de ahí el grupo de compañeros de casa comenzaba a reunirse mientras la prefecta terminaba de enlistar todo lo que había estado haciendo para la actividad de hoy a la que en los días anteriores les había invitado a participar. Parecía algo ambiguo pero quería integrarse, desde su llegada, la adaptación a la vida estudiantil había ido bastante bien, y aunque no sabía de qué iba la actividad de hoy siempre podía resultar algo divertido, una experiencia enriquecedora y debía entablar relaciones con las serpientes, no los conocía a todos así que la ocasión era perfecta. Se puso de pie integrándose al grupo para escuchar la explicación sobre lo que harían. Sinceramente no le interesaban los premios y la actividad era bastante simple, pero con un paisaje otoñal, a orillas del bosque con unas vistas tan hermosas era normal que la inspiración surgiera, así que demostraría su talento tallando calabazas. Debía pensar muy bien que quería plasmar, Reggan era un amante de la belleza, pero esto era Halloween, una fecha en la que la línea entre el mundo de los vivos y los muertos era tan delgada que había muchas manifestaciones de los parientes del otro lado en nuestro mundo, por ello los humanos se disfrazaban de cosas aterradoras, para mezclarse entre ellos y que todo resultara más ameno, por así decirlo. Así que las cosas lindas no estaban tan asociadas a esta fecha y debía admitir que era aburrido, así que era momento de darle un poco de horror bizarro a su vida. No habían muchas cosas que le asustarán al joven Slytherin, a diferencia del resto de las personas a las que cosas como la obscuridad, los insectos, roedores, arácnidos, fantasmas, monstruos o e incluso para los supersticiosos cosas como la mala suerte, no, a él eso le iba y le venía igual, ni si quiera la muerte. Así que se puso a pensar en que podría hacer, que idea resultaría realmente aterradora para los chicos a su alrededor, se puso a observarlos, uno a uno, eran tan jóvenes y con personalidades tan variadas. Pensando en lo mismo la idea del baile le llego de golpe, era de disfraces y ¡aun no tenía uno! Faltaban solo algunos días, debía ir a Londres y variar, no quería seguir siendo un príncipe como en los bailes de disfraces que organizaban cada año en el castillo Vlad, pero todo eso le dio una idea, la gente se disfrazaba de muchas cosas para esta festividad, algunos de cosas que resultaban ser completamente distintas al concepto de terror, otros idolatraban a sus personajes favoritos, otros realmente aterradores y entre estos, uno de los que podían asustar mas y de los más conocidos eran los payasos. Así que con la simple idea y tomando en mente películas y literatura que estaba relacionada con estos y que conocía o con la que estaba familiarizado comenzó a trabajar. Tomó cortadores, cuchillos: de sierra y plano, palillos, pintura, pinceles, y otros detalles que le parecieron serían adecuados, si le falta algo mas ya se ocuparía después. Se coloco a un extremo de la mesa en lo que comenzaba a trazar su idea, primero tomo una calabaza de tamaño medio, no debía pesar más de tres o cuatro kilos. La coloco sobre algunos periódicos que habían sido colocados para que no se ensuciara demasiado la superficie sobre la que trabajaría, antes de proseguir con cortar la tapa y sacarle el relleno se retiro todos los anillos que llevaba, por primera vez en su vida considero que llevar las uñas tan largas y perfectas era contraproducente, se le estropearían horriblemente pero ya se las arreglaría luego, antes del baile. Tomó el cuchillo de cierra pequeño, y justo, alrededor del tallo comenzó a cortar la tapa, que le daría acceso al interior del amigo naranja. Con el ángulo del corte hacía el interior de manera que evitara que al ser colocada esta se fuera hacía el centro de la calabaza. Un círculo perfecto, con la medida apropiada para que su mano pudiera entrar, tomo una pequeña pala de mano, parecía de jardinería y empezó a sacar el relleno y las semillas, colocándolo en un tazón que tenía al lado para ese propósito, seguramente los elfos aprovecharían todo eso para el banquete de Halloween, ya veía toda clase de comida preparada con calabaza. No retiro demasiado de las paredes ya que su idea era tallar no sobre la cara superficial si no sobre las capas internas de la pulpa. Se limpió las manos con un pañuelo y se sentó, necesitaba un boceto como guía, tomo una hoja de papel y un carboncillo y comenzó a delinear la forma de su calabaza y luego la cara del payaso que quería, poco a poco fue tomando forma y tras quince minutos añadiendo detalles, estuvo listo. Era momento, la idea era hacer que pareciera que la cara estaba dentro, rodeada por la calabaza, así que marco con tinta el contorno de lo que tendría que pelar, así que comenzó a tallar, con un cuchillo plano, quitando capas hasta que la profundidad le pareció apropiada, no era una actividad difícil o complicada, solo era cuestión de cuidar y saber manejar los niveles de las dimensiones, en este caso no tenía que ser perfecto porque su diseño no era simétrico o estéticamente correcto. La cara tenía facciones muy marcadas como las arrugas de la frente y los ojos, las de la expresión de las mejillas por la sonrisa, los pómulos, la nariz y esos labios gruesos y deformes. La base fue rápida, lo que requirió tiempo fueron todos los detalles que le daban personalidad al personaje. Una vez terminado era tiempo de darle color, por si solo lucía muy bien, pero debía lucir grandioso. La base de pintura blanca, las cuencas de los ojos y de alrededor de la cara en negro también usado para dar profundidad a las arrugas de la boca. Para las arrugas de los ojos uso un tono azul rey y para los labios y el rubor marcado de las mejillas uso un tono naranja, una imponente nariz roja a juego con el reflejo en las arrugas de la frente, al igual que el cabello que eligió, utilizo musgo del bosque, que puso a secar al sol: Lumos Solem- un rato antes de pintarlo y adherirlo a la calabaza, el hechizo también ayudo a que toda la pintura se secara rápidamente. Por último, tomo un ojo de vidrio, colocándolo en el cuenco vació del rostro, de inmediato adquirió “vida”. Un proceso de casi tres horas, pasado el medio día al fin pudo ver su idea plasmada… en una calabaza. -Debo ponerte un nombre… ¿No? Uhm…Mr. Killjoy. Bienvenido…- Agrego el nombre, tallado con delicadeza en la parte posterior, al igual que sus iniciales. Estaba listo. Algunos de sus compañeros terminaron un par de horas atrás, otros seguían concentrados o frustrados repitiendo una y otra vez los procesos al no conseguirlo a la primera. Regreso todo a su lugar y fue a lavar sus manos, sus uñas efectivamente estaban horrendas. Ahora solo debía esperar.
Desde que tomo la amortentia en la comida, sonaba cruel decirlo pero no había vuelto a pensar en Elysian y los sentimientos encontrados que tenía por ella, por el contrario, la falsa felicidad parecía crecer constantemente en su pecho, llegando a ser amenazante por lo radiante que lucía el joven Slytherin, despertando sentimientos en varias de las chicas del colegio que no podían evitar mirar al joven de rostro angelical ahora con una actitud de lo mas romántica, claro que no todas reaccionarían de la misma manera, ya que Maddie, la joven que le robó el corazón de primera instancia parecía ignorarlo por completo.
Obviamente no podía permitirse eso, Ree siempre fue alguien admirado, amado, a quien nunca le falto compañía, por ello no toleraba el rechazo, de ninguna manera, siempre conseguía lo que quería, por los métodos necesarios, fueran correctos o no, pero al sentir “amor” quería llegar a ser notado por ser el mismo que por forzarla u obligarla. Pero para su sorpresa y mientras se decidía entre cual atuendo usar para ir en búsqueda de su musa, algo comenzó a pasar en su cuerpo, sintió nauseas repentinas y un fuerte dolor en el vientre bajo, corrió hasta el cuarto de baño temiendo no alcanzar a llegar al lavabo antes de que el vomito se hiciera presente, pero tras un par de arcadas y un repentino mareo que lo hizo sentarse al borde de la tina, cerró los ojos presa de un fuerte dolor de cabeza, se sentía extraño, debilitado por un momento, su cuerpo se sentía extraño, todo en él estaba confuso, se levanto trastabillando y cuando su visión se aclaro se dio cuenta de que algo había cambiado.
Su ropa le que quedaba sumamente ajustada en el pecho, en la zona de los glúteos y en los muslos, pero por el contrario, le quedaba holgada en el abdomen, en la espalda, y sus zapatos demasiado grandes, aun más, su cabello había vuelto a crecer, aun más que cuando lo cortó la última vez… corrió hasta el espejo y casi se va de espaldas al mirarse, grito mientras se tocaba todo el cuerpo dándose cuenta de que su voz era completamente distinta, suave y aguda, comenzó a hiperventilar ¿Dónde estaba su cuerpo? Su hermoso y perfecto cuerpo había sido cambiado por el de una mujer…- Inmediatamente se quito el cinturón dejando caer los pantalones al suelo y luego los bóxers a toda prisa dándose cuenta de que absolutamente no había rastros de que fuera hombre, volvió a gritar esta vez mientras se sacaba toda la ropa quedando atónito con su reflejo. Si, era una mujer hermosa, demasiado, que en sus tiempos de Casanova habría disfrutado llevar a su cama, pero ahora todo era distinto porque alguien se había atrevido a hacerle esto. No entendía quien ni por qué.
De vuelta en su habitación, desnuda y asustada miró el suelo, en el que se había estrellado y roto la pequeña taza de porcelana con el café que Elysian le había enviado. Se quedo meditándolo un momento y cayó en cuenta de que ella había sido la culpable.
-Esa niña…- Se puso unos bóxers y como no estaba acostumbrado a llevar sujetador y se sentía tan tranquilo con su cuerpo solo salió así, con el cabello cubriéndole los pechos, en busca de aquella joven que se atrevió a meterse con lo más importante para él.
-¡Ya verás cuando te encuentre…!-
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||Privado|| Conociendo al amor de mi vida, por segunda vez. || El gran comedor || Reacción: 21/11/2016 || #MGCActividad #MGC_MOPS ||
“Es solo un niño inocente”
Como le encantaba a su madre decir aquella frase tantas veces, intentando evitar a toda costa que su pequeño hijo de tres años comenzara a desarrollarse en el peligroso mundo de la magia tenebrosa, su familia había sido un pilar fundamental para los propósitos del señor tenebroso varios años atrás, aun después de su caída ellos permanecieron, ocultos pero activos, buscando nuevas maneras de terminar con la paz y la calma que aparentemente ahora reinaba sobre el mundo mágico, que vivía en “armonía” con el mundo muggle.
Lamentablemente su madre no vivió demasiado como para hacer que aquellas palabras conservaran su sentido, Reggan creció como todo, menos como un niño “inocente”. Sin padres o alguna autoridad responsable que se hiciera cargo de él, recluido en casa, estudiando y conviviendo con personas de su misma clase se volvió una persona completamente irreconocible, algo que su madre jamás hubiera querido, se convirtió en un Stoker ejemplar. Y tan solo una semanas después de su decimo octavo cumpleaños asumió el titulo de nuevo jefe de la familia.
Pero ahora no podía estar más lejos de merecer ese título, de sentirse honrado por el gran compromiso que su familia le confió. No, simplemente no se sentía emocionado ni por eso ni por nada. Estaba tan deprimido que ni si quiera la muerte terminaría con su sufrimiento perpetuo en el más profundo de los infiernos.
Decidió dejar de pensar tanto en ello, había renunciado a Ely por amor, aunque eso significará sacrificar su propia felicidad, eso debía darle al menos algo de calma. El gran comedor estaba lleno de estudiantes cuando la cena apareció sobre la mesa, no tenía apetito pero algo le llamo la atención, todo parecía particularmente delicioso aquella noche, en especial el pastel de chocolate que tenía frente a sí, una única rebanada partida que tomó en un pequeño plato de porcelana, era de lo más particular, porque tenía un aroma único y fascinante, no el aroma común del chocolate que a todos parecía fascinarles, no, era algo más profundo e intenso que lo hacía recordar los buenos días de su niñez, el tiempo en que era inocente y a su primer amor verdadero, Elysian.
Lo probó, el resultado fue mejor de lo que esperaba, simplemente perfecto, inmediatamente su cuerpo se llenó de un sentimiento particular, su corazón se aceleró y sus mejillas se ruborizaron, estaba excitado, emocionado, comenzaba a sentirse mejor, alzo la mirada, en busca de quien fuera la dueña de todas esas emociones que lo invadían, allá, en la mesa de los cuervos estaba Ely, pero no la observaba a ella, aquella hermosa joven de ojos claros, piel pálida y semblante tranquilo, con la inocencia a flor de piel, ella de quien desconocía su nombre pero debía ser precioso al igual que su personalidad, fue “amor a primera vista”.
Claro que no tenía ni idea de que la comida aparentemente inofensiva contenía una poderosa pócima de “amor” y no era consciente de que todo lo que sentía no eran más que ilusiones falsas, que manipulaban su cuerpo y mente de una manera cruel. Lo supo cuando se levanto a toda prisa para ir a presentarse, pero de inmediato tuvo una sensación conocida, bajo la mirada y volvió a sentarse de golpe.
¿Cuándo fue la última vez que estuvo con una mujer? Desde su llegada a la escuela. Era demasiado para quien acostumbraba tener “fiestas privadas” varias veces por semana, no se había dado el tiempo necesario para notar los cambios que su cuerpo estaba sufriendo a causa de la abstinencia, se puso su capa y salió a toda prisa del comedor, de vuelta a su habitación con el único pensamiento en mente de que pronto conocería a la hermosa chica de ojos azules que le robo el corazón a primera vista.
-Ahm…- No había pensado en que le diría una vez que se acercará, ser chica lo volvía impulsivo pero se saco una historia creíble.- Soy… Lilith!- El nombre de su madre se le vino a la cabeza- Y… soy nueva, bueno, llegue hace unas semanas, te eh visto en clases aunque quizás tu a mi no porque no soy tan participativa en clases- bajo la mirada aparentando estar apenada- Pero creo que es momento de dejar eso de lado y hacer amigos y tú me llamaste mucho la atención ¿Te gustaría salir conmigo hoy? Podemos hacer muchas cosas divertidas ¡Una tarde de chicas!- Dijo emocionada saltando.
- ¡Ahm espera! ¡Iré a vestirme y vuelvo corriendo! – Salió corriendo del agua en caminó al castillo, fue tan rápida como pudo, gracias a sus influencias tenía ropa de mujer que le sentaba perfectamente, benditas sus damas de compañía que no entendían porque quería eso pero no pidieron más explicaciones. Una vez lista regreso toda velocidad hasta el lago, tanto como los tacones altos le permitían.
-¡Lista! Entonces ¿A dónde te gustaría ir? ¿A Hogsmeade, a Londres, de compras, por un café, al cine, al teatro, a un concierto, a la luna?- dijo con una sonrisa encantadora presa del amor que sentía por la menor.-
|| Parte 2 || Privado || Dear Elysian || 1/10/2016 || #MGCMusicPlay#MGCActividad || Mazmorras de Slytherin ||
Breaking Benjamin - So Cold https://www.youtube.com/watch?v=MHwc-IWEipk
Sentado frente a su escritorio miraba fijamente el pergamino que permanecía en blanco a la espera de que la tinta plasmara en el hermosas palabras que hasta el momento Reggan no había pensado, claro que las sabía pero no sabía de qué manera expresarlas cuando de Elysian se trataba, todo en su cabeza era un lío cuando pensaba en ella. Ni siquiera una maldición imperio había tenido tanto control sobre él, se sentía en un sueño que creía pronto se convertiría en la peor de sus pesadillas, no se fiaba de si mismo, no confiaba en nadie y él no era la excepción, no podía caer de esa manera frente a nadie, y por otra parte estaba esa parte de él, muy en el interior que deseaba dejarse llevar por los encantos de la menor, rendirse a sus deseos y amarla, amarla como nunca había amado a nadie antes, estas con ella, cuidarla y protegerla contra cualquier pronóstico, renunciando a sus más preciadas promesas y juramentos, lo haría si ella se lo permitiera pero parecía cada vez más distante, se sentía confundido, atrapado entre lo que quería y lo que debía hacer. La pluma se deslizo ágilmente sobre el papel comenzando a dar forma a las confundidas palabras del chico que molesto expresaba su sentir mientras, a su vez recitaba una canción que le recordaba a ella, sin cantarla abiertamente, parecía más que estuviera declamando un poema que hacía que le doliera el pecho.
You're so cold Keep your hand in mine Wise men wonder while Strong men die Show me how it ends It's alright Show me how defenseless You really are Satisfied and empty inside That's alright Let's give this another try If you find your family Don't you cry In this land of make believe Dead and dry You're so cold But you feel alive Lay your hands on me One last time It's alright
|| Carta ||
Querida Elysian.-
No sé como comenzar a expresar lo que siento, aquello que aqueja mi alma desde el día en que llegue a esta escuela, desde el día en que te conocí. Y es que eres un constante pensamiento, un constante deseo en mi mente, y debo admitir que una constante tortura que no me deja ser egoísta como antes y es que, cuando estoy contigo quisiera cambiar todo lo que soy, mi naturaleza, mis pecados para ser digno de ti. Y no entiendo, te juro que no, el por que siento que cada vez me rechazas mas y mas, y soy un idiota por sentirme así, creo que se debe a que, nunca jamás nadie me había hecho sentir lo mismo que tu, eres la musa que espere toda mi vida y ahora que estas aquí la inspiración que llego a mi fue tal que me siento abrumado, me aterra pensar que puedo perderte aun cuando nunca has sido mía. Soy patético, lo sé, y sentirme así me enfurece, me siento como un niño inexperto cuando creí tener el mundo a mis pies viniste para demostrarme que todo en lo que creía fue una simple mentira.
Yo hubiera deseado que confiaras en mi, que me dijeras como esto iba a terminar bien, solo soy un chiquillo enamorado de alguien que valía la pena todos los riesgos pero no puedo obligarte a sentir lo mismo por mi…- Y en el pasado nada me habría costado forzarte a hacerlo pero yo deseaba que fuera diferente, que por primera vez en mi vida, alguien me amara realmente, conociendo mis demonios y aceptándolos, yo acepte todo de ti desde el día en que mis ojos se posaron sobre ti en un precioso atardecer en el lago, nunca olvidaré ese día, el día en que perdí realmente mi alma, el día en que te robaste mis sueños, cuando me volví tuyo completamente, el día en que elegí quien quería que me rompiera el corazón. Me alegra tanto que fuera alguien tan indiferente, porque así mi dolor estaría justificado… No sé si ignoraras mis notas pero lo hagas o no solo quiero decir que... espero que estés bien y que encuentres a alguien que te haga feliz. Lamentablemente no pude ser yo y mucho menos puedo ignorar el hecho de tu existencia en este mundo, así que, esta no es una despedida.
¿Quién en su sano juicio podría renunciar al amor de su vida?
Yo no soy un cobarde, no me rendiré tan fácilmente nena. Y es que eres el propósito más bonito de mi vida, Elysian Lutz, aceptame o rechazame pero nunca podrás hacer que te deje de amar, ni matándome terminarías con el juramento inquebrantable que le hice a mi alma de amarte.
https://66.media.tumblr.com/…/tumblr_mzpwvcG7tq1r5gmiko1_40…
Terminó de escribirla, tenía una amplia sonrisa en los labios y lagrimas en los ojos que cayeron por sus ojos, una única rosa blanca reposaba frente a él, junto al frasco lleno de mariposas esperando ser enviadas junto a una nota para ver sus días finalizar de una manera simbólica y hermosa. Doblo la carta metiéndola en su respectivo sobre y tomo el abrecartas que reposaba sobre la superficie de caoba obscura. Y con un ágil movimiento corto su muñeca que comenzó a sangrar de inmediato de manera dramática como si la superficie fuera más severa de lo que realmente era, la sangre se derramo cayendo sobre los pálidos pétalos que de inmediato se tiñeron de carmesí.
La sensación de la sangre brotando era deliciosamente placentera pero no quería desmayarse así que con un rápido movimiento de su varita la herida quedo en el pasado. Una pequeña mariposa negra, y la nota fue enviada, colocada con una precisión y belleza sobre la cama de la joven, sobre el pálido sobre color hueso reposaba una rosa bañada en sangre y sobre esta una pequeña mariposa que acababa de llegar al mundo esperaba, aleteando suavemente postrada sobre la sangre que aun seguía caliente. Sabía que ella lo entendería, la metáfora de cómo le entregaba una parte de su vitalidad, de su ser, su vida estaba puesta en manos de Elysian, hoy y para siempre.
-La amo…- Susurro contemplando al resto de las mariposas que revoloteaban impacientes dentro de la urna, en esta ocasión la que envió con la carta no moriría como muestra de su compromiso por ella.
Se había quedado mirando el tazón de avena por algunos minutos hasta alzar su mirada encontrándose con Elysian que desvió la mirada rápidamente, una sonrisa apareció en los labios del mayor quien meditaba sobre el rechazo por parte de la joven Ravenclaw durante los últimos días. ¿Cómo es que era vulnerable a sus encantos? Lo hacía dudar de sus habilidades en el cortejo pero más que eso, de su personalidad y de su belleza. La miraba con intensidad, entre confusión y deseo, ella estaba prohibida para él pero aun no descifraba a que grado, ella le regresó un par de miradas pero se mantenía distante, pensativa ¿Qué no le había dicho aun? Porque no lo dejaba adentrarse en su mente, en su corazón, en su alma…- Ella poco a poco lo iba sumiendo en la locura, en la obsesión. Su mirada no titubeo ni por un instante hasta que la joven repentinamente se puso de pie irrumpiendo sus pensamientos ¿Iba a retirarse? ¿Debería seguirla? Quizás en verdad lo aborrecía y no era más que un estorbo para ella, la amaba tanto que si ella se lo pedía la dejaría en paz… Lo que nunca espero fue lo que pasó a continuación. Ella subió sobre la mesa de los cuervos y repentinamente comenzó a cantar y bailar como toda una rebelde en contra del sistema, era como si el hermoso ángel demostrara todo lo que había estado callando por mucho tiempo de una manera tan viva e hilarante que lo hizo contener la respiración la mayor parte del tiempo mientras su cuerpo se expresaba con libertad y belleza. Algo que lo tomo por sorpresa de la mejor manera posible, claro que no todas las reacciones fueron iguales, había descontento por parte de la mayoría de los presentes, incluidos los profesores, otros más la animaban o reían pero en él solo conseguía hacer que su corazón latiera desbocadamente mientras escuchaba atento sus palabras que lograba comprender a medias porque estaba cantando en Español. Para cuando termino de pronto el silencio incomodo invadió la enorme sala que a esta hora estaba llena de personas, Reggan no aparto sus ojos de la menor que se quedo quieta sin saber qué hacer, así que sin pensarlo demasiado se puso de pie caminando hasta ella, la tomo con delicadeza por la muñeca haciéndola bajar de la mesa para mantenerla a su lado, tomo su mano haciéndole saber que todo iba a estar bien, que no tuviera pena y antes de que ella reaccionará de manera escandalosa porque él comprendía que el contacto físico la perturbaba, dijo: -Les ofrezco una disculpa en nombre de aquellos que no supieron apreciar esta muestra de belleza y libertad por parte de la señorita Lutz, muchos deberían sentir la música y dejarse llevar tal como ella lo hizo, un acto verdaderamente admirable. Si nos disculpan…- Sin decir más se adelanto aun con la joven de la mano y salió de ahí tomándose su tiempo para que ella no sintiera que la estaba forzando, una vez en el corredor la soltó y se giró para mirarla: -¿Se encuentra bien?
||Cerrado|| La calma que precede a la tormenta: Un último baile a nuestro favor, porque la poca cordura que me queda quiero perderla a tu lado. || Baile de Halloween/Copa de las casas || Después de la cena y el desastre causado por Peeves ||
El anunció había sido dado, una multitud de aplausos, gritos y expresiones de asombro, decepción y alegría se hicieron presentes a la par del cambio de color de las banderas que adornaban el gran comedor portando con orgullo el escudo de las águilas de Ravenclaw. Una sonrisa se poso sobre los labios del mayor, que estaba en un momento de claridad único, uno que nunca antes había experimentado, pensaba con emoción autentica, en sus amigos, compañeros, en su cita de esta noche, y en que aunque no hubiesen ganado se alegraba por los cuervos por su triunfo. Se sumó al aplauso, con el brillo que recobraron sus ojos que lucían tiernos, casi infantiles. Aun después del incidente que Peeves provoco y que los dejo a todos llenos de una desagradable, viscosa y olorosa sustancia verde de dudosa procedencia, aun a pesar de eso seguía de un excelente humor, sus cambios recurrentes eran una alerta de lo que vendría más adelante, pero por ahora, mientras había regresado a su habitación, mientras tomaba una ducha y mientras se ponía el disfraz elegido para esta noche, no pensaba en nada más, era como si su mente aislará todas las preocupaciones dejándolo ser un chico de dieciocho años común y corriente. El cabello corto le lucía bastante bien, dándole una nueva perspectiva, una nueva imagen a su atractivo rostro. Solo quería, que a Ely le gustara, solo podía pensar en ella de camino al gran comedor donde muchos de los estudiantes ya se estaba reuniendo, algunos con disfraces simples, otros con algunos más elaborados o extravagantes, cada uno único, por su parte el suyo podría describirse como, ajustado. Muy ajustado, marcaba todos los músculos y formas de su cuerpo, pero con la mascará nadie imaginaría que era él. Quería permanecer incognito un rato, en lo que encontraba a Ely, se estaba divirtiendo de una manera tonta. Entro al gran comedor buscando con la mirada, pero ella no estaba ahí, no habría que quedarse esperando aislado de todos, estaba eufórico, quería bailar, aprovechar el tiempo, el poco tiempo que le quedaba para ser estúpido, un adolescente, un chico que no temía o esperaba nada, así fue como las canciones pasaron volando, una a una como sus compañeros de baile, chicos, chicas, no importaba, no importo hasta que vio al ángel de ojos rasgados que había entrado en la habitación, quien sabe cuánto tendría observándolo, se sintió apenado, sus mejillas enrojecidas por al excitación y la vergüenza que le causaba ser tan despistado. Se aproximó a la menor, se quito la mascará y le sonrió de forma carismática, sensual y lo que no podría ocultar, su enamoramiento, estaba enamorado y quizás esta sería la última oportunidad de demostrarlo, su última noche de claridad, la quería pasar con su musa, con su primer y más grande amor, quería que ella lo comprendiera, antes de tener que dejarla para no lastimarla o hacerle daño, antes de apartarla de sus brazos, antes de romperse el corazón para no arrastrarla al abismo.
*
-Señorita Lutz, ah venido… gracias por aceptar mi invitación para esta noche- su cumplido lo hizo reír de manera encantadora, él confiaba en que se veía sumamente bien, siempre fue muy seguro con su cuerpo, y la tela del traje se adaptaba perfecto, era como andar desnudo pero sin lo inmoral y representando a lo que el joven de la tienda de disfraces le dio a conocer como “superhéroe” algo completamente ajeno a él, y por eso lo eligió. - Espero que diferente sea bueno… usted luce preciosa- tomo su mano con suavidad, besando su dorso- Así es como debería verse una guerrera, fuerte y valiente, conservando la sutileza y la belleza… es simplemente, perfecto.- Acerco su mano al rostro de la menor, queriendo acariciar su mejilla pero se detuvo antes de tocar su piel, debía calmarse para no asustarla, estaba demasiado exaltado por toda la actividad de hacía unos minutos, bailar canciones lentas lo pondrían en sintonía.- Me concedería su primer baile? Y… todos los que vengan después.- La atrajo, en un movimiento casi seductivo, hacía la pista de baile donde se reunían las parejas una a una en una noche que era encantadora y romántica. El Halloween traía consigo algo mágico e inexplicable, esta noche sin duda planeaba hacer que Ely se divirtiera como nunca.
*
Sus palabras eran dulces y desprevenidas, sumamente inocentes y a la vez peligrosas, le encantaba. -Me resulta sumamente placentera la manera en que lo expresa- Tomó su mano para llevarla a la pista de baile.- Nuestro primer baile escolar, me alegra tanto que usted sea mi acompañante, la compañera perfecta con la que quiero compartir esta y mas experiencias memorables, si me lo permite claro. Amaba la música, y bailar aunque su estilo podría resultar un poco obsoleto por ello adoraba las canciones lentas, ya que todas eran una variación del clásico vals y la pieza que comenzaba a sonar, además de llevar un ritmo tranquilo resultaba ser perfectamente romántica para su primer baile. https://www.youtube.com/watch?v=oiw7B-dFjhc Ahora se sentía tonto por no haber sido un príncipe, así abrían combinado a la perfección, ella parecía una princesa pero era genial como sus trajes contrastaban tanto y a la vez como ellos, sus personalidades, se complementaban a la perfección. Sus movimientos suaves, acordes a la música y la letra que describía el momento de ensueño, no pudo haberlo planeado mejor, no conocía la canción pero memorizo las palabras que sonaban por la habitación quedando enganchado de ellas: -No apartes tus ojos de los míos- comenzó a cantar solo para ella- Me prometes… que seguiremos bailando a donde quiera que vayamos? Es como un relámpago, así de raro es hallar a alguien como tu…Es una en un millón, la posibilidad de sentir lo que sentimos tu y yo… Y con cada paso que damos juntos todo sale cada vez mejor…No tengas miedo a caerte, sabes que te atrapare a pesar de todo… Nada podrá separarnos, porque mi corazón está donde tú estés…- Mientras exclamaba tan dulces palabras sus ojos la miraban con amor, ilusión y deseo de sellar la promesa que habían hecho aquella tarde en el café en Londres. Pero se mantenía firme, aun teniéndola tan cerca, aun deseando más que nunca hacerlo, no quería asustarla y romper todo lo que habían logrado.
Solo un diente de león era lo que daba vida a la obscura y solitaria habitación en la que reinaba el silencio y la promesa de un futuro incierto. Reggan había tenido muchas visiones sobre Catherine anteriormente, había visto sus logros, sus problemas y momentos relevantes en su vida mucho antes de que ella imaginará que sucederían. Su “don” le permitía ser mas susceptible a los sentimientos de los demás y por lo tanto tener una sensibilidad mayor a la hora de tratarlos, lástima que su personalidad fuera tan egocéntrica y arrogante que esto nublaba su capacidad de pensar mas allá que en si mismo, eran pocas las personas realmente interesantes en su vida y aun mas pocas las que le importaban de verdad. Gracias a ello vivía recluido en si mismo aparentando no estarlo.
Sostenía la pequeña flor que había recogido en los días anteriores en los jardines que se mecía suavemente entre sus dedos y permanecía tan viva como el día en que fue arrancada del lugar que la mantuvo durante tanto tiempo, era muy extraño. Su visión de la vida se nublaba por su constante pensar de la muerte. Y ahora estaba aquí, en la sala común preguntándose qué sería del mañana.
Los días se volvían tediosos y aburridos, sin clases y sin ninguna de sus constantes actividades de diversión solo podía encontrar consuelo en dar paseos largos afuera y explorar el castillo, su lugar favorito era la biblioteca, había aprendido muchísimo sobre Hogwarts en las últimas semanas pero ahora, ahora solo quería regresar a su hogar. Salió de las mazmorras sin un rumbo fijo, solo quería caminar y perderse y no conocer el camino de vuelta, nunca regresar.
Su mirada permanecía fija en el suelo sin poner atención particular a nada o a nadie, los corredores solitarios a su paso eran presa de susurros por parte de los cuadros que le saludaban formalmente pero él no respondía, pasando de largo.
Hoy era un día típico en el que no pasaría nada interesante hasta que de pronto sintió un suave contacto seguido de un empujón que lo hizo trastabillar hacía atrás, alzó la mirada viendo a una jovencita que estaba de espaldas hacía él y que grito en el momento en que las escaleras comenzaron a moverse, estaba demasiado cerca y solo la sujeto de los hombros para evitar que lo empujara de nuevo y evitar que se callera en su temor por el movimiento que pronto se detuvo, ahí le quedo más que claro que era una nueva estudiante.
Una vez estables en un punto fijo retrocedió apartándose un poco- Una disculpa, no estaba prestando atención – Hizo una leve reverencia disculpándose con una mirada inexpresiva.
|| ¿Esta es la despedida? || La nota había sido enviada. El lunes había quedado como día libre en el nuevo horario de clases, y el joven Slytherin no había dejado de pensar ni un solo momento, desde que comenzó su viaje a Rumania, hasta su regreso, en la señorita Elysian Lutz. Aunque no de la misma manera que solía hacerlo, como un colegial enamorado de la única mujer que había logrado conquistarlo en cuerpo y alma. Y a quien ahora debía alejar de su lado, esperando poder hacerlo de la mejor manera, aunque pensándolo bien, con lo que habían vivido, con las palabras que él uso tan desprevenidamente prometiéndole el sol y las estrellas y que ahora debía romper todas y cada una de sus promesas por mantenerla a salvo. Se sentía tal como el día en que Catherin fue arrancada de su lado, y ahora había recibido una nota de su hermana menor que lo hizo sentir como la peor persona del mundo, y en realidad lo era, un ser despreciable que nunca mereció el amor de nadie, en especial el de Ely. Estaba ansioso, en extremo nervioso, nunca estuvo en una situación similar que lo hiciera sentir tan incomodo y que lo llevara a cambios de humor tan extremos, estaba deprimido, y a la vez se alegraba porque era lo correcto, pero en el fondo de su corazón sabía que esto no solo lo destrozaría a él si no a ella y no sabía si podría soportar verla llorar. Se odiaba tanto por tener que hacer las cosas así. Cuando recibió la última respuesta su corazón dio un brinco en su pecho, quería posponer el momento todo lo posible pero quizás fuera mejor hacerlo lo más pronto posible. Afuera quizás el día estaba encantador, pero para él hacía frió, estaba nublado y era deprimente. Avanzaba con paso apesadumbrado hacía el lago, con la vista fija al frente sin prestar atención a nada a su alrededor que parecía ir en cámara lenta. Minutos que le parecieron una eternidad, no quería llorar pero sus ojos amenazaban con traicionarlo conforme la imagen de Ely apareció frente a sus ojos, lucía preciosa, como un ángel hermoso y perfecto pero eso no era todo, denotaba alegría y vitalidad, se acerco cada vez mas lento hasta que se detuvo frente a ella: -Hola… gracias por venir- Su voz era rígida y seria, suspiro un momento para calmarse un poco, ella lo hacía sentirse tranquilo, aun en una situación como esta.
*
-Ah…- No se esperaba las flores, era claro que Ely tenía una idea distinta del por qué se habían reunido- Gracias son… muy lindas- Las tomo observándolas por un momento con dolor. Cada una de sus palabras eran como una puñalada, como un sectumsempramultiplicado por un millón de ataques recibidos al mismo tiempo, no podía expresar su sentir, era como si su aliento poco a poco fuera consumido por el momento, no podía respirar, se sentía débil, estaba pálido a comparación de la menor, que bajo aquella preciosa sonrisa, aquella que Reggan siempre deseo ver de forma natural en sus labios y que ahora obtenía, no podía apreciar de la manera que le gustaría por estar cegado por el miedo. Habría preferido negarse a su petición, decirle que no quería verla más pero no lo hizo, en cambió asintió dándole permiso de hablar primero. Sus ojos se encontraron con los de ella, la ilusión, la alegría, el amor eran latentes en su mirada, mordió su labio inferior para contener sus gritos de agonía, al principio suave mientras aguardaba escuchar algunas de las últimas palabras que se dirían.
*
Si tuviera un deseo en ese momento sin duda sería morir de inmediato, sin tener que decir lo que debía decir. Sin tener que romper los sueños e ilusiones de la menor, sin tener que arrancarle las alas de la forma más cruel posible, preferiría arrancarse los ojos, la lengua, quitarse la vida, pero eso tendría que esperar. Un par de lagrimas se escaparon de sus ojos, jamás lloró frente a nadie pero ahora todo se derrumbaba a su alrededor. No quería alejarla, pero era su deber. -Ely…- alcanzo a articular con la voz entrecortada- Tu no… no me amas, no puedes amarme, no debes.- Se inclino ligeramente hacía ella y le susurro lo más suave posible al oído esperando pudiera entender sus palabras con detenimiento. –Sígueme la corriente, no es seguro hablar aquí, te lo explicaré todo después pero por ahora, por favor solo reacciona a lo que te diré y perdóname.
Se aparto mirándola con temor, nunca sus palabras le parecieron tan cuestionables y peligrosas: -No puedes amarme porque yo no puedo amarte, Nunca estarías a salvo a mi lado porque, no somos iguales, yo soy puro y tú eres… una mestiza sin valor.- Se mordió el labio con tanta fuerza que dolía demasiado pero no más que el dolor que se estacionaba en su pecho, ese dolor que le causaba tener que ser arrogante con la persona más importante para él- Así que quiero que te alejes de mi, y ya no me busques porque si pensamos en algún momento que podíamos estar juntos, estábamos tan equivocados, además no tengo tiempo de estar jugando a los enamorados, no lo lamento, fue hermoso mientras duró pero ahora, todo carece de sentido, mi vida ahora mismo es demasiado complicada como para atreverme a pensar si quiera en tener una relación sentimental y si fuera el caso… no sería contigo. – Su labio comenzó a sangrar de la presión que ejercían sus labios pero aquello no se comparaba con lo que su interior gritaba, quería disculparse, besarla y quedarse a su lado toda la vida pero no lo haría. – Así que…
*
“Era tan extraño, no tenía sentido, pero nada en su vida lo tendría, a partir de hoy. “
||Privado|| Flashback || El día en que perdí lo único que me mantenía cuerdo || #NaturalMGC #TagAnimalesFantásticos #TagMágico ||
Día 2: Basilisco.
En mi familia, nunca había nacido una mujer. Esa fue una tradición que nos precedió desde hacía trescientos años, desde las primeras generaciones hasta las actuales. Por ello, hace dieciséis años, cuando Catherine, mi hermana menor, nació, todo se volvió un completo lío para nuestra familia.
Un hijo, un heredero, el primogénito legítimo y nada más. Los matrimonios eran arreglados entre familias de nuestra clase, buenas esposas, fieles a la causa. Todo eso cambió cuando llegó mi madre; Lilith Lioncourt. Si bien los Lioncourt eran una familia de magos tenebrosos, ella era distinta en muchas maneras, ella no predicaba la magia tenebrosa, era una bruja que adoraba la magia de la naturaleza, aquel poder antiguo que siempre había gobernado nuestro mundo.
Una bruja natural de su tipo, adoraba la belleza legitima de las cosas, ella me enseño todo lo que se sobre arte, música, tocaba el piano, el chelo y el violín de una manera tan brillante y hermosa, ella fue mi musa por mucho tiempo, incluso antes de saber que significaba aquella palabra, fue la persona a quien más cercano eh sido prácticamente toda mi vida. Solo ha habido dos personas así, ella y mi hermana, Catherine. Mi padre se la pasaba viajando, eran raras las veces que estaba en casa y esos días solo pasaba el día dándome lecciones sobre magia, nunca tuvimos una relación fuera de las practicas, y aquello sucedía con mi madre, se la pasaba trabajando, por ello la noticia de mi hermana nos tomo a todos por sorpresa, yo estaba feliz, pero era el único, comenzaron a haber sospechas que fueron comprobadas mucho después, fue la época en que mi padre comenzó a pasar más tiempo en casa, solo para repartir golpes e insultos contra ella, era terrible tener que ver a la mujer que era mi heroína volverse una persona sumisa y retraída, algo completamente distinto a su naturaleza, pero comenzó a temer por su vida, era comprensible. Lo que me mantuvo al margen durante todo ese tiempo para no intervenir, vamos, era un niño de ocho años, poco había que pudiera hacer entre esos dos, pero había alguien a quien podía ayudar, mi hermana menor, que sufría, por la falta de nuestra madre que se pasaba los días enteros encerrada en su habitación y porque mi padre la despreciaba enormemente, la ignoraba completamente y dejo de preocuparse por ella, era aterrador. Se volvió mucho más estricto y severo conmigo. Unas semanas después de que los azotes comenzaron nos dieron la noticia de que mi madre estaba muerta. Nos hicieron caminar tras el ataúd, un paramo solitario y nevado mientras nuestros parientes más despreciables y cercanos, sin ninguna clase de dolor o tristeza solo se deshacían de un problema, me tomo mucho tiempo comprender que había sucedido, pero aquella frase que ella me dijo solo unos días antes se quedo conmigo para siempre: Si algo me pasa, tu padre es el responsable.
No paso mucho para que él también fuera asesinado, antes de morir me confesó que él no había sido responsable. Yo nunca le creí, creo que si aun viviera yo mismo lo mataría con mis propias manos. Todo resulto ser un caos, al parecer Lilith lo estuvo engañando desde poco después de que se casarán, un par de años para ser exactos, con alguien que no era de nuestra estirpe, un mestizo, el peor insulto para nuestra familia y la de ella, pero eso no era lo peor, se creía que Catherine había sido el resultado de esa unión prohibida, por lo que la niña comenzó a ser aborrecida por todos, y ella lo sabía, lo sentía, creía que nunca debió de haber nacido, Ree, sin saberlo la protegía de todo y todos, muchas veces trataron de matarlos, y todas las evitó cuando quedaron a cargo de su tío, hermano de su abuela. Personas despreciables que constantemente los asediaban. Se tomó una decisión, al no poder deshacerse del “problema” al menos lo alejarían.
-¡REE! ¡NO DEJES QUE ME LLEVEN!- El niño de pie junto a la escalera contemplaba la escena que se desarrollaba frente a sus ojos, Catherine tiraba con fuerza de la mano de una de las sirvientas, pataleaba y gritaba en medio del llanto, intentando soltarse de su agarre, una pequeña maleta reposaba a su alrededor, hacía poco acababan de celebrar su cumpleaños número once, solos en su habitación, entre risas y canciones, solo se tenían el uno al otro y ahora se la estaban llevando, sin saber a dónde. Ella no tenía miedo de a donde pudieran llevarla, temía por que la estaban alejando de la única persona que había sido buena con ella en toda su vida, de su hermano. Pero Reggan no se movió, ni siquiera dijo algo para despedirse.
Hacía solo unos minutos antes su tío se acerco a él, le planteo una idea, una remota idea de lo que la estancia de su hermana en aquella casa significaba y significaría a largo plazo. Él no pensaba en sí mismo, si no en lo que sería mejor para la pequeña Cate, quien aun estaba a tiempo para vivir una vida lejos de este lugar, alejada del desprecio, de la indiferencia y el dolor, él se quedaría, siendo el heredero legitimo si intentaba escapar ella también moriría, renunció a quien era su razón de mantenerse firme ante las adversidades, la única persona que lo entendía, quizás la única a quien llegaría a amar de aquella manera en su vida, su hermana, su mejor amiga.
La nieve se colaba por la puerta principal que permanecía abierta mientras la sacaban por la fuerza. Siempre viví en Transilvania, el castillo Vlad había sido maldito con un invierno perpetuo y nunca antes en mi vida había tenido tanto frío como ese día.
Los ojos del menor se llenaron de lagrimas, pero permaneció inmóvil, con la mirada fija en los ojos azules llenos de miedo que ya no estaban, la puerta se cerró de golpe dejando un silencio absoluto en la estancia, las lagrimas caían pero no se movió, estaba petrificado, hasta el anochecer que regresó a su habitación en la que duró una semana encerrado, sin comer, sin hacer nada más que pensar en que todo aquello había sido lo mejor para Catherine, aunque lo odiará después nunca podría perdonarse a sí mismo que siguiera sufriendo en aquel lugar lo que ahora él tomaría como un estilo de vida. Ese día perdí todo lo que me volvía humano, lo que mantenía aquella parte de mi alma que no era tan mala, dándole paso a mi verdadera naturaleza, mi verdadera y terrible realidad.
||Nota encantada en forma de cisne ||
Querido Reggan:
Siempre me consideré una persona optimista ante las adversidades de la vida, aun después de que mi familia me rechazo y me despreció, aun después de que me apartaron de tu lado y no hiciste nada, no te preocupes, se que tenías tus razones, se que creíste que era lo mejor para mi, pero no fue así ¿Como una niña de once años estaría preparada para afrontar el mundo lejos de la única persona que le demostró cariño y amor? No lo sé, nunca lo estuve, al menos no por los últimos cinco años, todos me trataron igual cuando llegue a mi nuevo “hogar” solo unos pocos me hicieron sentir confianza y seguridad, pero muy lejana a la que sentía por ti.
No estoy reprochándote nada, no podría, eres mi hermano y lo serás siempre, ambos lo queramos o no, no me malinterpretes, te eh extrañado a cada momento, aunque sienta que tu no lo hiciste, al menos no después de unos meses. Lo que trato de decir es que… ya no tendrás que preocuparte por mí, ya no seré aquella carga constante en tu vida o en la de los Stoker, tu eres uno de ell0s, el mejor representante, te convertirás su líder, el más grande de todos los tiempos, no estoy orgullosa de ello, pero si es lo que quieres de verdad… ni que hacer, fuimos educados para ello, bueno tu, cada quien elige el camino con el cual perderse o encontrarse a sí mismo. Eso me lleva al propósito principal de esta carta, me voy, para siempre, no trates de buscarme o encontrarme, no quiero que lo hagas, solo alejándome de todo esto, de la vida que constantemente me acecha, de los prejuicios y dilemas de los que eh sido presa tantos años. Estoy cansada de eso, de aparentar ser quien no soy, de esforzarme solo por buscar un poco de reconocimiento por parte de las personas que me aborrecen, de tragarme mis palabras, de odiarme a mi misma por no hacer todo lo que quería por miedo, se acabo la Catherine tonta, la bastarda de una familia para la que nunca llegaré a ser buena solo por sus dudas sobre la pureza de mi sangre, es algo tan estúpido y arcaico, si, no me arrepiento de decir que nuestras costumbres y tradiciones son tan tontas que preferiría estar muerta a tener que ser obligada a casarme con alguien que no amo solo por un trato que nos beneficie, no somos objetos Reggan.
No sé si lo entenderás pero, te amo. Conocí a alguien bueno, que me entiende, me acepta como soy y me ama de la misma manera que yo a él. Espero que tu conozcas a alguien así, que comparta tus ideas, te escuche y te haga sentir amado, o que la persona con quien te obliguen a casarte al menos te haga sentir lleno.
Pd: Me lastima tener que irme, pero me mataría el tener que quedarme.
Catherine J. Lioncourt.