|| Parte 1 || Privado || Respuestas de media noche || Media noche || 1/10/2016 || Bosque Prohibido ||
Poco a poco el humo del cigarrillo se disperso mientras las pequeñas gotas de agua comenzaban a caer, era solo cuestión de tiempo para que una copiosa tormenta callera sobre Hogwarts y Reggan estaba demasiado expuesto pero le encantaba, disfrutar de una noche fría y nublada como esta, le recordaba a casa y últimamente era el lugar en el que deseaba estar. Refugiarse en su propio mundo de perdición y no volver a salir, desaparecer en la más profunda obscuridad. El por qué se sentía así aun era confuso, en parte fue por que conoció el amor verdadero y este se encargo de pisar sus sentimientos de una manera cruel y despiadada, y vaya si él sabía de crueldad. Estaba en un lugar desconocido, rodeado de personas desconocidas, todas con costumbres diferentes a las del lugar en que él fue criado y con mentalidades sumamente complejas o simples dependiendo de quién se tratará, se sentía abrumado por la cantidad de personas a su alrededor y aun mas por la cantidad de información a la que constantemente estaba expuesto, como si el monstruo que era la sociedad actual lo tuviera acorralado, sin una salida clara. Esto era lo que debía hacer, enfrentar el hecho de socializar y convivir con personas de su edad y por decir algo de su “estatus” en cuestión de ser un estudiante, intentar integrarse, hacer amigos de manera tradicional. No era sencillo y no esperaba que lo fuera, lo enfrentó con la frente en alto como la mayoría de situaciones en su vida pero sinceramente ahora prefería las masacres y atrocidades en lugar de tener que sonreír hipócritamente a personas que no eran interesantes y aun más, a personas que se ganaron su devoción y apreció y ni siquiera lo notaban.
Suspiro pesadamente mientras vislumbraba la obscuridad a su alrededor acompañada de un silencio casi sepulcral, era aterrador pero para él era relajante, y extrañaba no poder fumar libremente como en casa, normas estudiantiles, no parecían más que basura hecha para hacer que personas completamente distintas se comportaran de una manera “adecuada” ¿Qué era adecuado en realidad? Todos habían sido educados de maneras distintas, era retrograda suponer que clase de comportamiento era el establecido a seguir, era una tontería, pero como debía cumplir el protocolo con tal de ver a su hermana lo más pronto posible se arriesgaría, y siempre podía escaparse en ciertos momentos para disfrutar de pequeños momentos como este. El silenció se vio abruptamente irrumpido por una ráfaga de viento y un ruido que causo un leve estruendo entre las ramas de los arboles que de entre sus ramas torcidas dejaron escapar el sonido de los apresurados aleteos de decenas de cuervos que se precipitaron al cielo nocturno iluminado por una inmensa luna que brillaba con mas intensidad que nunca, al menos para alguien que constantemente la había apreciado a través de ventanales cubiertos de nieve, solo una vez la vio con tal esplendor, una noche llena de sangre y un frío invernal que casi los mata. Pero esos eran recuerdos para otra noche, su melodiosa y seductora voz resonaron suavemente atrayendo la mirada del joven que de pie en medio del claro lo contemplo con admiración, respeto y la vez familiaridad.
-Criaturas fascinantes ¿No crees?
-Señor…- una elegante reverencia y Reggan puso los ojos en blando- La escuela le sienta de maravilla a mi parecer, luce esplendido esta noche.
-Ahorrémonos los cumplidos ¿Cómo va todo en el castillo?
El chico que solo le llevaría algunos años de más a su joven amo asintió- Todo ah seguido una rutina normal a excepción de las constantes reuniones de su tío con los miembros del consejo hablando sobre herencias, testamentos, contratos, etc. Incluso planes para destituirlo como heredero…-
-Lo típico- irrumpió el más joven concentrándose en el humo mientras sus pensamientos divagaban en la información que no era particularmente nueva.-
-Y…- Esa única letra, lanzada al aire con un propósito lo hizo fijar la mirada en los ojos de Sherlock.-
-¿Y?- su voz se volvió amenazante y calculadora, cuando el contrario lo percibió se enderezo y hablo sin pensarlo más.-
-Su tío recibió la visita de un joven foráneo que no conocemos y no parece tener relación con nadie en la mansión o en la orden. Un completo desconocido, y lo impresionante fueron las medidas de seguridad que se tomo a la hora de hablar con él, no pudimos averiguar nada sobre lo que charlaron o que asuntos trataron, las escoltas y los guardias custodiaron la habitación que tenía hechizos de protección de todo tipo, demasiado meticuloso para tratarse solo de la hora del té en el salón principal. Me disculpo porque nuestros esfuerzos no fueron los suficientes para averiguar que planeaban.
-Déjalo, las disculpas no me dirán de que se trataba- estaba molesto pero más que eso, pensativo sobre la nueva información preguntándose si aquello estaría ligado a la visión que tuvo sobre Catherine los días anteriores- Puede tratarse de un nuevo miembro de la orden pero en todo caso me habrían notificado y al resto de los concejales, debe ser algún trabajo personal que solo él necesita saber.-
-Señor… Si se tratara de un asesinato… dirigido hacía usted-
-No lo creo, no sería idiota como para mandar solo a un “chico” subestimarme jamás ah sido su estilo, sabe la clase de mago que soy y sospecha la clase de aliados que tengo, si se atreviera a tocarme un solo cabello se enfrentaría a algo peor que la muerte, es por eso que me mando aquí.-
-Tiene razón, nada relacionado con la orden o con usted, eliminar amenazas directas a sus propósitos podría ser el motivo, no contamos con el apoyo de todas las familias de magos élite en el país, podría tratarse de eso-
-Sigue siendo muy arriesgado, puede que ese joven sea extraordinario y ni aun así pasaría las primeras filas de peones en el tablero de familias como la nuestra. Quiero que revises las bóvedas en Gringotts , la mía, la de Catherine, la de mis padres, enviaré una nota que recibirás solamente tu, en caso de que alguien más la vea se incinerará automáticamente así que asegúrate de recibirla, irá en clave revelando la verdadera nota a los duendes en Gringotts, autorizándote para que hagas lo que te eh pedido. El bosque norte, justo donde la nieve deja de caer y comienza el prado de la muerte donde nadie se atreve a ir, ahí esperarás a Amelia a la media noche, toma todas las precauciones necesarias, ninguna está de más, una vez en el banco cuenta todo, en especial los galeones, los únicos que tenemos acceso a esas bóvedas somos mi tío, mi hermana y yo, Catherine nunca ah estado en alguna de ellas, yo no eh retirado nada, veamos que movimientos ah hecho el conde Vlad, soy quien conoce las cantidades exactas. ¿Qué hicieron después de hablar?
-El joven ah permanecido en casa desde entonces, lo monitoreamos constantemente pero parece estar esperando igual que nosotros-
-Quiero una fotografía, solo eso necesito y que me notifiques en cuanto salga de ahí, a donde se dirige, que hace, quiero que lo vigilen y lo sigan a donde sea…-
-Así será mi señor…-
-Y… ¿Como están Victoria, Diana y Elizabeth?- dijo con una voz mucho más relajada, pasando de ser un comandante en jefe a un joven aristócrata de sentimientos melancólicos y recuerdos que cada vez se volvían mas lejanos-
-Las señoritas han estado impacientes, lo extrañan demasiado y pasan los días tal como usted lo ordeno-
-Ya veo, dales mis saludos y… que te lo agradezcan de mi parte, eres quizás la única persona en quien puedo decir que confío un poco, piensa en ello y medita mientras te relajas en su compañía esta noche, Gringotts abre hasta mañana temprano así que, diviértete.
-Gracias Reggan- Susurro el mayor aun sin acostumbrarse a llamarlo así, aunque le dio la opción de hacerlo desde hace mucho.-
-Y… trata bien a mis chicas, ellas me darán cualquier queja sobre ti, y te haré pagar- una sonrisa en sus labios le indicó que podía irse, ya habían terminado con la charla—
-Le aseguro que así será, pronto recibirá toda la información pertinente, la traeré en persona-
-No, eso es arriesgado, salir tanto del castillo levantaría sospechas, envía una lechuza, una nueva que nadie identifique. Ten cuidado-
-Sí, cuanto antes, esto es para usted…-extendió un bulto de cartas sujetas con listón-
-La señorita Catherine ah estado escribiéndole, aun no sabe que usted esta en Londres, por eso no le habían llegado-
-Me encargaré de eso-
-Las guardó en su saco
-Y…- saco una pequeña urna de cristal cubierta por una manta de terciopelo rojo, al ser removida la cristalina superficie reflejo la pálida silueta de la luna.
-Son perfectas…-
-Solo las mas hermosas…- susurro el joven haciendo otra reverencia antes de desaparecer en la obscuridad que lo vio surgir hace menos de treinta minutos atrás. Dentro del contenedor una decena de mariposas revoloteaban agitadas como presintiendo que una inesperada muerte les aguardaba próximamente, una de ellas, una con bellísimos reflejos plateados en las alas de un turquesa intenso le hizo pensar en Elysian, tal vez era hora de escribirle una carta, una que seguramente no podría ignorar.
||Privado|| Ajustando cabos sueltos ||París, Francia ||13/12/2016||
-¿Listos?- Todos asintieron- Reggan ¿Estás listo?- Ni siquiera le dio tiempo de recibir una respuesta cuando el menor golpeo con fuerza la puerta partiéndola a la mitad de una sola patada desapareciendo en el interior de aquel departamento que temporalmente le sirvió de refugio y nido de amor a su hermana y a su “enamorado”, de quien se encargaría ahora.
-¡Carajo! Siempre hace eso… ¡Vamos!- El joven Sherlock dio la orden y todos se abalanzaron al interior del lugar apuntando con sus varitas en todas direcciones, cubriendo el perímetro de cualquier amenaza que pudiera dañar a su amo quien se apresuró a subir las escaleras y sin pensarlo dos veces pateo la puerta de la habitación principal que no supuso ningún esfuerzo para él, seguido por su fiel escolta compuesta por dos de sus mejores mortifagos y maestros, fieles tutores de su infancia en quienes confiaba ciegamente para proteger su vida y claro, Abraham Sherlock un joven y talentoso aprendiz que tenía casi su edad y quien era su jefe de seguridad, era completamente opuesto a Reggan y aun así se entendían demasiado bien, como los mejores amigos, como si fueran hermanos.
-¡AH!- Catherine grito ante el estruendoso sonido de la puerta rompiéndose y Darío se levantó de la cama corriendo para intentar detenerlos pero Reggan fue más rápido y lo tomo por el cuello pegándolo contra la pared mientras las tres varitas a su espalda apuntaban amenazantes al menor.
-Hola, Jade…- Exclamó el mayor mirando a la joven en la cama en ropa ligera- ¿Te diviertes? – dijo con tono despectivo mientras regresaba su mirada al mayor analizándolo con detalle, era lo que las chicas llamarían “apuesto” y parecía encantador, aunque evidentemente era mucho mayor que ella.- Tu… y tu… ¿Tan fácil creíste que podías salirte con la tuya? Llevarte a mi hermana… ¿A caso le contaste de tus negocios con el conde Vlad? ¿Qué te contrataron para matarla?- Reggan tenía una mirada y una sonrisa perversas, disfrutaba esto. El mayor observo a Jade que estaba aterrada por que pudieran dañarlo pero aun más por las palabras de su hermano.
-¡SUELTALO! ¿Es cierto eso que dice? Darío…- Ambos tenía miradas confusas, el mayor comenzó a reír presa de lo descabellado de la situación y dejo el cuello del mayor quien cayó al suelo para levantarse inmediatamente queriendo hacerle daño pero no podía por la amenaza de los mortifagos que no dudarían en matarlo.
-Esto es mejor de lo que pensé, Darío Lutz te presento a Catherine Jade Stoker, tu objetivo, tu plan, tu contrato… Nuestro tío te pago para que te deshicieras de ella.
- Jade…- repitió el mayor mirándola detenidamente.
-¡N0 me importa!- Jade salió corriendo de la cama y lo abrazo- No me importa lo que haya pasado antes, yo no voy a permitir que hagas esto… Reggan.- Era la primera vez que se veían después de cinco años, ambos cambiaron muchísimo.
Él no estaba nada contento:
-No puedo creer que seas tan tonta…- La tomo por el brazo y la aparto con fuerza del mayor justo antes de golpearlo en el abdomen con fuerza.
-REGGAN! ALTO!- Grito la menor desesperada, se acercó hasta ella y la tomo del cabello.
-Vaya, vaya, cuanto has cambiado ¿Cuan tonta crees que te ves ahora? Suplicándome por alguien como él.- Estaba llorando
-No me importa, yo… yo lo amo.-
-Tú no sabes que es el amor, tienes dieciséis años.- Se levantó y pateo al joven que había soportado aquel golpe justo en el mismo lugar.- Sherlock que había sido participe de innumerables actos de crueldad y tortura por parte de su amo no estaba nada tranquilo con lo que hacía. Una y otra vez siguió golpeándolo mientras Jade gritaba, se levantó y corrió hasta su hermano intentando frenarlo pero solo consiguió que se enojara más. La empujo con fuerza haciéndola caer al suelo donde se golpeó la cabeza y se desmayó. Darío al ver aquello se levantó, era un poco más alto que el menor y lo golpeo en el rostro con fuerza haciéndolo caer hacía atrás antes de correr hasta Cate tomándola en sus brazos.-
-Jade!- Reggan sintió la sangre en la boca y escupió mirando a sus acompañantes que estaban furiosos-
-Esperen…- Se levantó y camino hasta a pareja poniéndose en cuclillas frente a ellos.- ¿Por qué? Porque ella… porque tuviste que involucrarte con mi hermana… Una Stoker… tu objetivo ¿En verdad no sabías quién era? Y ahora que lo sabes ¿Qué piensas al respecto?
Si las miradas pudieran matar la de Darío ya lo habría asesinado diez veces.
-El amor no tiene explicación, Jade es diferente a ustedes, a los Stoker, ella cambió su apellido por el repudio que tiene a las personas como tú, yo no puedo creer que ambos vengan del mismo lugar, si decides matarme hoy habré muerto defendiendo a lo que más sentido le ah dado a mi vida, no me importa que fuera mi objetivo, me enamore y eso lo cambió todo para ambos…- De pronto algo se colocó en la garganta de Ree quien bajo la mirada encontrándose con la varita de Jade apuntándole al cuello.
-Uh… que atrevimiento hermanita ¿Serías capaz de asesinarme?
-Soy una Stoker, lo quiera o no, sería capaz de matar a quien yo quiera, y aún más a quien se atreve a amenazar lo que más amo de esta manera.
-Patética, igual que tu madre…-
-Lo único patético aquí eres tu, creyendo que tienes el derecho de hacer esto…yo nunca deje de amarte, eras lo único que me daba esperanza en esa familia, el único que no era tan despreciable después de todo, fuiste mi ángel, mi camino, mi guía y ahora viniste para mostrarme la verdad, podrás ser el jefe de una familia tan poderosa y aun así, jamás vas a conocer lo que es el amor, el cariño, el aprecio o la amistad verdaderas, yo siento lastima por ti.
Comenzó a reír nuevamente, una risa de descontrol:
-Amor… el amor es una basura, un sentimiento inútil y sin sentido, yo… me enamore de alguien como nunca creí poder llegar a hacerlo y… se acabó, todo por quien soy, por nuestra familia y nuestro propósito, renuncie a ella para protegerla y no permitiré que eso te pase a ti, tu vendrás con nosotros, estés viva o no.
Darió saco su varita alertando a la seguridad del menor, pero en lugar de apuntarlo a su enemigo lo apunto a la menor y ella a él.
-No nos vas a separar Ree… esta vez no voy a renunciar a lo que me hace feliz, esta vez no me quedaré mirando como vez que otros me lleven y no hagas nada, ya no soy la misma niña que hace cinco años. Avada queda…- El mayor no los dejo terminar cuando con un Expelliarmus les retiro las varitas a ambos de las manos y las recogió del suelo.
-Ustedes sí que son un caso perdido…mi hermana siempre tan romántica, debes dejar la literatura romántica por un tiempo. Levántense… tomaremos el té. – Bajo las escaleras y los espero, para cuando bajaron las heridas de ambos ya habían sido curadas.- El poder de la magia, es fascinante…- Aun no se fiaban del contrario, lo miraban con cautela pero sin sus varitas no podían hacer mucho para defenderse.
-Siéntense…- dijo mientras Sherlock servía el té, el mayor lo probo y una sonrisa apareció en sus labios.- Siempre haces maravillas con todo…-
-Bien… deben saber que la familia no está nada contenta, por una parte no saben nada de esto y sospechan que no estás muerta, los buscan sin descanso, agradezcan que yo los encontré primero. Segundo, pasaron mi prueba pero que drama se aventaron con su romance trágico novelezco, eso sí que me dio pena hasta a mí, tómenlo con calma, no llevan ni tres meses juntos. Me disculpo por los golpes y por las puertas, pero ya están reparadas, tranquilos, no me odien y… Si te atreves a lastimarla te matare… - Le dijo al mayor con una mirada encantadora.- Lo cual me lleva al siguiente terminó.- Jade, debes volver a casa una temporada, conmigo.
-Me niego.-
-No fue una petición, fue una orden, fuera no estas para nada segura.-
-Yo la protegeré.-
-Si amigo, no dudo de ello, tengo tu informe.- Uno de sus subordinados le entrego un pergamino que procedió a leer.
-Dario Lutz, 20 años, nació el 25 de Diciembre en Nueva York. creció en un orfanato hasta que cumplió la mayoría de edad, luego de eso se dedicó a ser un asesino a suelo con sus dos compañeras que al igual que él salieron del mismo lugar, se hacían llamar… blah, blah, blah, Ada y Elysian Lutz, después de eso y debido a los problemas mentales de la menor de las hermanas su grupo se disolvió y…- Se detuvo, pensando un momento en lo que acababa de leer y se quedó boquiabierto.
Se levantó de golpe dejando caer la taza de té que se destrozó en el suelo
-Elysian Lutz… ¿¡eres hermano de Ely!?- Era evidente que si pero él no podía creer lo pequeño que era el mundo para poner a su hermana y al hermano de su amor imposible en el mismo camino, en el amor.
-¿Tu que sabes de Ely?- Estaba tan sorprendido como él.
-Oh por mi padre… haberlo dicho antes, se va a molestar mucho cuando le cuente lo que paso… en verdad lamento este malentendido, una disculpa Darío, soy Reggan B. Stoker, yo salgo con tu hermana o… lo hacía. –Se mordió los labios al recordar las palabras que le dijo a la menor para romper su corazón que no tenía nada de culpa en las situaciones que estaba pasando en su vida.- Debo hablar con ella, de hecho eso debería estar haciendo en lugar de estar aquí…-
-Catherine… Escúchame bien, aun no estoy del todo convencido de esto… de tu y este chico mucho mayor que tú- le lanzo una mirada inquisitiva a Darío.- Pero… ¿Estas segura de que es lo que realmente quieres? ¿Y que realmente lo amas?
-Lo estoy Ree… nunca quise nada con tantas fuerzas en mi vida.-
- ¿Y tú?
-Yo pertenezco completamente a Jade, la amo y la protegeré con mi vida-
-De acuerdo, pero no estarán a salvo ¿Lo entienden? Sherlock asígnales una escolta temporal hasta que arregle todo esto, que nadie los moleste…- El chico asintió- Ustedes me recuerdan a mi… y lo que debo hacer, debo arreglar las cosas con ella, decirle lo que siento y que la amo-
-¡HABLAME DE ELLA!- Se le abalanzo en un abrazo de panda-
-No! Aun no, te lo contaremos juntos, después, solo puedo decir que ella es maravillosa, que la amo y que defenderé lo nuestro aun a pesar de que nuestra familia se oponga completamente a la unión entre puros y mestizos.
-Ah! Ella es mestiza!?- Si bien Jade también creció con la misma mentalidad no lo aceptaba del todo pero era sorprendente que alguien como su hermano se atreviera a romper la ley principal por la que se regían los Stoker y también por la cual él mato al amante de su madre.- Yo solo quiero que seas feliz y ¡¡que la próxima vez que vengas a visitarnos tengas la decencia de tocar antes de andar partiendo puertas!! IDIOTA!- le dio un golpe en la cabeza y Sherlock comenzó a reír- Yo estaba a punto de hacer lo mismo señorita. Los tres habían crecido prácticamente juntos y él no dejaba de ser guardia de ambos.
-Lo siento, lo haré, recuerda lo que dije, al menos una temporada debes regresar a casa, un par de días para que vean que no vas a doblegarte y huir. Quiero que todo cambié… pero no es sencillo, sabes cuán grande es nuestra familia, cuantos aliados tenemos y cuál es su mentalidad, debe ser lento y desde adentro, aunque sea el jefe y todos me respeten sabes que no aceptaran algo tan radical. Requiere tiempo y mucho trabajo, te necesito.
-Está bien, me recuerdas a mamá, debes descubrir quien la mato… y lo mataremos- Le dio un beso en la mejilla con una amplia sonrisa.- Ahora ve por Ely y dile que eres idiota.
-¿Cuándo te volviste tan rebelde?
-Soy una Stoker y tu hermana, era cuestión de tiempo-
-Ten cuidado Darío- dijo mirándolo divertido.
-Lo haré-
Salieron de ahí, con rumbo a Londres nuevamente. Reggan buscaba las palabras para disculparse con Ely, entendía si ella aun lo rechazaba pero más que nada quería expresar cuanto la amaba, cuanto la necesitaba y lo mucho que la extrañaba. Cuando llegó a salvo sus escoltas lo dejaron, para cuando llego a Londres una suave brisa anunciaba el comienzo de una tormenta, era momento de buscarla.
-¡! ¿Qué? ¡! ¿Alguien hará una fiesta en este lugar? – El joven se incorporo asomando la cabeza entre los arbustos, había pasado toda la mañana mirando el cielo, constantemente permanecía inspirado y por eso pensativo la mayor parte del día, resultaba abrumador y aburrido de cierta manera porque esta clase lejos de esta sometido a un régimen estricto de clases y entrenamientos como en casa aquí los profesores faltaban libremente a sus clases y todo era un absoluto descontrol. Se sentía agobiado y eso no era bueno para su salud, el estrés era terrible para la piel, te envejecía bastante, respiraba para mantenerse tranquilo justo antes de escuchar aquello por parte de la joven del cabello lila a quien desconocía por el momento aunque su particular acento resultaba sumamente encantador y elegante. Pero más que eso, sus palabras, era la primera “reunión” que anunciaban aquí desde su llegada y básicamente se estaba volviendo loco por la abstinencia a la que estaba siendo sometido desde que llego a aquel lugar y que solo era soportable con el recuerdo constante de Elysian. Pero ahora, esta era su oportunidad de relajarse y distraerse, de liberarse por un rato, aunque claro imaginaba que las fiestas por aquí en este caso “reuniones” serían muy distintas a las que acostumbraba pero inevitablemente, al escuchar la palabra fogata recordó aquel verano en el que las doncellas bailaban alrededor de la hoguera, desnudas y en pleno éxtasis con seductores movimientos, un día de celebración por la victoria en la batalla, los restos de sus adversarios yacían ardiendo en el fuego, era todo lo propicio para una velada inolvidable, luego de eso se fue a la cama con las cinco jóvenes, pero como fuera, igual a la mañana siguiente fue como si nada hubiese pasado. Una cama y una casa vacías. Eso dejo de importarle dese hacía tanto pero ahora tenía la inquietud de saber cómo era que celebraban los chicos de Hogwarts. Y esperaba que su precioso ángel estuviera ahí, eso haría de cualquier momento algo perfecto.
|| Nota encantada en forma de serpiente + Investigaciones ||
Profesora Muniz:
Aquí entrego mi tarea para su clase, esta es mi primera semana y debo mencionar que su clase es la que más me entusiasma, me habría gustado tomarla desde el principio pero me adaptare rápido a sus métodos de trabajo. Un placer saludarla.
Que tenga una linda noche.
|| Reggan B. Stoker ||
Investigación: La magia en la civilización Egipcia:
https://www.facebook.com/notes/reggan-b-stoker/-dcao-investigaci%C3%B3n-1-/146059035850057
Investigación: Maldición Inferio: https://www.facebook.com/RegganBStoker/posts/146074389181855
||Cerrado|| La calma que precede a la tormenta: Un último baile a nuestro favor, porque la poca cordura que me queda quiero perderla a tu lado. || Baile de Halloween/Copa de las casas || Después de la cena y el desastre causado por Peeves ||
El anunció había sido dado, una multitud de aplausos, gritos y expresiones de asombro, decepción y alegría se hicieron presentes a la par del cambio de color de las banderas que adornaban el gran comedor portando con orgullo el escudo de las águilas de Ravenclaw. Una sonrisa se poso sobre los labios del mayor, que estaba en un momento de claridad único, uno que nunca antes había experimentado, pensaba con emoción autentica, en sus amigos, compañeros, en su cita de esta noche, y en que aunque no hubiesen ganado se alegraba por los cuervos por su triunfo. Se sumó al aplauso, con el brillo que recobraron sus ojos que lucían tiernos, casi infantiles. Aun después del incidente que Peeves provoco y que los dejo a todos llenos de una desagradable, viscosa y olorosa sustancia verde de dudosa procedencia, aun a pesar de eso seguía de un excelente humor, sus cambios recurrentes eran una alerta de lo que vendría más adelante, pero por ahora, mientras había regresado a su habitación, mientras tomaba una ducha y mientras se ponía el disfraz elegido para esta noche, no pensaba en nada más, era como si su mente aislará todas las preocupaciones dejándolo ser un chico de dieciocho años común y corriente. El cabello corto le lucía bastante bien, dándole una nueva perspectiva, una nueva imagen a su atractivo rostro. Solo quería, que a Ely le gustara, solo podía pensar en ella de camino al gran comedor donde muchos de los estudiantes ya se estaba reuniendo, algunos con disfraces simples, otros con algunos más elaborados o extravagantes, cada uno único, por su parte el suyo podría describirse como, ajustado. Muy ajustado, marcaba todos los músculos y formas de su cuerpo, pero con la mascará nadie imaginaría que era él. Quería permanecer incognito un rato, en lo que encontraba a Ely, se estaba divirtiendo de una manera tonta. Entro al gran comedor buscando con la mirada, pero ella no estaba ahí, no habría que quedarse esperando aislado de todos, estaba eufórico, quería bailar, aprovechar el tiempo, el poco tiempo que le quedaba para ser estúpido, un adolescente, un chico que no temía o esperaba nada, así fue como las canciones pasaron volando, una a una como sus compañeros de baile, chicos, chicas, no importaba, no importo hasta que vio al ángel de ojos rasgados que había entrado en la habitación, quien sabe cuánto tendría observándolo, se sintió apenado, sus mejillas enrojecidas por al excitación y la vergüenza que le causaba ser tan despistado. Se aproximó a la menor, se quito la mascará y le sonrió de forma carismática, sensual y lo que no podría ocultar, su enamoramiento, estaba enamorado y quizás esta sería la última oportunidad de demostrarlo, su última noche de claridad, la quería pasar con su musa, con su primer y más grande amor, quería que ella lo comprendiera, antes de tener que dejarla para no lastimarla o hacerle daño, antes de apartarla de sus brazos, antes de romperse el corazón para no arrastrarla al abismo.
*
-Señorita Lutz, ah venido… gracias por aceptar mi invitación para esta noche- su cumplido lo hizo reír de manera encantadora, él confiaba en que se veía sumamente bien, siempre fue muy seguro con su cuerpo, y la tela del traje se adaptaba perfecto, era como andar desnudo pero sin lo inmoral y representando a lo que el joven de la tienda de disfraces le dio a conocer como “superhéroe” algo completamente ajeno a él, y por eso lo eligió. - Espero que diferente sea bueno… usted luce preciosa- tomo su mano con suavidad, besando su dorso- Así es como debería verse una guerrera, fuerte y valiente, conservando la sutileza y la belleza… es simplemente, perfecto.- Acerco su mano al rostro de la menor, queriendo acariciar su mejilla pero se detuvo antes de tocar su piel, debía calmarse para no asustarla, estaba demasiado exaltado por toda la actividad de hacía unos minutos, bailar canciones lentas lo pondrían en sintonía.- Me concedería su primer baile? Y… todos los que vengan después.- La atrajo, en un movimiento casi seductivo, hacía la pista de baile donde se reunían las parejas una a una en una noche que era encantadora y romántica. El Halloween traía consigo algo mágico e inexplicable, esta noche sin duda planeaba hacer que Ely se divirtiera como nunca.
*
Sus palabras eran dulces y desprevenidas, sumamente inocentes y a la vez peligrosas, le encantaba. -Me resulta sumamente placentera la manera en que lo expresa- Tomó su mano para llevarla a la pista de baile.- Nuestro primer baile escolar, me alegra tanto que usted sea mi acompañante, la compañera perfecta con la que quiero compartir esta y mas experiencias memorables, si me lo permite claro. Amaba la música, y bailar aunque su estilo podría resultar un poco obsoleto por ello adoraba las canciones lentas, ya que todas eran una variación del clásico vals y la pieza que comenzaba a sonar, además de llevar un ritmo tranquilo resultaba ser perfectamente romántica para su primer baile. https://www.youtube.com/watch?v=oiw7B-dFjhc Ahora se sentía tonto por no haber sido un príncipe, así abrían combinado a la perfección, ella parecía una princesa pero era genial como sus trajes contrastaban tanto y a la vez como ellos, sus personalidades, se complementaban a la perfección. Sus movimientos suaves, acordes a la música y la letra que describía el momento de ensueño, no pudo haberlo planeado mejor, no conocía la canción pero memorizo las palabras que sonaban por la habitación quedando enganchado de ellas: -No apartes tus ojos de los míos- comenzó a cantar solo para ella- Me prometes… que seguiremos bailando a donde quiera que vayamos? Es como un relámpago, así de raro es hallar a alguien como tu…Es una en un millón, la posibilidad de sentir lo que sentimos tu y yo… Y con cada paso que damos juntos todo sale cada vez mejor…No tengas miedo a caerte, sabes que te atrapare a pesar de todo… Nada podrá separarnos, porque mi corazón está donde tú estés…- Mientras exclamaba tan dulces palabras sus ojos la miraban con amor, ilusión y deseo de sellar la promesa que habían hecho aquella tarde en el café en Londres. Pero se mantenía firme, aun teniéndola tan cerca, aun deseando más que nunca hacerlo, no quería asustarla y romper todo lo que habían logrado.
Clases, clases, clases. Era de lo que se hablaba por la escuela, la noche anterior Reggan había salido del castillo desde temprano, primero para romperle el corazón a Ely y a sí mismo y luego para ir a beber a Hogsmeade hasta que se lo echaron de ahí y simplemente comenzó a caminar sin rumbo fijo hasta el amanecer cuando decidió volver al castillo, odiando a todo y a todos por lo que tuvo que decirle a Elysian que no tenía la culpa de nada, de su vida, sus problemas, pero creía firmemente en que era lo mejor, aunque no tenía idea de cómo sería verla desde lejos hasta que tuviera la oportunidad de hablar con ella a solas para explicarle en algún lugar seguro porque tuvo que hacerlo. Estaba tan cansado y confundido que se perdió de camino al lago, inconscientemente intentaba evitar ir ahí.
Lamentablemente no tardo mucho en encontrar al grupo de estudiantes y a la profesora Avery debajo de un árbol cercano, estaba tan pálido como en el momento en que le dijo a la menor que no quería volver a verla cerca de él, estaba agotado física y mentalmente y le dolía la cabeza horrible, para mejorar las situación Ely estaba ahí, sentada en “primera fila” trato de sentarse lo más alejado posible de ella, pero sus ojos no dejaban de mirarla, ni siquiera su mente podía concentrarse en lo que la profesora decía, que básicamente era algo que ya sabía, a excepción del calamar dado que su llegada a la escuela había sido después de esa clase. Así que no tenía preguntas, al menos no sobre criaturas marinas, intentaba desviar la mirada pero cada vez regresaba a la joven de Ravenclaw que parecía ignorarlo.
Nombre del personaje:
Reggan B. Stoker
Apodo(s): Ree, Conde Reggan, Conde R. El heredero.
Edad: 17 años
Fecha de Nacimiento: 31 de Octubre de 1998
Lugar de Nacimiento: Transilvania, Rumania Occidental, sector Norte.
Lugar de Residencia: Castillo Vlad, Transilvania, Rumania Occidental, sector Norte.
Orientación Sexual: Pansexual: Es una orientación sexual humana caracterizada por la atracción sentimental, estética, romántica o sexual independientemente del género o sexo de otras personas así como toda práctica sexual. También es definida como atracción sexual a todos los géneros, incluyendo géneros no binarios.
-No… No quiero que sienta el compromiso de ir conmigo porque me “debe” algo- Y era verdad, él detestaba que las personas hicieran ciertas cosas solo por obtener algo a cambio, y aunque él era el principal manipulador a la hora de cobrar favores no le gustaba que las personas se sintieran obligadas a hacer algo por él. Los demás siempre habían hecho cosas por amor, por admiración, por el gusto de que Reggan se sintiera complacido, pero Elysian era extraña, parecía ser mas por obligación que por querer estar con él, era la primera vez que sentía un rechazo de este tipo y no sabía cómo reaccionar así que se ponía a la defensiva pero sin llegar a ser grosero o arrogante porque se trataba de ella, seguía siendo encantador pero de una manera seria. – Quiero que quiera estar conmigo porque le agrado, o de menos le soy tolerable- dio un par de pasos al frente apartándose de ella, tomando camino hacía donde fuera que sus pasos lo llevaran, y si ella estaba de acuerdo en acompañarlo lo seguiría, si no era libre de irse y dejarlo de lado haciéndole entender de una vez por todas si podrían seguir adelante o irse olvidando de la idea, de la esperanza que algún día la señorita Lutz supuso para el mayor.
Sus pasos lo guiaron hasta un complejo laberinto de escaleras que no hacían nada más que subir, iba a paso constante, sin mirar atrás, sin atreverse a ver si lo había seguido, solo hasta que llegó a la cima de la torre obscura, con el pulso acelerado por la intriga de tener que descubrir la realidad se giro para ver si seguiría amando a Ely o debería olvidarse de una vez por todas de ella.
La noche se cernía sobre el castillo, el atardecer poco a poco coloreaba el cielo de intensos tonos naranjas y violetas mientras el chico permanecía oculto en la obscuridad de las mazmorras de Slytherin, en su habitación terminando de enlistarse para la reunión de esta noche en compañía del resto de alumnos de la escuela, completos desconocidos para él, al menos esperaba encontrar a un par que llenará sus expectativas, o que fueran al menos un poco interesantes, pero sobre todo, tenía la ilusión de ver a la señorita Lutz.
No sabía si vestir demasiado formal o informal, sería una fogata pero no por eso podía relajarse y es que no sabía cómo era que vestían aquí, simplemente usaban uniforme el 90% del tiempo, era abrumador tomando en cuenta que Reggan jamás tuvo que usar, tenía un conflicto, porque era obligatorio llevarlo y aunque la primera semana pudo evitarlo estos nuevos días no podría pasarlo por alto, lo detestaba, era como si lo obligarán a ser como el resto de los plebeyos de este lugar.
Un último vistazo a su imagen en su espejo favorito, había traído una docena con él pero este, este era único en verdad, solía charlar a menudo frente a sí mismo, vaya que era un joven apuesto, pero ser solo una cara bonita no era suficiente, apretó los puños sin quitar su sonrisa encantadora de los labios y golpeo el vidrio con el puño, este se fragmento al instante en miles de pedazos, algunos cayeron al suelo, otros simplemente se clavaron en su piel que de inmediato comenzó a sangrar y un suave cosquilleo le recorrió todo el brazo. Puso los ojos en blanco, la sangre comenzaba a brotar de una manera escandalosa, no podía manchar su ropa o llegaría tarde. Un rápido movimiento de su varita y la herida estaba curada, su piel tan perfecta como siempre, sin un solo rasguño. La magia le había librado de tantas, los latigazos, las heridas en combate, sus simples placeres pasionales, todo eso hubiera dejado secuelas terribles en el cuerpo de cualquiera, incluso podría haberlo matado, afortunadamente esas cicatrices solo permanecían en su alma que desde hacía tanto estaba condenada al peor de los infiernos, a los castigos más atroces por la eternidad. Recobró su expresión cautivadora con un suspiro y salió de la habitación con camino al lago.
El paisaje era majestuoso, divino, como sacado de su libro de poesía favorito, aun mas que eso, de lo que sintió el autor cuando tuvo hizo tan esplendida creación, solo podría describirse como un sueño, pero era un mejor, porque era real. A lo lejos se percibió el inició de la hoguera, y se encamino a pasos tranquilos en aquella dirección. Al llegar todos los presentes comenzaban a divertirse, convivir, charlar, beber, uhm la cerveza no era su mayor deleite en cuanto a bebidas se refería, y mucho menos la cerveza de mantequilla que era demasiado dulce, demasiado agresiva para su gusto refinado. Esto era de lo más aburrido e inusual, nunca fue a una fiesta universitaria pero imaginaba que debía ser parecido solo que estos chicos tenían menos espíritu que un cadáver, y hasta cuando había cadáveres en sus fiestas privadas se sentían más vivos. Meditaba sobre la idea general de la “reunión” mientras recorría los alrededores hasta que sus ojos se posaron sobre lo más esplendido que sus ojos pudieran haber contemplado en toda su vida, o bueno, desde que la conoció:
-Señorita Lutz- Estaba lo más lejos posible de todos, retirada entre las sombras con el ligero resplandor del fuego que iluminaba su rostro, era preciosa. Se acerco a ella haciendo una elegante reverencia- ¿Una encantadora noche no le parece? – Exclamo colocándose a su lado para contemplar al resto de los mortales- No esperaba verla aquí pero mi mente y mi corazón anhelaban que pudiera venir, me acaba de otorgar el regalo mas privilegiado de todos: La oportunidad de disfrutar de su compañía- No podía dejar de ser tan galante con ella, y es que aunque ella lo rechazara él no quería darse por vencido, era una reacción natural de su ser cuando estaba junto a ella.
Parecía que trataba de agradecerle y al mismo tiempo su rostro inexpresivo parecía no entender como, era confuso, pero por sus expresiones tan poco presentes el mayor comenzaba a sacar demasiadas preguntas, sobre porque ella era así. Parecía un ángel y como tal no podía sentir dolor, o temor, pero al parecer tampoco amor, alegría. Pudo percibir un poco de timidez y pena en su voz pero solo eso, lo dejaba con un vació inexplicable por querer descubrir a la verdadera Elysian Lutz.
Pero ella se apresuro a querer alejarse dejando todo eso en su mente que desde que la conoció era un caos constante, no quería que se fuera, esta vez no lo permitiría. Se adelanto estirando su mano para tomarla por la muñeca pero recordó que esto la molestaba así que se detuvo alcanzando solo a rozar sus dedos que temblaron ante el suave contacto de su fría y pálida piel.
-Ely… ahm… Señorita Lutz, por favor, no se vaya, quédese, vayamos a un lugar más tranquilo donde podamos charlar- Ella lo ponía nervioso, y lo admitía porque era notorio, su voz nunca solía tener aquella duda por decir lo que quería, deseaba o pensaba pero con ella se tomaba el cuidado de ser increíblemente cortés y amable. – No le quitaré mucho tiempo, solo… en lo que se relaja y en lo que todos olvidan lo sucedido.
Se había quedado mirando el tazón de avena por algunos minutos hasta alzar su mirada encontrándose con Elysian que desvió la mirada rápidamente, una sonrisa apareció en los labios del mayor quien meditaba sobre el rechazo por parte de la joven Ravenclaw durante los últimos días. ¿Cómo es que era vulnerable a sus encantos? Lo hacía dudar de sus habilidades en el cortejo pero más que eso, de su personalidad y de su belleza. La miraba con intensidad, entre confusión y deseo, ella estaba prohibida para él pero aun no descifraba a que grado, ella le regresó un par de miradas pero se mantenía distante, pensativa ¿Qué no le había dicho aun? Porque no lo dejaba adentrarse en su mente, en su corazón, en su alma…- Ella poco a poco lo iba sumiendo en la locura, en la obsesión. Su mirada no titubeo ni por un instante hasta que la joven repentinamente se puso de pie irrumpiendo sus pensamientos ¿Iba a retirarse? ¿Debería seguirla? Quizás en verdad lo aborrecía y no era más que un estorbo para ella, la amaba tanto que si ella se lo pedía la dejaría en paz… Lo que nunca espero fue lo que pasó a continuación. Ella subió sobre la mesa de los cuervos y repentinamente comenzó a cantar y bailar como toda una rebelde en contra del sistema, era como si el hermoso ángel demostrara todo lo que había estado callando por mucho tiempo de una manera tan viva e hilarante que lo hizo contener la respiración la mayor parte del tiempo mientras su cuerpo se expresaba con libertad y belleza. Algo que lo tomo por sorpresa de la mejor manera posible, claro que no todas las reacciones fueron iguales, había descontento por parte de la mayoría de los presentes, incluidos los profesores, otros más la animaban o reían pero en él solo conseguía hacer que su corazón latiera desbocadamente mientras escuchaba atento sus palabras que lograba comprender a medias porque estaba cantando en Español. Para cuando termino de pronto el silencio incomodo invadió la enorme sala que a esta hora estaba llena de personas, Reggan no aparto sus ojos de la menor que se quedo quieta sin saber qué hacer, así que sin pensarlo demasiado se puso de pie caminando hasta ella, la tomo con delicadeza por la muñeca haciéndola bajar de la mesa para mantenerla a su lado, tomo su mano haciéndole saber que todo iba a estar bien, que no tuviera pena y antes de que ella reaccionará de manera escandalosa porque él comprendía que el contacto físico la perturbaba, dijo: -Les ofrezco una disculpa en nombre de aquellos que no supieron apreciar esta muestra de belleza y libertad por parte de la señorita Lutz, muchos deberían sentir la música y dejarse llevar tal como ella lo hizo, un acto verdaderamente admirable. Si nos disculpan…- Sin decir más se adelanto aun con la joven de la mano y salió de ahí tomándose su tiempo para que ella no sintiera que la estaba forzando, una vez en el corredor la soltó y se giró para mirarla: -¿Se encuentra bien?
|| Primer Acto || Abierto || Afrontar la realidad es más difícil de lo que pensé, pero no todo puede ser tan malo || 13/09/2016 || 7:00 pm. || Lago Negro ||
En cuanto puso un pie en el castillo se dio cuenta de que ya estaba muy lejos del lugar al que había llamado “casa” por tantos años, donde prácticamente vivió recluido desde que nació pero le gustaba, se había acostumbrado a no salir salvo por los mandatos de su tío pero ahora, ahora estaba por su cuenta.
El sirviente que lo acompaño le comentó que sus pertenencias ya estaban en su habitación en las mazmorras de Slytherin que era la “casa” a la que el sombrero seleccionador lo había enviado. No tenía idea de que hacer ahora, lo que le tomó por sorpresa ya que prácticamente tenía el orden de todo en su vida, la cuestión era que toda su vida estudiantil se desarrollo en casa, los tutores privados iban e impartían las clases en la biblioteca del castillo Vlad, ni si quiera sabía cómo relacionarse con los chicos en el entorno estudiantil y más en una escuela tan vasta como esta, todo eso resultaba abrumador. Suspiro profundamente buscando la calma, estresarse no era bueno para su piel. Se despejo admirando el imponente castillo que se cernía frente a él, tantas historias ocultas tras aquellas paredes, esperando a que él las conociera y quedara fascinado con sus nuevos conocimientos, pero por alguna razón solo quería aire fresco, estar fuera, mas ahora que el atardecer se cernía sobre el castillo y la noche estaba próxima, su momento favorito del día era cuando terminaba.
Avanzo por los amplios jardines encantado con el aroma de las rosas que con su suave fragancia parecían darle la bienvenida. Aun no conocía las normas y protocolos de la escuela pero por lo desolado del lugar dedujo que debía haber toque de queda o que no podían salir de noche, que aburrido resultaba, un punto en contra pero eso era lo de menos.
Sus pasos lo llevaron hasta una vista majestuosa en donde los colores jugaban en el cielo con formas únicas creando patrones perfectos que le robaban el aliento a cualquiera que tuviera el detenimiento de apreciarlos, era bellísimo. Sobre el lago se reflejaba todo creando un paisaje de ensueño que rápidamente lo atrapo e hizo desaparecer todas sus dudas y preocupaciones.
Esto, esto era lo que necesitaba, de un momento a otro la inspiración llego a él, quería tocar el piano, cantar, quería escribir tantos versos que habían sido ahogados en la tinta, recitar tantas poesías que carecían de sentido y que ahora tenían las más profundas interpretaciones, llegaron a su mente las letras más perfectas para las canciones más increíbles que pudieran haberse realizado antes o después, pero no podía moverse, se había enamorado de la naturaleza una vez más, el lugar perfecto para un comienzo ideal, o al menos eso esperaba.
Una sonrisa encantadora apareció en sus labios y embelesado dio un par de pasos al frente, casi al borde del agua quedo atrapado por la silueta dibujada sobre el agua, esto hacía aun más perfecto todo, lucía fantástico, se mordió los labios y la sonrisa se amplió dejando a la vista su latente emoción. Comenzaba a alegrarse de haber venido, solo faltaba que las personas lo arruinaran.
Solo un diente de león era lo que daba vida a la obscura y solitaria habitación en la que reinaba el silencio y la promesa de un futuro incierto. Reggan había tenido muchas visiones sobre Catherine anteriormente, había visto sus logros, sus problemas y momentos relevantes en su vida mucho antes de que ella imaginará que sucederían. Su “don” le permitía ser mas susceptible a los sentimientos de los demás y por lo tanto tener una sensibilidad mayor a la hora de tratarlos, lástima que su personalidad fuera tan egocéntrica y arrogante que esto nublaba su capacidad de pensar mas allá que en si mismo, eran pocas las personas realmente interesantes en su vida y aun mas pocas las que le importaban de verdad. Gracias a ello vivía recluido en si mismo aparentando no estarlo.
Sostenía la pequeña flor que había recogido en los días anteriores en los jardines que se mecía suavemente entre sus dedos y permanecía tan viva como el día en que fue arrancada del lugar que la mantuvo durante tanto tiempo, era muy extraño. Su visión de la vida se nublaba por su constante pensar de la muerte. Y ahora estaba aquí, en la sala común preguntándose qué sería del mañana.
Los días se volvían tediosos y aburridos, sin clases y sin ninguna de sus constantes actividades de diversión solo podía encontrar consuelo en dar paseos largos afuera y explorar el castillo, su lugar favorito era la biblioteca, había aprendido muchísimo sobre Hogwarts en las últimas semanas pero ahora, ahora solo quería regresar a su hogar. Salió de las mazmorras sin un rumbo fijo, solo quería caminar y perderse y no conocer el camino de vuelta, nunca regresar.
Su mirada permanecía fija en el suelo sin poner atención particular a nada o a nadie, los corredores solitarios a su paso eran presa de susurros por parte de los cuadros que le saludaban formalmente pero él no respondía, pasando de largo.
Hoy era un día típico en el que no pasaría nada interesante hasta que de pronto sintió un suave contacto seguido de un empujón que lo hizo trastabillar hacía atrás, alzó la mirada viendo a una jovencita que estaba de espaldas hacía él y que grito en el momento en que las escaleras comenzaron a moverse, estaba demasiado cerca y solo la sujeto de los hombros para evitar que lo empujara de nuevo y evitar que se callera en su temor por el movimiento que pronto se detuvo, ahí le quedo más que claro que era una nueva estudiante.
Una vez estables en un punto fijo retrocedió apartándose un poco- Una disculpa, no estaba prestando atención – Hizo una leve reverencia disculpándose con una mirada inexpresiva.