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“Hasta el más valiente de entre nosotros se teme a sí mismo”

Yo siempre eh sido directo a la hora de decir las cosas, también me caracterizo por siempre enaltecerme en mis historias, al momento de contar mis experiencias, siempre siendo un héroe o en mi caso el villano principal. Aquel que sin temor o culpa puede cometer los actos más cuestionables y salirse con la suya o no tener consciencias que no sean gratas o geniales. Pues este no es el caso, ya que la pócima de la desesperación fue un conjunto de todas esas cosas que no cuento de mi, por que quiera admitirlo o no aun tengo un lado humano que me condena constantemente, que no me permite ser completamente inmune a los sentimientos que nos caracterizan. Y precisamente eso fue lo que me hizo reflexionar esta practica, las experiencias que me llevaron a ser la persona que soy ahora. El tiempo en que yo era un niño inocente, con sueños, esperanzas y propósitos que se encaminaban a  la plenitud emocional y espiritual, a vivir una vida, si bien no ideal pero una que me llenaría casi por completo. Fui educado para seguir las normas y tradiciones de una familia conservadora de clase alta, una familia de magos de una linea pura de sangre, y me parecía genial, siempre eh admirado sus ideales y lo que hacían, propósitos como los nuestros siempre han sido cuestionados por su moralidad pero causan el mismo impacto hasta en el más abnegado. No era que fuera conformista, solo me gusto la vida que fue elegida para mi. 

¿Cuando fue que eso cambió? Beber de la desesperación me recordó ese momento.

Nadie creería que alguien como yo ah hecho todo lo que yo eh hecho, es algo que me lleva a detestar aun más a las personas.  Que te juzgan por lo superficial  y no se atreven a ver mas allá de una apariencia de joven refinado e inocente, no se si para bien o mal siempre supe como aprovechar esa estúpida fijación por las apariencias. Siempre tan sensible y carismático. ¿El corazón de un poeta en tiempos modernos? No, un poeta tiene sentimientos, yo utilizo la poesía para intentar demostrar que los tengo. Primero que nada debo aclarar que no esperaba que la pócima me llevara de vuelta hasta mi niñez, creí que me llevaría a la primera vez que maté a alguien por placer, o a cuando cada una de mis venganzas egoístas y personales se materializaron sin importarme cuantas familias o vidas destroce en el proceso, esos actos crueles y sin sentido de la humanidad que cumplen con su propósito de serlo, por ello cuando estuve ahí fue uno de esos momentos que conllevan a una mayor reflexión. El decir ¿Por que esto es más fuerte o significativo que lo otro? Por que el hecho de ver a mi padre golpeando a mi madre por primera vez fue más relevante en mi vida que el hecho de torturar a tantos mestizos por el hecho de no ser puros, sin siquiera importar sus vidas, si eran personas buenas o no. He aprendido a amar los secretos. Parecen ser lo único capaz de prestarle cierto misterio o fantasía a la vida moderna. Lo más banal resulta delicioso con sólo esconderlo. Y para mi se volvió como un credo, nunca oculte el apellido de mi familia, pues ya tiene una reputación formada pero tampoco hable o conté algo más de lo que todos sabían, para mantenerme como algo peligroso pero atrayente. Todos esos actos ruines tienen un encanto prohibido si no son revelados.Hoy en día, la gente tiene miedo de sí misma. Han olvidado su principal deber, el deber que uno tiene consigo mismo. Naturalmente, son caritativos. Dan de comer al hambriento y de vestir al mendigo. Pero privan de alimento a su propia alma y están desnudos. Se pierden a si mismos por llevar acabo una serie de actos que le dan una paz falsa a sus consciencias. Creyéndose capaces de juzgar de inmorales aquellos actos que nunca se atrevieron a realizar por temor a lo mismo, a ser juzgados: La única forma de librarse de una tentación es ceder ante ella. De resistirse, el alma enfermará anhelando aquellas cosas que se ha prohibido, deseando lo que sus monstruosas leyes han convertido en terrible e ilícito. Los grandes acontecimientos del mundo tienen lugar en la mente. Y es también en la mente, sólo en la mente, donde se cometen los grandes pecados.  Yo decidí llevar a cabo todas esas ideas y me condené a vivir en un abismo de depravación. El pecado es el único elemento de color que le queda a la vida moderna. Debe estarse preguntando por que le eh contado todo esto, haciendo de este un ensayo demasiado largo solo para dar una explicación sobre los efectos de una pócima, bueno, yo me veo obligado a decir que dicho brebaje me puso a pensar en todo esto, y fue una experiencia aterradora, increíble y devastadora, me recordó el por que me volví como me volví, me recordó que todos los monstruos también son humanos, y que detrás de lo exquisito de este mundo siempre se oculta una tragedia. Los fantasmas de mi pasado regresaron, tan vivos y reales que volví a ser el temeroso niño de ocho años que se vio obligado a crecer sin sus padres en una jerarquía en la que sus superiores lo usaron de peón hasta que se revelo para ser el próximo rey. Hay venenos tan sutiles que para conocer sus propiedades es preciso enfermar por su causa. Hay males tan extraños que es necesario pasar por ellos para comprender su naturaleza. Y sin embargo, ¡qué gran recompensa se recibe a cambio! ¡Qué maravilloso lugar se vuelve el mundo! Conocer la extraña y dura lógica de la pasión y la rica vida emocional del intelecto, observar dónde coinciden y se separan, cuándo están en armonía y cuándo en discordia... ¡Es una delicia! ¿Qué importa cuál sea el precio? Nunca se paga un precio lo bastante alto a cambio de una sensación. Y por eso estoy agradecido, fue difícil, pero muchas de las cosas que valen la pena en la vida lo son, son duras, te desgarran el alma quedándose con una  pequeña parte de ti pero lo valen. Nada nunca me hizo sentir tan vivo como la desesperación a flor de piel, sentimientos auténticos producto de una poción creada para la magia tenebrosa, para dañar y producir dolor, fascinante en verdad. 

“Nuestro futuro será igual a nuestro pasado, y el pecado que un día cometimos con pesadumbre de nuevo lo cometeremos muchas otras veces, y con alegría”

 ||Reggan B. Stoker || Slytherin ||

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Answer

Estaba ahí, postrado frente a un paraíso en la tierra, de un momento a otro se encontró de cuclillas sobre el suelo admirando todo desde otra perspectiva hasta que la calma fue interrumpida y el soplar suave del viento se vio opacado por el dulce aroma y la hermosa presencia de una joven que lo hizo salir de su zona de confort.

Era un sueño de belleza en momentos de reflexión que lo tomo por sorpresa, no se dio cuenta de su llegada hasta notar que se alejaba de él. Era exquisita, un hermoso ser con piel de porcelana y ojos inexpresivos que llamaba a lo más profundo de su ser, el deseo y la impaciencia de conocerla se centraron en él, se puso de pie recobrando su elegante postura y como si se deslizara sobre la arena se dirigió hacia ella. Paso a su lado avanzando aun mas por enfrente antes de girarse mirándola con la intensidad de una mirada curiosa que escudriña algo por primera vez, examinándola. Era pequeña y lucía demasiado joven como para haber pasado de la mayoría de edad, se veía como un ser inocente, intocable, casi divino pero sus ojos y su falta de rasgos sensitivos alejarían a cualquiera que se atreviera a mirarla con detenimiento, pero por el contrario, esto aumento el interés del mayor quien dio un par de pasos delante acercándose un poco pero aun quedando a una distancia respetable. De cerca sus rasgos parecían tan intensos que creyó que el corazón se le saldría del pecho de lo fuerte y rápido que latía. Era tan pálida, como si los rayos del sol jamás hubieran acariciado su piel como él quería llegar a hacerlo. El delicado vestido de encaje pálido contrastaba dulcemente con su piel hecha de ilusiones y deseos prohibidos, resaltando su delicada figura. Un suspiro de satisfacción solo de contemplarla salió de entre sus labios antes de pronunciar una palabra rompiendo el mágico momento que aun permanecía, como si todo a su alrededor se hubiera detenido y solo estuviera este ángel frente a un demonio que estaba listo para hacer un pacto, de que le entregará su alma y fueran a los infiernos mas profundos buscando el placer: -Disculpe mi atrevimiento, pero no eh podido ignorar su presencia, es un placer presentarme frente a tan exquisita criatura. Hola, soy Reggan B. Stoker, acabo de llegar y creo que estoy algo perdido- Dijo con una sonrisa encantadora que resaltaba sus facciones, por el contrario seguía perdido en ella, su cabello elegantemente recogido con un moño, ondeaba al soplar del viento, sus hipnotizantes movimientos lo hicieron perder el aliento hasta que recordó donde estaba y salió de ello esperando una respuesta.

Re:

||Privado|| Charlemos sobre amor: Conozcamonos mejor ¿Qué es lo que realmente sientes por mí? || Elysian Lutz || 5/10/2016 || Londres || 7:00 pm. ||

¿Cómo puede el diablo empujarte a los brazos de alguien que luce lo más parecido a un ángel cuando te sonríe?

Interesante ¿cierto?

Eso no fue lo que pensé el día en que conocí a Elysian, quizás porque no la conocía en realidad, por su parte ella no sabía nada acerca de mi, y con ello me refiero a nada de lo que verdaderamente influye a la hora de considerar dejar de lado a alguien peligroso, una mala influencia en tu vida.

Evidentemente eso era lo que él menos quería, que ella se alejara por considerarlo una persona inestable emocionalmente, alguien a quien temer, se podría decir que nunca en su vida, desde su nacimiento existió en su ser un sentimiento más puro como el que esa niña le evocaba, incluso haciéndolo desear jamás haber cometido tales atrocidades, pero estaba hecho, lo hizo, mato a mas personas de las que alguien común podría recordar y no planeaba detenerse, disfrutaba de ello y de los placeres mas depravados que la mente humana era capaz de materializar en su entorno. Oh si que le gustaba aquello, pero Ely, ella estaba prohibida para todo eso, con ella podía mantenerse tranquilo e incluso de avergonzaba de si mismo –cosa que en sus diecisiete años de vida jamás le paso ni por un segundo-

Esta noche, después de leer su nota había elegido convertirse en su propio verdugo, aquel que tiraría la cuerda de la guillotina que lo mandaría a una muerte segura. Ya podía sentir la navaja cortando su cuello, como si esos instantes pasaran en cámara lenta viendo a la piel abrirse, la sangre brotar y prolongando la agonía en lo más posible. Una idea que habría parecido tentadora en el pasado y que ahora lo llenaba de una sensación nueva, temor, miedo. Estaba nervioso aunque no lo demostrara de camino al lugar establecido para su encuentro, su imagen seguía siendo elegante, seductora y misteriosa aunque por dentro se preparaba para ser épicamente rechazado por ser una persona desagradable, no había vuelta atrás, la cita estaba en puerta y a unos cuantos minutos para que ella llegara, no sería el único en hablar sobre sus secretos pero sabía que en comparación los de Ely serían mínimos, aunque se llamo a sí misma asesina sabía que las mujeres solían exagerar muchas veces sus palabras, no esperaba llevarse aquella sorpresa conforme avanzaría la noche.

Sentado junto al ventanal contemplaba a la única vela que adornaba la mesa rodeada de rosas blancas, nada mas apropiado para esta noche, porque hasta el ambiente romántico y tranquilo resultaba encantador, imaginaba que no había podido elegir mejor el lugar donde le romperían el corazón.

*

Su mirada era captada por todas las cosas a su alrededor, cuando la lluvia comenzó a caer se dijo a si mismo que todo iba a estar bien, que no tenía por qué tener miedo, lo peor que podía pasar era ser rechazado, épicamente, si eso sucedía podía volver a su vida común, sintiéndose aun mas vació que antes, se estaba dando por vencido antes de enfrentarlo y ese no era su estilo, algo lo regreso de golpe a la realidad, se puso de pie casi al instante en que la suave y melodiosa voz de Elysian lo saludo, volteo a mirarla y se quedo sin palabras, como si todo lo que hubiera planeado se desarmara cuando sus ojos se cruzaron con los de aquel ángel. La seguridad de la que alardeaba se vio súbitamente convertida en dudas que eran demostradas con el temblar de su voz que tardo un poco en aclararse, se veía tan hermosa. -Eh… Ely… ahm… Ely… ¡Señorita Lutz!- sus mejillas se ruborizaron de golpe- Gracias por haber aceptado mi invitación de esta noche- una sonrisa tímida que nunca antes hubiera esbozado naturalmente frente a alguien apareció mientras iba del otro lado de la mesa para correr la silla permitiendo que la señorita Lutz se sentara- Por favor, tome asiento…- regreso a su lugar y sentándose con elegancia se quedo contemplándola, como si esperara que ella dijera algo pero recordó que estaban ahí por su causa así que: -Señorita Lutz… Elysian, debes estarte preguntando por que te cite aquí esta noche, recibiste mi nota y agradezco que te tomaras en tiempo de responderla, tus palabras son lo más hermoso que alguien me había dicho prácticamente en toda mi vida, y digo esto porque sé que esas palabras eran autenticas, yo lo sentí así y confió en ello, por lo tanto, confío en ti… Y sé que debo parecer un lunático por decir eso pero créeme que nunca eh estado mas cuerdo en mi vida. Por ello estoy aquí, para confesarte, contarte todo de mi, la prueba de que estas dispuesta a escucharme es que… viniste, aun cuando tenías la opción de no hacerlo- La miraba con ternura, emoción, ilusión y si creyera en ello diría que esperanza.- ¿Me permites contarte sobre mis demonios, Elysian?

*

Hablar primero le daba la ventaja de que ella pudiera desenvolverse, confiar en él, en caso de que lo entendiera, en caso de que no lo hiciera le daba la ventaja de que se alejaría lo más pronto posible de su lado evitando mayor interacción, haciendo que el proceso de olvidarla fuera mara rápido, o quizás no. Fuera lo que fuera había tomado la elección de decirlo, al mal tiempo darle prisa. Pero lo que ella dijo a continuación quedaría grabado en su alma eternamente: -Sería para mi un honor escucharla y guardar esos susurros para siempre en mi al igual que su aceptación y todo lo que siento por usted.- Una sonrisa radiante en sus labios dio paso a una mirada pensativa, preguntándose por donde debía comenzar, el principio resultaba ser lo mejor, sus ojos sobre los contrarios no se apartarían ni un segundo de ahora en adelante, esto era lo que era, fuera malo, terrible o peor era su realidad, así que no se avergonzaría de ello. -Me llamo Reggan B. Stoker, tengo 17 años, nací en Transilvania, en Rumania, el 31 de octubre de 1998, vengo de una familia de clase alta y no sé si decir lo mejor o lo peor: De sangre pura, una familia que se enorgullece de ello y que conserva las tradiciones de toda familia de nuestro nivel, al menos para una familia de magos tenebrosos de nuestro tipo. – Analizo su expresión antes de continuar, se relajaba mas con cada palabra que exclamaba, eso era bueno- Mis padres eran…adecuados, no eran las personas más cariñosas del mundo pero funcionaban, al menos al principió, al menos hasta que mi madre cometió… la falta más grave: Relacionarse sentimentalmente con un impuro, y un mestizo de la clase más baja, si bien ella no era una persona mala o despreciable, se gano el rechazo de todos por ello, en especial de mi padre, comenzó a golpearla recurrentemente, y su rechazo hacía mi hermana fue igual, no solo l sospechaba que Catherine podría no ser su hija, fue un desastre total, en menos de un año desde que se descubrió todo, mis padres murieron, ambos. Crecí rodeado de lujos, sin restricciones, sin reglas, asediado constantemente por el peligro, educado por mortifagos, nuestro tutor intento matarnos varias veces para reclamar la herencia de mis padres, como no lo consiguió me aparto de mi hermana y me mantuvo recluido en el castillo donde mi vida se transformo a partir de que se descubrieran mis “habilidades” como vidente, y comenzarán a usarme como su bola de cristal, no solo eso, comenzaron a entrenarme como miembro de la orden, los abusos físicos no me importaban, fue cuando comenzaron los asesinatos que algo en mi cambió, hasta ese punto yo tenía sueños, esperanzas, era alguien muy distinto, pero probar la sangre y tener la vida de alguien en mis manos, manipulándola a voluntad me cambió, para mal, pude haberme opuesto pero decidí no hacerlo, me entregue a la obscuridad a un mundo de excesos, un mundo de placer, lujuría, de crimen, de condena, de pecados, que se encargaron de contaminar mi alma, pero lo peor de todo fue que lejos de volverme un ser ruin y despreciable y de que todo en mi reflejara eso, todos parecían amarme más y más, como si con cada atrocidad que cometía algo en mi se volviera aun más angelical, como si me quedará con la vitalidad de cada persona que matará, como si los sueños y esperanzas de esas personas me dieran fuerza y belleza, podría sonar trágico pero yo me volví ambicioso, egoísta, narcisista, un manipulador de primera que no temía usar todo eso para conseguir lo que deseaba, para deshacerse de quien quería sin importar a cuantos pudiera dañar en el proceso, nunca tuve un amigo o persona que realmente apreciará, me volví frio y solitario, un actor perfecto para tantas mentiras perfectas siempre desempeñando mi papel a la perfección, siempre elegante, encantador, nunca libre, siempre con deseo de más, con deseo de sangre y muerte. Al menos hasta que te conocí Ely…- Susurro aquello último con una mirada particularmente intensa, personal, que decía mucho más que solo una serie de palabras bien expresadas. -

*

Era uno de los halagos poco halagadores más significativo que alguien haya podido expresar, decir que le gustaba como la llamaba hizo aparecer en sus labios una sonrisa conmovida, como si hubiera recibido un regalo exquisito, y así había sido, recibió palabras de aceptación y el rubor de las mejillas contrarias que reformo por completo su significado de la belleza y la inocencia, si habría que describir aquellos términos en una persona, sin duda sería Elysian en cuerpo y alma. Sus manos posadas sobre la mesa se deslizaron solo un poco hacía el frente al igual que el cuerpo del mayor que se inclino ligeramente, para volver aun más privadas, intimas, aun mas especiales las palabras que en un suave susurro, con su melodiosa y seductora voz exclamó: -Señorita Lutz… Elysian, Ely… se que quizás aun estés asimilando mis palabras, y por supuesto que quiero escuchar las tuyas, pero quiero que sepas que cuando te conocí te elegí como mía, y no hablo de poseerte, aunque soy amante del egoísmo contigo tomó un nuevo significado esa palabra, se volvió una inspiración, te volviste mi musa, el nuevo significado de mi vida, y yo deje de pertenecer al mundo, a la realidad en la que viví prácticamente toda mi vida, me entregue a ti sin que te enterarás y estoy aquí, confesándolo, pidiéndote que me mates, de una manera lenta y dulce, las crueles mentiras del amor me seducen contigo y en ese momento supe que estaba perdido, que no tenía esperanza, que no podría dejarte nunca, jamás abandonaría todo aunque fuera una simple fantasía de mi parte. Sin importar lo que digas o suceda esta noche, esa es mi decisión… Cuéntame, sobre ti, sobre todo aquello que aqueja tu alma, sobre tus pesadillas, sobre tus sueños, sobre lo que es relevante y lo vano, sobre lo principal y lo secundario, quiero saber todo sobre ti, todo lo que tú quieras contarme, todo lo que haga que me enamore más de la enigmática joven que es Elysian Lutz. || OST:https://www.youtube.com/watch?v=nPSRPwzarMY ||

*

Era una chica directa, y eso más que nada le gustaba, Ree solía ser melodramático de manera poética, era perfecto como aquellas palabras decían demasiado, y aun más fascinante era poder escucharla hablar tanto, añoraba el día en que pudieran hablar durante horas de temas sin importancia solo por el placer de disfrutar de su compañía mutua. Mientras tanto, aquello que le contaba hacía que su mirada pensativa se enalteciera, tenía tantas dudas y a la vez estaba satisfecho de saber más sobre Elysian. No menciono a sus padres o su vida antes del hospital mental, a quienes se refería como “Nosotros” suponía que eran sus hermanos, y salvo por detalles que le habría gustado escuchar todo le parecía sumamente exquisito. No el hecho de que ella tuviera que sufrir tanto, eso lo hacía sentirse en desacuerdo, Ely era la clase de joven que parecería haber crecido en una buena familia de costumbres estrictas, pero su falta de afecto y emociones demostraba algo mucho más severo, tal como acababa de contarlo. El antecedente de sus enfermedades mentales también llamó su atención, pero el hecho de que “ellos” hicieran por dinero lo que él hacía por placer fue lo mejor de todo, porque sabía que eso no era el único factor que lo provocaba, había algo más, matar no era sencillo para las personas que tenían ciertos sentimientos y valores que podían ser alterados por factores como locura, estrés o instinto de supervivencia, pero para otro tipo de individuos, un grupo muy reducido, aquello resultaba ser un “estilo de vida” ambos eran la prueba viviente, porque Reggan que comenzó por obligación ahora lo hacía por gusto y Ely no parecía tener remordimiento, ella era fascinante y le gustaba cada vez más, aun a pesar de su pasado tormentoso se mantenía más o menos estable o eso era lo que aparentaba. Sus manos avanzaron un poco más, quedando a unos escasos centímetros de las contrarias. -Entiendo… se que crecimos en mundos completamente diferentes pero lo comprendo muy bien- Alcanzo a rosar apenas los dedos contrarios sintiendo el frió de su piel- Yo crecí siguiendo las normas de mi familia, obligado a cometer atrocidades, a seguir mi “naturaleza” que poco a poco fui aceptando, tú te viste obligada a seguir la tuya hasta que se volvió parte de ti, y aunque aun no lo sepa todo, estoy seguro de que nada de lo que puedas decirme cambiará en mayor o menor medida lo que siento por ti, sé que mis sentimientos son egoístas y que hasta podrían resultar abrumadores para quien entiende poco o nada de ellos, pero así soy. Es algo que no puedo, y no quiero cambiar. Tu. – Con lo que le dijo de pronto una pregunta llegó a su mente, una que estaba obligado a aclarar antes de seguir hablando- Ely… no me has hablado del origen de tu familia, y no quiero que lo hagas si no estás segura de ello, pero quiero que respondas algo… ¿Eres pura? Me refiero a… tu sangre, tus antecedentes, eran magos puros o…- se aclaro la garganta antes de pronunciarlo en voz alta- Mestizos.

*

Tenía razón, su pregunta le causo gracia. Demasiada como para tomársela enserio, una risa divertida se escapo de sus labios hasta que cayó en cuenta de que hablaba en serio. Recordó el día en clase de pociones que pregunto quién era Lord Voldemort, la reclusión en el mundo muggle ahora tenía sentido. Abrió los ojos demasiado, en una expresión de sorpresa y pena por su reacción: -Ahm, nunca me habían preguntado eso. Puedes notarme un poco contrariado y es que, en realidad nadie comprende muy bien estos términos, veras….Es el nombre que se le asigna a los magos que poseen una ascendencia completamente mágica, alguien de mi clase. En mi familia solo ah habido magos, para explicarlo mejor, nunca ah habido una relación con otros descendientes inferiores, llamémosles, muggles, mestizos o magos nacidos de muggles, por ello se arreglan los matrimonios entre familias de nuestro circulo, o incluso entre nosotros mismos. Los Stoker son una dinastía regida por hombres desde su nacimiento hace trescientos años, nunca nació una mujer al menos no hasta que mi hermana vino a cambiar esa tradición, fui educado para mantener el linaje de mi familia, tal como lo hizo mi padre y su padre, así por más de veinte generaciones. Eso da a entender el por qué de mi pregunta Ely…- Esta vez tomo su mano con delicadeza y al mismo tiempo con firmeza haciéndola comprender lo que implicaba todo aquello- No quiero que de ninguna manera pienses que eres culpable de algo que no sabes, y creo que ese es el mayor problema para la gente como yo- Ahora comprendía muchas cosas- Yo soy de la idea de mantener una mente abierta y una actitud positiva ante casi todo, Elysian, si me dices que uno de tus padres era un muggle o una persona no cien por ciento mago yo… es algo difícil de asimilar pero no imposible porque…- su mirada se poso sobre los ojos de la menor con un temor que no podía ocultar- Ahora comprendo a mi madre… - susurro con vos temblorosa- Lo que quiero decir es que…- Su voz era casi inaudible, volvió la mirada alrededor asegurándose de que nadie los miraba o que al menos nadie conocido, como algún miembro de la orden, estaba ahí.- No me importaría si fueras mestiza…- Podría ser ejecutado de inmediato si alguien de la familia se enteraba de aquello, era una de las reglas principales: No te relacionarás con nadie en casta y pureza de sangre inferior a nuestra familia. Pero aun a pesar de todo, el temor en sus ojos, más que ser por él mismo, era por ella. Solo dos veces en su vida había dejado de ser egoísta, una, cuando renuncio a su hermana y dejo que se la llevaran y dos, cuando se dio cuenta de que estaba dispuesto a cambiar todo aquello en lo que creía y dispuesto a perderlo todo solo por ella.-

*

La manera en que pronuncio aquellas palabras lo hizo estremecerse por que comprendía el por qué lo evitaba, la vida no era fácil para nadie pero con Ely fue más que eso. -Tranquila- apretó su mano suavemente tomándola entre sus manos, acariciándola con cariño, le encantaba sentir el contraste de las temperaturas de su piel, la mano de Ely era tan fría, como si no tuviera vida y al mismo tiempo, no podía creer la cantidad de terminaciones nerviosas que existían, que lo hacían desear no soltarla jamás. -La vida es cruel, la manera en que afrontemos eso es lo que nos hace ser quienes somos, Ely… ambos hemos sobrevivido, de maneras distintas pero lo conseguimos, nadie imaginaría todo eso que me acabas de contar, pero no sabes lo valiente y fuerte que eres.- En lugar de sentir temor, desprecio o cualquier sentimiento negativo, se sentía cautivado por la chica que había sufrido tanto y que ahora podía hablar de ello, de una manera tan vivida que le aterraba pensar que alguien pudiera lastimarla de nuevo. – Los padres no siempre son los mejores ejemplos de nuestras vidas, se que crees que quizás tomaste el camino incorrecto pero cada quien elige quien quiere ser… Yo soy un narcisista con aires de grandeza, despiadado, sin sentido de la compasión, y pude haber sido diferente pero no lo quise, así que… nada podría cambiar mi forma de pensar sobre ti. Yo… quiero, deseo poder hacer que esos sentimientos cambien, hacerte feliz de la manera en que tu lo has hecho conmigo desde que te conocí.

En realidad esperaba una reacción completamente distinta a la que tuvo cuando se le acerco, esperaba que lo rechazara, pero no fue así. La mano sobre su pecho era cálida,, contrastando con su piel, era reconfortante. La miraba con admiración, aun a pesar de todo lo cometido ella era tan noble al concederle la oportunidad de poder estar juntos de nuevo. No se la merecía, definitivamente. Su otra mano se deslizo por su mejilla acariciándola con ternura al escuchar el breve poema que recito con su melodiosa voz, que le dolía y al mismo tiempo lo hacía emocionarse.

 Luego vino aquel abrazo que lo hizo desarmarse, la rodeo por la cintura sintiendo el calor de su piel.- Te amo…- susurro quedando fascinado por su sutil amenaza, en caso de que volviera a comportarse como un idiota.- Ely… nunca fue mi intención dejarte y nunca lo haré, eres todo para mí y yo solo quiero estar contigo y hacerte muy feliz.

 Estaba a punto de besarla cuando esta se desplomo sobre la cama, la observo y se horrorizo al verla temblar de aquella manera ¿Qué le pasaba? ¿Podía arreglarla con magia? Su primera idea fue que tenía frío, el era experto en ver el sufrir de los demás, no en ayudar, se acostó a su lado, abrazándola y cubriéndose a ambos con las sabanas.

 -Tranquila… estoy aquí…-

Re:

||Cerrado|| La calma que precede a la tormenta: Un último baile a nuestro favor, porque la poca cordura que me queda quiero perderla a tu lado. || Baile de Halloween/Copa de las casas || Después de la cena y el desastre causado por Peeves ||

El anunció había sido dado, una multitud de aplausos, gritos y expresiones de asombro, decepción y alegría se hicieron presentes a la par del cambio de color de las banderas que adornaban el gran comedor portando con orgullo el escudo de las águilas de Ravenclaw. Una sonrisa se poso sobre los labios del mayor, que estaba en un momento de claridad único, uno que nunca antes había experimentado, pensaba con emoción autentica, en sus amigos, compañeros, en su cita de esta noche, y en que aunque no hubiesen ganado se alegraba por los cuervos por su triunfo. Se sumó al aplauso, con el brillo que recobraron sus ojos que lucían tiernos, casi infantiles. Aun después del incidente que Peeves provoco y que los dejo a todos llenos de una desagradable, viscosa y olorosa sustancia verde de dudosa procedencia, aun a pesar de eso seguía de un excelente humor, sus cambios recurrentes eran una alerta de lo que vendría más adelante, pero por ahora, mientras había regresado a su habitación, mientras tomaba una ducha y mientras se ponía el disfraz elegido para esta noche, no pensaba en nada más, era como si su mente aislará todas las preocupaciones dejándolo ser un chico de dieciocho años común y corriente. El cabello corto le lucía bastante bien, dándole una nueva perspectiva, una nueva imagen a su atractivo rostro. Solo quería, que a Ely le gustara, solo podía pensar en ella de camino al gran comedor donde muchos de los estudiantes ya se estaba reuniendo, algunos con disfraces simples, otros con algunos más elaborados o extravagantes, cada uno único, por su parte el suyo podría describirse como, ajustado. Muy ajustado, marcaba todos los músculos y formas de su cuerpo, pero con la mascará nadie imaginaría que era él. Quería permanecer incognito un rato, en lo que encontraba a Ely, se estaba divirtiendo de una manera tonta. Entro al gran comedor buscando con la mirada, pero ella no estaba ahí, no habría que quedarse esperando aislado de todos, estaba eufórico, quería bailar, aprovechar el tiempo, el poco tiempo que le quedaba para ser estúpido, un adolescente, un chico que no temía o esperaba nada, así fue como las canciones pasaron volando, una a una como sus compañeros de baile, chicos, chicas, no importaba, no importo hasta que vio al ángel de ojos rasgados que había entrado en la habitación, quien sabe cuánto tendría observándolo, se sintió apenado, sus mejillas enrojecidas por al excitación y la vergüenza que le causaba ser tan despistado. Se aproximó a la menor, se quito la mascará y le sonrió de forma carismática, sensual y lo que no podría ocultar, su enamoramiento, estaba enamorado y quizás esta sería la última oportunidad de demostrarlo, su última noche de claridad, la quería pasar con su musa, con su primer y más grande amor, quería que ella lo comprendiera, antes de tener que dejarla para no lastimarla o hacerle daño, antes de apartarla de sus brazos, antes de romperse el corazón para no arrastrarla al abismo.

*

-Señorita Lutz, ah venido… gracias por aceptar mi invitación para esta noche- su cumplido lo hizo reír de manera encantadora, él confiaba en que se veía sumamente bien, siempre fue muy seguro con su cuerpo, y la tela del traje se adaptaba perfecto, era como andar desnudo pero sin lo inmoral y representando a lo que el joven de la tienda de disfraces le dio a conocer como “superhéroe” algo completamente ajeno a él, y por eso lo eligió. - Espero que diferente sea bueno… usted luce preciosa- tomo su mano con suavidad, besando su dorso- Así es como debería verse una guerrera, fuerte y valiente, conservando la sutileza y la belleza… es simplemente, perfecto.- Acerco su mano al rostro de la menor, queriendo acariciar su mejilla pero se detuvo antes de tocar su piel, debía calmarse para no asustarla, estaba demasiado exaltado por toda la actividad de hacía unos minutos, bailar canciones lentas lo pondrían en sintonía.- Me concedería su primer baile? Y… todos los que vengan después.- La atrajo, en un movimiento casi seductivo, hacía la pista de baile donde se reunían las parejas una a una en una noche que era encantadora y romántica. El Halloween traía consigo algo mágico e inexplicable, esta noche sin duda planeaba hacer que Ely se divirtiera como nunca.

*

Sus palabras eran dulces y desprevenidas, sumamente inocentes y a la vez peligrosas, le encantaba. -Me resulta sumamente placentera la manera en que lo expresa- Tomó su mano para llevarla a la pista de baile.- Nuestro primer baile escolar, me alegra tanto que usted sea mi acompañante, la compañera perfecta con la que quiero compartir esta y mas experiencias memorables, si me lo permite claro. Amaba la música, y bailar aunque su estilo podría resultar un poco obsoleto por ello adoraba las canciones lentas, ya que todas eran una variación del clásico vals y la pieza que comenzaba a sonar, además de llevar un ritmo tranquilo resultaba ser perfectamente romántica para su primer baile. https://www.youtube.com/watch?v=oiw7B-dFjhc Ahora se sentía tonto por no haber sido un príncipe, así abrían combinado a la perfección, ella parecía una princesa pero era genial como sus trajes contrastaban tanto y a la vez como ellos, sus personalidades, se complementaban a la perfección. Sus movimientos suaves, acordes a la música y la letra que describía el momento de ensueño, no pudo haberlo planeado mejor, no conocía la canción pero memorizo las palabras que sonaban por la habitación quedando enganchado de ellas: -No apartes tus ojos de los míos- comenzó a cantar solo para ella- Me prometes… que seguiremos bailando a donde quiera que vayamos? Es como un relámpago, así de raro es hallar a alguien como tu…Es una en un millón, la posibilidad de sentir lo que sentimos tu y yo… Y con cada paso que damos juntos todo sale cada vez mejor…No tengas miedo a caerte, sabes que te atrapare a pesar de todo… Nada podrá separarnos, porque mi corazón está donde tú estés…- Mientras exclamaba tan dulces palabras sus ojos la miraban con amor, ilusión y deseo de sellar la promesa que habían hecho aquella tarde en el café en Londres. Pero se mantenía firme, aun teniéndola tan cerca, aun deseando más que nunca hacerlo, no quería asustarla y romper todo lo que habían logrado.

Clase CCM parte 1.

Clases, clases, clases. Era de lo que se hablaba por la escuela, la noche anterior Reggan había salido del castillo desde temprano, primero para romperle el corazón a Ely y a sí mismo y luego para ir a beber a Hogsmeade hasta que se lo echaron de ahí y simplemente comenzó a caminar sin rumbo fijo hasta el amanecer cuando decidió volver al castillo, odiando a todo y a todos por lo que tuvo que decirle a Elysian que no tenía la culpa de nada, de su vida, sus problemas, pero creía firmemente en que era lo mejor, aunque no tenía idea de cómo sería verla desde lejos hasta que tuviera la oportunidad de hablar con ella a solas para explicarle en algún lugar seguro porque tuvo que hacerlo. Estaba tan cansado y confundido que se perdió de camino al lago, inconscientemente intentaba evitar ir ahí.

 Lamentablemente no tardo mucho en encontrar al grupo de estudiantes y a la profesora Avery debajo de un árbol cercano, estaba tan pálido como en el momento en que le  dijo a la menor que no quería volver a verla cerca de él, estaba agotado física y mentalmente y le dolía la cabeza horrible, para mejorar las situación Ely estaba ahí, sentada en “primera fila” trato de sentarse lo más alejado posible de ella, pero sus ojos no dejaban de mirarla, ni siquiera su mente podía concentrarse en lo que la profesora decía, que básicamente era algo que ya sabía, a excepción del calamar dado que su llegada a la escuela había sido después de esa clase. Así que no tenía preguntas, al menos no sobre criaturas marinas, intentaba desviar la mirada pero cada vez regresaba a la joven de Ravenclaw que parecía ignorarlo.

||Privado|| ¡Transformada, enamorada, alguien completamente fabulosa! ||

  Había pasado un día desde su repentina transformación, y ser mujer se estaba convirtiendo en algo completamente genial, era una experiencia de lo más enriquecedora, descubrió muchas cosas sobre su nuevo cuerpo que siendo hombre ignoraba y se hizo mucho mas consciente de lo delicadas y sensibles que eran las chicas, por otro lado su don se agudizó mucho más y tuvo visiones mucho más claras, era impresionante.

 En el pasado siempre había sido alguien sumamente cuidadoso y detallista en especial con su físico y ahora que era chica tenía la excusa perfecta para serlo aún más, y es que, era preciosa, se parecía a su hermana y a su madre, pensaba que si Jade se vería así en el futuro debía protegerla a sol y a sombra de los posibles y seguros pretendientes que tendría, como hombre siempre se pareció más a la familia de su padre, pero ahora que era rubia de ojos azules, alta, esbelta y carismática se sentía mucho mejor, era el cambio perfecto en el momento perfecto ignorando el susto inicial. Se sentía entusiasmada, como si se hubiera conectado con la parte femenina de su ser, aunque no podía dejar de pensar en Maddi poco a poco se despertaba mucho más su interés por los chicos del castillo, eran lindos, y se le quedaban mirando al paso por lo revelador de su “traje de baño”.

 No le importaban las miradas, por el contrario, siempre le gusto llamar la atención, y ahora, mientras andaba semidesnuda por los corredores se sentía más libre que nunca. Su destino, el lago le aguardaba, el agua estaba helada, pero resultaba refrescante y deliciosa para alguien que estaba acostumbrado al frió invernal de Rumania. Nadar lo hacía sentir tan relajado que se olvido por completo de sus problemas y preocupaciones y pudo pensar con claridad, había besado a Elysian que estaba transformada en chico, y había sido fascinante, como si hubiera algo muy especial entre ambos pero sabía que debía alejarse de ella, aunque ahora que nadie le reconocía era perfecto que pudieran volver a verse, es lo que más deseaba, pero por sobre todo eso necesitaba al menos poder charlar con Maddie sobre sus sentimientos, quizás confesándolo podría aliviar un poco la carga de su alma.

 Iría a buscarla, pensaba mientras se preparaba para salir del agua, ahí fue cuando la miro y no pudo evitar que su corazón se acelerara, con una amplia sonrisa la llamó emocionada:

 -Hey! Hola!-con expresivos gestos de su mano le indico que se acercará – Maddie!- ahí estaba, era momento de hacer todo lo posible por que se quedarán juntas, podía aprovechar el hecho de que ahora no era “Reggan” si no… Lilith. 

Plantas, nunca había sido fan de ello, en casa no tenían jardines, solo un inmenso bosque que rodeaba todo el castillo condenado a un invierno perpetuo, literalmente, las únicas veces que podía apreciar un clima diferente era cuando su tio lo mandaba a hacer algún trabajo fuera o en sus reuniones en Rumania. Le  gustaba, estaba acostumbrado al frio, por eso aun no se acostumbraba al clima de Londres. La clase de herbología sonaba interesante ya que no solo eran “plantas” comunes y corrientes, tendrían cualidades muy distintas a eso. De la misma manera, en casa había un invernadero pero no tenía permitido entrar ya que las plantas que ahí se cultivaban eran “letales” para la protección del lugar, había tantas locuras puestas para que fuera seguro que la verdadera amenaza se encontraba dentro del castillo. Como fuera, llego con tiempo perfecto al invernadero donde la clase con la profesora… Camila- repitió leyéndolo directo del trozo de pergamino que llevaba a mano, gracias a los datos que los cuadros le dieron. Solo para encontrar un anuncio –a los que ya se había acostumbrado entre tareas, profesores que no daban sus clases y ahora, profesores que cambiaban la clase de lugar, era una locura- Se apresuro por que ahora estaba retrasado y eso no era elegante ¡! ¿En cuál de los jardines? ¡!

 Por lo menos para cuando los encontró aun no daba comienzo, el resto de los asistentes llegaron de la misma manera, corriendo y apresurados.

 Sentados en el pasto Reggan intentaba encontrar una posición en la cual sentirse cómodo y alejado en lo más posible de los demás hasta que notó que cierta jovencita estaba ahí. Ely, se acerco a ella quedándose tranquilo a su lado con una amplia sonrisa de pronto cambiando todo el panorama, hasta el entusiasmo de la profesora le pareció encantador y se preguntaba si la niña a su lado sería su hija, era muy joven, que trágico.

 Su vista paseaba por el jardín y luego se posaba en su ángel y luego nuevamente buscando plantas mágicas “No letales” imaginaba él, aunque herbología no era su fuerte dejo pasar la respuesta ya que el resto de los alumnos respondieron inmediatamente. Se preguntaba ¿Qué clase de practica llevarían a cabo?

|| ¿Esta es la despedida? || La nota había sido enviada. El lunes había quedado como día libre en el nuevo horario de clases, y el joven Slytherin no había dejado de pensar ni un solo momento, desde que comenzó su viaje a Rumania, hasta su regreso, en la señorita Elysian Lutz. Aunque no de la misma manera que solía hacerlo, como un colegial enamorado de la única mujer que había logrado conquistarlo en cuerpo y alma. Y a quien ahora debía alejar de su lado, esperando poder hacerlo de la mejor manera, aunque pensándolo bien, con lo que habían vivido, con las palabras que él uso tan desprevenidamente prometiéndole el sol y las estrellas y que ahora debía romper todas y cada una de sus promesas por mantenerla a salvo. Se sentía tal como el día en que Catherin fue arrancada de su lado, y ahora había recibido una nota de su hermana menor que lo hizo sentir como la peor persona del mundo, y en realidad lo era, un ser despreciable que nunca mereció el amor de nadie, en especial el de Ely. Estaba ansioso, en extremo nervioso, nunca estuvo en una situación similar que lo hiciera sentir tan incomodo y que lo llevara a cambios de humor tan extremos, estaba deprimido, y a la vez se alegraba porque era lo correcto, pero en el fondo de su corazón sabía que esto no solo lo destrozaría a él si no a ella y no sabía si podría soportar verla llorar. Se odiaba tanto por tener que hacer las cosas así. Cuando recibió la última respuesta su corazón dio un brinco en su pecho, quería posponer el momento todo lo posible pero quizás fuera mejor hacerlo lo más pronto posible. Afuera quizás el día estaba encantador, pero para él hacía frió, estaba nublado y era deprimente. Avanzaba con paso apesadumbrado hacía el lago, con la vista fija al frente sin prestar atención a nada a su alrededor que parecía ir en cámara lenta. Minutos que le parecieron una eternidad, no quería llorar pero sus ojos amenazaban con traicionarlo conforme la imagen de Ely apareció frente a sus ojos, lucía preciosa, como un ángel hermoso y perfecto pero eso no era todo, denotaba alegría y vitalidad, se acerco cada vez mas lento hasta que se detuvo frente a ella: -Hola… gracias por venir- Su voz era rígida y seria, suspiro un momento para calmarse un poco, ella lo hacía sentirse tranquilo, aun en una situación como esta.

*

-Ah…- No se esperaba las flores, era claro que Ely tenía una idea distinta del por qué se habían reunido- Gracias son… muy lindas- Las tomo observándolas por un momento con dolor. Cada una de sus palabras eran como una puñalada, como un sectumsempramultiplicado por un millón de ataques recibidos al mismo tiempo, no podía expresar su sentir, era como si su aliento poco a poco fuera consumido por el momento, no podía respirar, se sentía débil, estaba pálido a comparación de la menor, que bajo aquella preciosa sonrisa, aquella que Reggan siempre deseo ver de forma natural en sus labios y que ahora obtenía, no podía apreciar de la manera que le gustaría por estar cegado por el miedo. Habría preferido negarse a su petición, decirle que no quería verla más pero no lo hizo, en cambió asintió dándole permiso de hablar primero. Sus ojos se encontraron con los de ella, la ilusión, la alegría, el amor eran latentes en su mirada, mordió su labio inferior para contener sus gritos de agonía, al principio suave mientras aguardaba escuchar algunas de las últimas palabras que se dirían.

*

Si tuviera un deseo en ese momento sin duda sería morir de inmediato, sin tener que decir lo que debía decir. Sin tener que romper los sueños e ilusiones de la menor, sin tener que arrancarle las alas de la forma más cruel posible, preferiría arrancarse los ojos, la lengua, quitarse la vida, pero eso tendría que esperar. Un par de lagrimas se escaparon de sus ojos, jamás lloró frente a nadie pero ahora todo se derrumbaba a su alrededor. No quería alejarla, pero era su deber. -Ely…- alcanzo a articular con la voz entrecortada- Tu no… no me amas, no puedes amarme, no debes.- Se inclino ligeramente hacía ella y le susurro lo más suave posible al oído esperando pudiera entender sus palabras con detenimiento. –Sígueme la corriente, no es seguro hablar aquí, te lo explicaré todo después pero por ahora, por favor solo reacciona a lo que te diré y perdóname. 

Se aparto mirándola con temor, nunca sus palabras le parecieron tan cuestionables y peligrosas: -No puedes amarme porque yo no puedo amarte, Nunca estarías a salvo a mi lado porque, no somos iguales, yo soy puro y tú eres… una mestiza sin valor.- Se mordió el labio con tanta fuerza que dolía demasiado pero no más que el dolor que se estacionaba en su pecho, ese dolor que le causaba tener que ser arrogante con la persona más importante para él- Así que quiero que te alejes de mi, y ya no me busques porque si pensamos en algún momento que podíamos estar juntos, estábamos tan equivocados, además no tengo tiempo de estar jugando a los enamorados, no lo lamento, fue hermoso mientras duró pero ahora, todo carece de sentido, mi vida ahora mismo es demasiado complicada como para atreverme a pensar si quiera en tener una relación sentimental y si fuera el caso… no sería contigo. – Su labio comenzó a sangrar de la presión que ejercían sus labios pero aquello no se comparaba con lo que su interior gritaba, quería disculparse, besarla y quedarse a su lado toda la vida pero no lo haría. – Así que…

*

Sacudió un poco su cabello haciendo que varias gotas de agua se precipitaran hasta el suelo. Desabotono sus pantalones y bajo la bragueta justo a tiempo para escuchar la tenue voz de Ely diciéndole que no estaba lista para estar con un chico ¿A qué se refería? La mente de Reggan estaba tan distraída que su última idea fue que ella se refería al sexo, cuando llego a esta conclusión sus pantalones ya estaban en el suelo y sus mejillas más rojas que nunca.

 ¡¡QUE!! Jamás creyó que Ely pudiera malinterpretar la situación, además Ree no lo haría con una chica inconsciente, al menos no su yo del presente. Se sintió expuesto, como si ella hubiera tocado una fibra sensible en él con ese tema respecto a ambos. Era como hablar de un tema del que no se sabía nada, y es que Reggan, en su inmenso amor por Ely no había imaginado ese momento, porque sabía que cuando llegará sería completamente mágico, luego de eso pasaron tantas cosas que esto lo tomo por sorpresa.

 Rodeo a la cama y se acerco a ella:

 -Ely, eso no es lo que sucede, te  desmayaste y te traje a la enfermería, tu ropa estaba empapada y la enfermera me dijo que te quitara la ropa… o quizás solo lo imaginé- Eso lo dijo en un susurro, aun no entendía que había pasado.- Así evitarías un resfriado, yo también estaba empapado así que hice lo mismo.- se sentó al borde de la cama hablándole con paciencia y delicadeza- ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? No tendrás algo de fiebre…- extendió su mano rosando la frente de la menor que bajo acariciando su mejilla, sin poder dejar de mirarla, era como si ambos recobraran la vitalidad que tanto necesitaban.- Ely… cuando te desmayaste dije algunas cosas que… lamento todo lo que te hice pasar, que te amo incondicionalmente y que siempre voy a luchar por ti, con mi vida, soy tuyo, lo dije una vez y eso nunca fue un engaño, te pertenezco absolutamente.

||Privado|| ¿Es este un nuevo comienzo o el final absoluto de todo? Te amo || Reggan y Elysian || 13/12/2016 || Jardines del Castillo ||

Un labio roto se arregló en segundos, y le quedaba la grata sensación del reencuentro que tuvo con su hermana que había sido apropiado para la situación, algo dramático con un final favorecedor, al menos para ellos, ya que la historia de Reggan aún no terminaba, no en París, si no en Londres sería su acto final de una comedia, una tragedia o una historia de romance sin precedentes. Lo que fuera solo quería que Ely estuviera bien, se había mantenido alejado de ella pero notaba el cambió, volvió a ser tan retraída, como si la poca confianza que había logrado conseguir se hubiera esfumado del todo cuando le rompió el corazón, se odiaba aún más por ello.

La suave llovizna se convirtió en tormenta en su caminata al castillo, la lluvia lo empapo en pocos segundos, pero resultaba algo relajante, liberador, y por segunda vez las lágrimas se hicieron presentes mezclándose con las gotas de agua que escurrían por sus mejillas, no importaba el hecho de que costoso traje se arruinara o que su cabello perfectamente arreglado ahora fuera cosa del pasado, simplemente lloraba disfrutando la liberadora sensación de estar poniendo en orden las cosas importantes en su vida. Primero su hermana, ahora Elysian. Solo necesitaba desahogarse, sacar todo el pesar con el que había cargado desde hacía tanto.

El inconfundible aroma de las rosas del castillo le hizo notar que había llegado hasta los jardines principales, estaba completamente desierto, los estudiantes habían ido a refugiarse de la tormenta en sus salas comunes o el gran comedor y él agradecía la paz, el silencio absoluto únicamente irrumpido por el paso de la lluvia, se quedó ahí, inmóvil, con la mirada puesta en el césped y los pequeños charcos que comenzaban a formarse. Nunca espero encontrarse con el destino en aquel lugar, con la señal que rompería el pasado y los haría encaminarse hacia un nuevo futuro juntos.

*

Ausente, esa era la palabra que podía describir lo que hacía Elysian desde aquella tarde en que sus sentimientos se bloquearon y Stephen tomó control de su cuerpo. –– "Ely, mi niña... reacciona..." La dulce voz de su madre le acariciaba los cabellos mientras trataba de consolar a su pequeña niña pero sin embargo Elysian no quería volver nunca mas al mundo real. –– "¿Ely, ese es Reggan?" Stephen le permitió ver la figura empepada del Slytherin y entonces una mezcla extra de sentimientos le hicieron tomar control de su cuerpo de nuevo. Stephen se quedó a un lado mirando como ella se encargaba de la situación y su madre pedía a los dioses de la naturaleza que absorbieran toda aquella magia. Sus pies echaron a correr por el jardín para alcanzarlo y en segundo estaba mojada completamente. Se detuvo a escasos centímetros de el y con la mirada seria y fija en la perfecta cara del mayor pronunció lo que debía haber dicho aquella tarde en el lago. –– ¡CRUCIO! Su mano de inmediato lanzó atreves de su varita aquel hechizo que haba usado muchas veces y el cual se había convertido en su favorito. Se negó a abrazarlo, besarlo o llorar por su ausencia pero tenía que sacar aquel odio que tenía por dejarla. –– ¡TE ODIO! ¿Por qué me hiciste confiar en ti? ¿Por qué me juraste tantas cosas que no cumpliste? ¡¡DIME!! ¡¡RESPONDE!! Estaba gritando, por primera vez en su vida estaba enojada y su delicada voz estaba subiendo de volumen hasta que sus mejillas se hicieron rojas y su voz se desgarró. Su varita mantenía el maleficio sobre su compañero y primer amor, no aflojaría hasta que tuviera sus respuestas. –– ¡¡DIME!!

*

No se percató de los pasos que con prisa corrían hacía él, fue hasta que vio los pequeños y delicados pies que alzo la mirada, encontrándose con la mirada furiosa de Ely, lucía hermosa, estaba empapada y su pálida piel seguramente estaría más fría que nada. Su cara se transformó lentamente en una expresión de asombro al verla, como si todo transcurriera en cámara lenta, lanzarle aquel malefició que lo hizo caer al suelo doblándose de dolor, un grito inicial lo hizo recordar que no debía hacerlo, así que apretó los dientes para evitar arrancarse la lengua de una mordida, no era la primera vez que le lanzaban un crucio, pero la última fue hace mucho, y lo agarro desprevenido, con la guardia baja, en un momento íntimo y personal, y justo así se sentía el ataque, personal. Pero si había algo que dolía más que esa tortura eran sus palabras que eran tan ciertas, y que ella estuvo callando por tanto tiempo. -Uhm!! AH!!-No podía hablar, pero sí que se lo merecía.- Para y… te lo… explicaré todo!- La miraba suplicante, no por el dolor si no porque ambos tenían derecho a una explicación. Su cuerpo se tensaba con fuerza, su cabeza golpeaba contra el césped con brusquedad, comenzaba a sentirse mareado.

*

No quería detenerse, no quería dejarlo salvarse de la furia de aquel corazón que había confiado en el y ahora no quedaba nada de el. No quería dejarlo, no quería perderlo, quería tenerlo siempre a su lado. –– ¡¡AH!! Gritó molesta y bajó su varita y furiosa lanzo un Crucio al cielo solo para liberar su energía acumulada. No podía dejar de temblar, no era el frío lo que lo provocaba si no el coraje de saber que el había pasado los días como si nada y ella no podía volver a vivir pues no había nada en su vida. –– ¡¡Explícame!! ¡DIME POR QUÉ? ¿Por qué jugar conmigo? ¿Qué te hice yo para que jugaras de esa forma... ¡¡DIME!! Sus manos subieron a sus mejillas para quitar sus lagrimas que mezcladas con la lluvia y le miró mientras se despegaba los mechones de cabello que se le pegaban al cuello. -¡¡HABLA!!

*

-¡Ah joder, olvide cuanto dolía eso!- Exclamo el mayor con la respiración agitada presa del dolor muscular que ahora resentía su cuerpo, por todo el esfuerzo en frió que acababa de sufrir, si bien el dolor era algo mental, los espasmos en su cuerpo no, se sentía como si hubiera pasado por un arduo entrenamiento después de no hacer nada durante mucho tiempo, duro unos segundos en el suelo hasta que se levanto lentamente observando a la menor con semblante sombrío que lloraba, no estaba alerta, seguía con la guardia baja porque ella tenía todo el derecho hasta de matarlo si quisiera. No trato de acercarse más a ella, ni un pasó. -Yo…- ahora las palabras que ya habían estado tan claras en su mente eran confusas, dolía el hecho de haber callado tanto lo que sentía, hasta el grado de hacerla sentir de aquella manera. Era un cobarde por no hablar con la verdad, y las palabras de su hermana eran ciertas, era patético. Estaba molesto consigo mismo.- En el pasado siempre fui muy descuidado, no me importaban los medios por los que pudiera sobresalir, aun si eso implicaba lastimar a muchas personas, y así lo hice, utilice a muchas mujeres, de maneras inimaginables… Pero tu… a ti jamás te utilice… nunca podría haber jugado contigo, todo lo que te dije fue real, y por eso fue que decidí alejarme de ti, para poder protegerte de mí mismo… lo correcto habría sido decirte de frente, que mi maldita familia odia a los mestizos, y aunque a mi jamás me importo eso entre nosotros, ellos no lo podían pasar por alto, saben quién eres, te conocen… nos vieron juntos, me aterro el pensar que pudieran hacerte daño y mis medidas fueron más drásticas de lo que creí. No hubo un solo día en que no quisiera correr a pedirte perdón y contártelo todo, pero sé que nunca podré librarme de ellos, ya no quiero lo mismo que quería antes de conocerte, todo cambió gracias a ti, por eso no puedo soportar verte con alguien tan despreciable como yo… Pero lo cierto es, que aun sabiendo eso yo no eh dejado de amarte ni un solo momento, no eh dejado de pensar en ti a cada instante y siempre que puedo mirarte desde lejos eres lo único que mantiene el sentido de mi vida. Lamento mucho todo lo que dije el último día que nos encontramos, cuando me dijiste…- Un sollozo se le escapo de los labios al punto de las lagrimas- Cuando me dijiste que me amabas, no sabes cuánto me dolió escuchar eso porque mi deber era romperte el corazón, pero en el interior me hizo tan feliz que mis sentimientos fueran correspondidos a ese punto, pero a la vez me destrozo, lamento que llegarás a sentirte así por mi culpa… fui un cobarde, y te hice daño, eso es algo que nunca voy a perdonarme y tampoco espero que tu lo hagas.- Por primera vez en su vida adoptaba una posición genuina de arrepentimiento, lo sentía profundamente.

*

A cada palabra que de los labios de Reggan escapaba era una daga mas que sepultaba su personalidad, sus ilusiones, su amor. Lo amaba, no había duda de eso sin embargo no lo perdonaría por aquello que le hizo pues lo mínimo que quería era que luchara por el amor del cual hablaba con tanta fascinación. –– ¡Te odio! De nuevo comenzó a hablar con voz alta mientras se acercaba al contrario y le estrellaba los puños en el pecho, golpe a golpe dejaba atrás el dolor que sentía por su ausencia. No tenía fuerza, no tenía mucha furia en sus brazos porque Reggan le había dejado sin vida al marcharse. –– Me abandonase... no sabes como te necesité... mi corazón confió en ti y lo engañaste... me enamoré de ti.... ¡AH! ¡TE ODIO!... Reggan.... ¿Por qué? Por cada palabra sus puños chocaban en sus prendas mojadas deseando que aquella imagen nunca se fuera, pues aunque estaban peleando era el momento mas feliz. Reggan siempre desde que se conocieron le hizo inmensamente feliz y esta ocasión no era la excepción. –– ... Me hiciste mucha falta ... Su voz poco a poco se hacía débil, no había dormido en días, no había comido por días, estaba tan débil que su vista se nubló haciendo que sus piernas fallaran y su pequeño cuerpo lentamente se desplomara sobre el suelo. "¿Cuanto tiempo has estado así?" pensó su madre al ver lo debil que su hija estaba y lo descuidada que había sido con su propio cuerpo. –– ... Te amo...

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RPG: I´m Reggan

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